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Historia de los piratas

"pirata.||3.m. Ladrón que roba en el mar.
||4.fig. Sujeto cruel y despiadado."

Diccionario de la Lengua Española

 

Terminologia

 
Pirata

 

La palabra "pirata" proviene del griego y su significado es "el que emprende", "el que intenta fortuna". Los piratas eran ladrones del mar que actuaban al margen de toda ley. Sus fines no eran políticos, buscaban su propio beneficio y no servían bajo ninguna bandera que no fuera la Jolly Roger (o bandera pirata). Muchos  se convirtieron en piratas durante el periodo en el que España e Inglaterra firmaron la paz. Los principales blancos de los ataques piratas eran mayoritariamente los barcos (y también los asentamientos coloniales) de bandera española o portuguesa. Es lógico que así fuera puesto que eran precisamente esos dos países quienes monopolizaban el comercio entre Europa y el Nuevo Mundo. Sus buques cargados del oro y la plata de Las Indias, eran un suculento bocado para los piratas. Pero ninguna bandera estaba a salvo de los salvajes perros del mar. Los reyes europeos trataron de luchar contra los piratas fletando barcos bien armados y equipados. Irónicamente, cada vez que se daba a un capitán el mando de un buque bien pertrechado se le estaba invitando a establecerse por su cuenta y, por qué no, a convertirse en aquello contra lo que se pretendía que luchase.

 
Corsario

Un barco corsario era aquel que navegaba a las ordenes de un rey y realizaba "actos de guerra" contra los intereses de un país enemigo (normalmente se trataba de debilitar su poder comercial y colonial). Los corsarios tenían en su poder documentos que autorizaban al barco a llevar a cabo tales actos. Dichos documentos recibían el nombre de "Letter of marque" o "Patente de Corso". Los límites que planteaban estos documentos eran muy ambiguos y normalmente eran los capitanes corsarios y sus tripulaciones quienes decidían que era lo que podían hacer y que era lo que no. Las Patentes de Corso eran entregadas por un rey, aunque lo más habitual en la práctica era que éste delegara en un gobernador. En tiempos de guerra, incluso podía llegarse al extremo de organizar expediciones corsarias contra los intereses de una potencia hostil. Cuando esto sucedía, los capitanes y tripulantes de las embarcaciones corsarias estaban obligados a entregar todo el botín a excepción de una pequeña parte (que podía ser un quinto o incluso más). Cuando los barcos corsarios no formaban parte de ninguna misión de la Corona, solían atacar cualquier buque cuya bandera no fuera la suya, comportándose como piratas pero aún conservando los derechos de navegar en corso. El botín que conseguían de esta manera era para ellos, aunque estaban obligados a entregar una parte al gobernador colonial que procediese. Los barcos corsarios podían considerar como puertos seguros aquellos que perteneciesen al país bajo cuya bandera hacían el corso, gozando además de su protección. Los corsarios no podían ser colgados por practicar la piratería porque gozaban de un "permiso" (la patente de corso) expedido por la Corona. Evidentemente, un corsario apresado por el enemigo no podía confiar mucho en este punto, pues era costumbre colgar a los corsarios enemigos.

 
Bucanero

 

Con este término se empezó a conocer a ciertos colonos franceses que se habían establecido en la parte occidental de La Española (actual Haití). Recibían el nombre de bucaneros, derivado de la palabra india "bucan" con que designaban los indios el lugar donde ahumaban la carne, quemando madera verde bajo unos palos en forma de parrilla, que recibían el nombre de "barbacoa". En aquella parte desocupada de la isla (la parte oriental la ocupaban los españoles) se habían reproducido extraordinariamente toros y vacas y los bucaneros se dedicaban a cazarlos para vender luego sus pieles y la carne ahumada a los barcos, que sabían apreciar el sabor y la durabilidad de las carnes bucaneras. Los bucaneros vivían en la más salvaje libertad; nadie les mandaba ni reconocían ninguna autoridad. Ésto atrajo a todo tipo de gentes desahuciadas, proscritos, fugitivos, esclavos, indios rebeldes, desertores, perseguidos por la religión, etc. El número de bucaneros fue en aumento y en 1620 empezaron a ser perseguidos por los españoles. Decidieron arriesgarse a cometer pequeñas correrías maritimas y tomaron como base de operaciones el islote de La Tortuga, próximo a La Española. La aceptación de Le Vasseur como gobernador de la isla, y la toma de conciencia de su importancia real, les lleva a asociarse en la célebre que dio origen a los filibusteros.

