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«Ciudad
a la que aspiro en este canto Las honras tributar que se merece, Porque
quiero su gloria se difunda Con curso tan audaz, ligero tanto, Que al
corcel más fogoso se adelante»
IX,
Odas, Píndaro (520-440 A.C) |
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Bienvenidos,
aquí hemos de aventurarnos hacia el pasado, hacia
la luminosa mañana de este pueblo, que renace continuamente como si la
vida se desprendiera de su vieja piel sorprendiendo a la muerte con nueva
juventud. Y sin embargo, al término de nuestro corto viaje, seremos conscientes
de cuan cerca de aquellos seres con todas sus virtudes y defectos, y a
pesar del tiempo transcurrido estamos. Tan similares unos de otros, como
que somos su prolongación |
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