El Dr. Vicente Colobraro falleció el 30 de octubre de 1985 a la edad de 89 años en su casa de General Rodríguez. Eximio maestro de la Bromatología considerado como uno de los más prominentes especialistas en esta materia en toda Latioamérica.
Hombre de dilatada vida ejemplar y dotado de recia personalidad, su labor trascendió los límites del país para extenderse al extranjero, donde fue apreciado además, por su pensamiento, su ejemplo de vida y su decidida lucha en bien de la verdad y la justicia. Su estatura moral, su profunda fe y sus convicciones testimoniaron la autenticidad de sus vidas y el aprecio de sus semejantes.

Eligió la profesión farmacéutica, en la que vio su oportunidad de servir a los enfermos, profesión que complementó con el doctorado en Bioquímica y Farmacia, vinculándose a la docencia universitaria, para , una vez creada la cátedra de Bromatología en 1920, consagrarse por entero a esta ciencia, llamado por su primer catedrático, el profesor Felipe A. Justo. Tuvo prolongada actuación en la Facultad de Química y Farmacia de la Unviersidad de La Plata, como también en la de Ciencias Médicas y posteriormente en la de Farmacia y Bioquímica de la Universidad de Buenos Aires, hasta su jubilación en 1962, dejando el recuerdo de gran profesor y de creador e innovador en el campo de la Bromatología; bregando siempre porque esta ciencia estuviera orientada hacia la obtención y utilización de los alimentos naturales, puros y sanos.

Había nacido en Buenos Aires el 16 de mayo de 1896 en el modesto hogar de don Antonio Colobraro y doña Dominga Lauría, sus padres graduándose de bachiller en 1914. Realizó estudios universitarios en la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad de Buenos Aires, graduándose de farmacéutico en 1918 con medalla de oro, accediendo al doctorado en Bioquímica y Farmacia en 1921, con las más altas calificaciones, versando su tesis doctoral sobre el "dulce de leche".
Desde sus tiempos de estudiante y hasta mucho después de su retiro tomó parte en numerosos congresos cinetíficos nacionales y extranjeros presentando medulosos trabajos. Su labor científica original se concentra en más de medio centenar de trabajos. Su cátedra fue el centro operativo de ejecución de numerosos trabajos doctorales realizados bajo su dirección y patronazgo. Colaboró con sus colegas los doctores Censi, Mullor y Pizzorno en al redacción del Código Bromatológico Panamericano y en la redacción del Código de Bromatología Nacional en 1950.
Perteneció a numerosas instituciones científicas y profesionales de relevancia internacional y fue muchas veces galardonado, recibiendo en 1965 el Premio Dr. E. R. Squibb, por parte de la Federación Panamericana de Farmacia y Bioquímica; fue asimismo fundador y miembro honorario del Colegio Oficial de Farmacéuticos y Bioquímicos de la Capital Federal.
En su juventud formó parte del Centro Católico "Fray Justo Santa María de Oro" y de las "Conferencias Vicentinas". Fue uno de los fundadores en 1945 del Consorcio Argentino de Farmacéuticos y Bioquímicos Católicos, que presidió. Asimismo y simultáneamente a su actividad profesional, fue fundador y director de diversas revistas afines a sus inclinaciones profesionales tales como la Revista del Colegio de Farmacéuticos y de los Anales de Farmacia y Bioquímica y de la Revista del Centro de Estudiantes de Farmacia. Fue también el último de los cuatro fundadores del Cuerpo de Bomberos Voluntarios de General Rodríguez, junto a Juan Gramondo, José Costalonga y Juan Caporale. Desde su temprana juventud militó en las filas del Partido Radical, llamando la atención su recia personalidad y sus convicciones democráticas. Electo intendente municipal de General Rodríguez por el período 1963/67 dejó el sello de su ecuanimidad y probidad al frente de la gestión comunal, la que sin embargo no pudo continuar debido al golpe militar del 28 de junio de 1966.
En su vida privada el doctor Vicente Colobraro, de profunda fe católica, constituyó su hogar con doña María Adela R. Guido de cuya unión nacieron sus hijos María Mercedes, Haydée A., María Adela, Antonio Eduardo, María Susana, Ricardo Victorio y María Isabel D.
Interesado en el progreso de nuestra ciudad, su inquietud, talento y ganas de hacer siempre se sumaron a cualquier iniciativa que tendiera a esos propósitos; siendo homenajeado en distintas oportunidades por el Rotary Club, destacándose las circunstacias en que fuera elegido «Mejor Vecino» en el año 1960 y al cumplir sus ochenta años de vida.