 
Filibustero

 

Como en La Tortuga no había caza, los bucaneros se encontraron ante un dilema para poder subsistir: o bien iban en canoas a La Española para cazar o tenían que dedicarse a la piratería. A los que prefirieron ésto último se les llamó filibusteros. La palabra filibustero proviene del holandés "Vrij Buiter" ("el que va a la captura de botín", en inglés "freebooter". Después de la dura lección que habían recibido al ser arrojados de La Española, los "freebooter" comprendieron que era preciso unirse si querían hacer frente a posibles contingencias. Acostumbrados a vivir con absoluta independencia, no permitieron que les rigeran superiores, leyes o códigos. Nacía asi "La Cofradia de los Hermanos de la Costa". Los filibusteros atacaban barcos de cualquier nacionalidad, aunque una vez más serían los españoles sus presas las más de las veces. Utilizaban mayormente pequeñas embarcaciones, muy ligeras y maniobrables y con frecuencia eran financiados y apoyados extraoficialmente por potencias europeas con intereses en mermar el comercio del enemigo. Se concentraron mayormente en torpedear el comercio entre las colonias y se cuentan auténticas hazañas de barcos filibusteros con escaso armamento y poca tripulación, que apresaron galeones cargados de oro y con un poder artillero sobrecogedor.

 
Engagé

 

Palabra francesa que significa enganchado. Un engagé era un hombre libre que firmaba un contrato por tres años en el que se obligaba a trabajar como siervo para un tercero, en condiciones similares a la esclavitud. Solía ocurrir que durante los dos primeros años de contrato, sus condiciones de trabajo fueran buenas, pero, con frecuencia, eran sometidos a un durísimo trato durante su ultima etapa de compromiso obligándoles a reengancharse a cambio de mejorar su situación.

 

Estilo de vida

La Isla de la Tortuga es una isla al noroeste de la actual Haití (llamada en tiempos de los piratas, junto al actual Santo Domingo, La Española). Es una pequeña isla de 220 km2 y fue la más importante y célebre base de los bucaneros franceses, sede de "La Cofradía de los Hermanos de la Costa"

Tan famosos son los castigos de los piratas  como crueles. Uno de los peores era pasar a alguien por la quilla. Sobre la cubierta de la nave se ataba un  cabo al prisionero por una de sus puntas. La otra punta del cabo era introducida en el agua y llevada al lado contrario por debajo del barco. Una vez esta punta estaba en cubierta, el prisionero era atado de nuevo con ella. Para evitar que el condenado tragara agua se introducía una porción de grasa por su boca. Cuando se ordenaba la ejecución, el reo era elevado por los pies y dejado caer al mar por un lado mientras un grupo de hombres tiraba del cabo por el lado contrario, arrastrando así al prisionero por debajo del casco del buque hasta que volvía a ser izado por la banda contraria. La operación se repetía tres veces. Además de la enorme angustia que suponía la asfixiante carrera, el castigo se agravaba con el hecho de ser arrastrado sobre el casco del barco completamente cubierto de moluscos y cabezas de clavo que cortaban el cuerpo del desgraciado.

Otro duro castigo era el maroon. Consistía en abandonar a alguien en un islote o isla desierta apartada de las rutas de navegación. Se le desembarcaba junto con un poco de agua, una arma de fuego, unas pocas balas y un poco de pólvora. El abandonado generalmente moría así o de hambre o de herida de bala o ahogado al subir la marea si se encontraba en un pequeño islote.

