El secretario de la ONU, Kofi Annan, dijo que habrá una proliferación
de armas atómicas si no se toman acciones concretas
Su
mensaje se leyó ante unas 55.000 personas reunidas en Hiroshima
para el recordatorio
Japón se comprometió a seguir siendo un país
pacifista y no nuclear
HIROSHIMA.-
Con un llamado a las Naciones Unidas para garantizar un "mundo
libre de armas nucleares" antes del 2020, unas 55.000 personas
conmemoraron ayer en Hiroshima los 60 años del primer bombardeo
atómico de la historia. Durante la recordación, el
secretario general de la ONU, Kofi Annan, lanzó una dura
advertencia al subrayar que, sin acciones concretas, el mundo "se
arriesga a asistir a una proliferación nuclear" en cadena.
"Estamos
frente a la amenaza real de que las armas nucleares se propaguen.
Lamentablemente, el mundo hizo pocos progresos para responder a
estos nuevos desafíos", señaló Annan en
un mensaje leído a la multitud congregada en el Parque de
la Paz de Hiroshima, en el sur de Japón.
"Sin
una acción concertada, corremos peligro de vernos confrontados
a una proliferación nuclear en cadena", agregó,
para recordar luego que existen redes secretas que comercian con
material y tecnología atómica y que todavía
hay decenas de miles de armas atómicas en el mundo.
Por
su parte, el primer ministro japonés Junichiro Koizumi afirmó
la voluntad de Japón de seguir siendo un país "pacifista
y no nuclear",
"Estamos
determinados de la manera más enérgica a no repetir
la tragedia que ocurrió en Hiroshima y Nagasaki", declaró
Koizumi en un breve mensaje, antes de agregar que tras la guerra,
"Hiroshima se convirtió en una ciudad de la paz y la
cultura".
Las
palabras de Koizumi coincidieron con una creciente preocupación
de países vecinos por los proyectos del premier y su partido
liberaldemocrático para reformar la Constitución pacifista
de 1947 y permitir la creación de un ejército con
capacidad de intervenir más allá de las fronteras
nacionales.
Menos
diplomático, en tanto, el alcalde de Hiroshima había
acusado previamente a los cinco miembros del Consejo de Seguridad
de la ONU (Estados Unidos, Rusia, Gran Bretaña, China, Francia)
y a todos los países que tienen o buscan tener armas nucleares,
como India, Paquistán, Irán y Corea del Norte, de
poner "en riesgo la supervivencia humana [al] ignorar"
las voces de que piden la no proliferación nuclear.
"Muchos
en todo el mundo se han dado por vencidos pensando que no hay nada
que hacer", dijo Tadatoshi Akiba. "En el seno de las Naciones
Unidas, los miembros del club nuclear usan su poder de veto para
imponer su voluntad a la mayoría y perseguir sus objetivos
egoístas", agregó el alcalde, quien instó
asimismo a las Naciones Unidas a establecer un comité que
desarrolle medidas concretas para la eliminación mundial
de las armas atómicas.
Aunque
Hiroshima es hoy una pujante metrópoli de tres millones de
habitantes -que nacieron, en su mayoría, después de
la Segunda Guerra Mundial-, el 6 de agosto sigue siendo en esta
ciudad un día de tristeza y reflexión.
A
las 8.15 local de ayer, hora en que los estadounidenses arrojaron
la bomba atómica bautizada "Little Boy" sobre el
hospital Shima, en el centro de Hiroshima, los ciudadanos guardaron
un minuto de silencio. También hubo un ofrecimiento simbólico
de agua para los afectados por la ola de calor de 6000 grados centígrados
desatada por la bomba, mientras palomas blancas surcaban el cielo.
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