...Cuando
dentro de otros cien años los nietos de aquellos que aún no nacieron
recorran estas imágenes y escritos, desfilarán ante sus ojos, miles
de situaciones que seguramente no comprenderán demasiado, miles de nombres
que no les significarán nada, o sí. Cuando nuestras fútiles e invalorables
vanidades, se hayan desvanecido en el tiempo, este mensaje venido de
un futuro anterior persistirá incólume. Aprovecharlo en el presente,
depende nada más que de nosotros mismos.
A
nuestros creadores, les enviamos el eco de nuestra sonrisa, tan antigua
como la bruma y tan fugaz como una huella en la arena; a nuestros descendientes,
nuestra esperanza de que Dios guarde sus destinos, nuestro anhelo que
logren llegar a ser mejores seres humanos, y nuestro postrer mensaje:
En nuestra época, las grandes obras las soñaron los genios locos, las
ejecutaron los luchadores natos, las disfrutaron los felices cuerdos
y las criticaron los inútiles crónicos…
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