No se conoce quién dio nombre a "La Cofradía de los Hermanos de la Costa" ni tampoco quién la fundó. Lo único que se sabe es que empezó a existir después de que fueran expulsados los bucaneros de La Española en 1620. Como toda sociedad, tenía sus leyes, pero no eran leyes escritas. Era más bien un acuerdo general al que todos se sometían precisamente para proteger su libertad individual. Estaban ligados únicamente por la conciencia de su hermandad. No había ni jueces ni tribunales, únicamente una asamblea formada por los más viejos filibusteros. Las principales normas eran cuatro:

-Se prohibía todo prejucio de patria o de religión

-Quedaba prohibida la propiedad individual. Esto se refería a la propiedad de tierra en la isla.

-La Cofradía no podía inmiscuirse en la libertad personal de cada uno. Las cuestiones individuales se resolvían personalmente. No se obligaba a nadie a partir en una expedición pirata. Se podía abandonar la Hermandad en cualquier momento.

-No se admitían mujeres blancas libres en la isla. La prohibición se refería exclusivamente a éstas y se adoptó para evitar riñas, discusiones y odios. Sólo podían vivir en la isla las mujeres negras y las esclavas.

Todos los "hermanos" eran iguales entre sí e incluso disponían de una "Tabla de Indemnizaciones" para compensar a quienes resultaban lisiados. Era tal la fraternidad existente entre los hermanos de la costa que, antes de entrar en combate, cada bucanero se conjuraba con un compañero y en el caso de que uno resultase muerto en la lucha, el otro se convertía en su "heredero".

Los piratas no enterraban sus tesoros. Arriesgaban el pellejo para conseguir el botín y se guardaban mucho de dejarlo enterrado en algún lugar donde cualquiera lo podría encontrar. Normalmente dilapidaban sus ganancias en el menor tiempo posible o hasta que pudieran emprender una nueva expedición. Antes de zarpar quedaba fijado cual sería la parte proporcional del botín que correspondería a cada uno, siempre en función de su rango en la expedición. Quedaba claramente establecido que, una vez conseguido, el botín sería puesto en común para proceder al reparto. Se estipulaban duros castigos para aquellos que osaban quedarse alguna parte para sí y eran descubiertos. También se preveían premios para el primero en avistar una presa o el primero en pisar el barco abordado. Normalmente, el premio era la posibilidad de elegir una pieza del botín. Las pistolas eran la pieza más codiciada por su valor en combate ( Barbanegraa portaba ocho de ellas en combate, bien cebadas y colocadas en sendas cartucheras cruzadas sobre su pecho).

 

Piratas celebres

"El que pierda una parte de brazo o pierna
en un combate recibirá 400 piezas de a ocho;
si pierde el miembro entero, 800."

Octavo punto del Código de a bordo del Revenge del capitán John Phillips

 

"En un trabajo honrado lo corriente
es trabajar mucho y ganar poco:
la vida del pirata, en cambio,
es plenitud y saciedad, placer y fortuna,
libertad y además poder"

Bartholomew Roberts

Bartholomew Roberts (Gales 1682-1722)

Su verdadero nombre era John Roberts y fue conocido como "Black Bart". Fue uno de los piratas de más éxito. Era alto, bien parecido y vestía elegantemente . En junio de 1719 el barco en que viajaba fue capturado en Gahna por Howell Davis, a quien se unió y a quien sucedió por elección como capitán cuando Davis cayó muerto por el gobernador de isla Príncipe. En 1720 capturó al gobernador de Martinica y lo colgó del mástil. La bandera que eligió lo muestra vengándose de las islas de Barbados y Martinica (con un pie sobre el cráneo del gobernador de Barbabados y con el otro pie sobre el de Martinica). Su carrera duró cuatro años y terminó por un balazo que recibió de un soldado inglés en el cuello el 10 de febrero de 1722. Su tripulación arrojó su cuerpo al mar antes de rendirse para impedir que cayera en manos de los británicos.


Henry Morgan (Penkarne o Llanrhymny, Gales 1635 - Port Royal 1688)

Nacido en una familia de tradición militar, a los 19 años se embarca como subalterno en la desastrosa expedición del Western Design, quedándose en Jamaica. La primera acción que lideró fue el asalto a Puerto Príncipe, en abril de 1668, y después los asaltos a Portobello, julio de 1668, Maracaibo, marzo de 1669, la recuperación de Santa Catalina (Providencia), navidades de 1670, y finalmente el saqueo de Panamá, en enero de 1671. Detenido a su llegada, fue trasladado a Londres en agosto de 1672, aunque no llegó a ser juzgado. Nombrado caballero, regresa a Jamaica dos años más tarde, como Teniente de gobernador de Lord Vaughan, ocupando el cargo hasta su destitución en 1678. Ocupó la plaza de gobernador interino durante algunos meses de 1681. Vivió sus últimos años al frente de una plantación y dedicado a alternar con lo mejor de la sociedad jamaicana. Murió de hidropesia en 1688.

