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El arte abstracto es un movimiento artístico que surgió alrededor de
1910 y cuyo propósito es prescindir de todos los elementos figurativos, para así
concentrar la fuerza expresiva en formas y colores sin ninguna relación con la
realidad visual.
Pintura abstracta
En la pintura abstracta, la obra de arte se convierte en una realidad autónoma,
sin conexión con la naturaleza y, como consecuencia, ya no se representa
hombres, paisajes, casas o flores, sino simplemente combinaciones de colores que
intentan expresar la necesidad interior. Una de las características principales
de la pintura abstracta es el uso de un lenguaje sin forma y la libertad
cromática.
El ruso Wasily Kandinsky es el artista que impulsa la pintura no figurativa en
Munich, a principios del siglo XX. “En el campo pictórico, una mancha redonda
puede ser más significativa que una figura humana”, señala el pintor. Para él,
el elemento interior determina la obra de arte. En 1921 Kandinsky se traslada a
Berlín dónde se incorpora a la escuela de diseño, arte y arquitectura de la
Bauhaus. En esta escuela se encuentra otro de los artistas destacados en la
pintura abstracta, el suizo Paul Klee. El maestro explicaba en sus clases y en
sus escritos cómo los elementos gráficos (el punto, la línea, el plano y el
espacio) adquieren significado mediante una descarga de energía dentro de la
mente del artista.
Escultura abstracta
A lo largo del siglo XX ha habido muchos artistas plásticos que han pasado por
la abstracción. La escultura abstracta persigue los mismos fines que la pintura
abstracta. Hans (Jean) Arp, pintor y escultor francoalemán es uno de los máximos
exponentes de este tipo de escultura. Arp aplicaba las formas de sus pinturas en
un arte de tres dimensiones, desarrollando una iconografía de formas orgánicas
conocida como escultura biomórfica, en la que se trata de representar lo
orgánico como principio formativo de la realidad.
Otro de los escultores que se fija en la abstracción es Naum Gabo Pevsner, con
obras como “Columna desarrollada” o “La columna de la paz”, dónde cuatro ángeles
desean materializar el espacio. El artista español Eduardo Chillida fue otro de
ellos. Representante de la abstracción plena, Chillida abandonó sus estudios de
arquitectura para esculpir bloques enormes de hierro en los que parece haber
representado el punto de unión entre la arquitectura y la escultura.
Expresionismo abstracto
El expresionismo abstracto es el primero de los grandes movimientos artísticos
de la posguerra. Es, de hecho, la trayectoria que siguió la pintura abstracta a
partir de los años 1940 en Europa y en América. Tiene sus raíces en el
surrealismo, el movimiento más importante del periodo preguerra. En este nuevo
estilo, también denominado “informalismo”, un grupo de artistas llamados
“pintores de la materia”, intentaron establecer una variante del collage.
Mediante mezclas de arena, yeso y otros materiales, consiguieron dotar de una
rugosidad tridimensional (propia de la escultura) a una tela plana.
Este polémico estilo fue fundado por Jackson Pollock y Willem de Kooning. Para
referirse a él se usa también los términos Action Painting (Pintura de Acción),
acuñado por el crítico Harold Rosemberg, y American Type Painting (Pintura de
tipo americano), utilizado por Clement Greenberg, para distinguirla de la
pintura europea.
El grupo lo forman otros artistas como Mark Rothko, Baziotes, Gorky, Gottlieb,
Guston, Louise Nevelson, Hofmann, Kline, Motherwell, Newman, Jackson Pollock,
Pousette- Dart, Reinhardt, y Still.
Otro grupo de artistas relacionados con el expresionismo abstracto son los
denominados “tachistas” (de tache, mancha). Ellos creían en el poder surgido de
las manchas. Se dieron cuenta que con manchas y pastas nuevas era posible
representar la textura de la materia. Un ejemplo de este tipo de arte es la
pintura gestual del artista francés Michaux.
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