 

Jean David Nau, "L'Olonnois" (El Olonés), (Sables d' Olonne 1630 - 1669)

A la edad de 20 años viajó al Caribe como engagé (trabajador forzoso), fue bucanero en La Española y finalmente filibustero en la Hermandad de la Costa. Se destacó especialmente por su extrema crueldad con los prisioneros. Se dirigió a Campeche donde naufragó y tras muchas vicisitudes logró regresar a La Tortuga. En 1668 capturó una fragata junto a Cayo Fragoso en Cuba, pasando a cuchillo a todos sus tripulantes. Se asoció con Miguel el Vasco y otros filibusteros, con quienes atacó Maracaibo y Gibraltar en 1668, tomando un importante botín y realizando toda clase de barbaridades con los vecinos. De regreso planeó tomar Nicaragua pero las corrientes le llevaron a Honduras, donde asaltó y tomó Puerto Caballos. Tras muchas deserciones quedó con un solo barco con el que fue a parar al Darién. Los caníbales de la zona hicieron justicia a todas sus víctimas, siendo devorado vivo por sus captores.

 

Edward Teach "Blackbeard" (Barbanegra), (Bristol 1680 - 1718)

Fue quizás el más famoso de los piratas. Su verdadero nombre era Edward Drummond y usaba el nombre de Edward Teach antes de dedicarse a la piratería. Su barco "Queen Anne´s Revenge" fue tomado a los franceses. Llevaba una enorme barba negra adornada con cintas. Antes de una batalla ató mechas lentas a su sombrero que dejaban una estela de humo negro, con el fin de aterrorizar a sus enemigos. Trataba a los prisioneros salvajemente. Su actividad duró solamente dos años. En 1718 el gobernador de Virginia ofreció una recompensa por él vivo o muerto. El teniente Robert Maynard de la Royal Navy, lo persiguió con dos barcos y lucharon mano a mano sobre cubierta. Murió con veinte heridas de machete y cinco disparos de pistola. Maynard le cortó la cabeza, la colgó en su barco y regresó a por la recompensa.

 

Ann Bonny

Hija ilegítima de un importante abogado irlandés, William Cormac y de la criada de la familia, Mary Brennan. En 1698 después del escándalo, sus padres marcharon a Charleston donde su padre ejerció como abogado y se convirtió en un rico comerciante. El temperamento de Ann era bien conocido y se cuenta que apuñaló a una chica con un cuchillo de carnicero. Contrajo matrimonio con James Bonny, un cazador sin fortuna quien la llevó a las Bahamas como pirata después de que su padre las desheredara. James se convirtió en un informador del gobernador Woodes Rogers en su lucha contra los piratas. Ann le abandonó por John "Calico Jack" Rackham que había abandonado la piratería tras un perdón real. Jack le compraba regalos y le instó a abandonar a su marido por él. James recurrió al gobernador para retenerla. Ann y Jack decidieron huir y volver a la piratería. Calico Jack dejó a Ann en Cuba en compañía de unos amigos para dar a luz a su hijo y se reunieron de nuevo en el mar dejando a su hijo al cuidado de unos amigos en Cuba. Ann vestía ropas masculinas, era experta en el manejo de pistolas y machete y era considerada tan peligrosa como cualquier pirata masculino. Jack acogía a marineros de barcos capturados como tripulación forzosa para sus barcos. Un joven marinero capturado llamado Mark Read resultó ser una joven inglesa llamada realmente Mary Read. Rackham permitió a Mary continuar con su disfraz y unirse al grupo.

 

Mary Read (1684-1721)

Era hija ilegítima y su madre la vistió de chico para que un día pudiera ser su heredera, haciéndola pasar ante sus familiares como su hijo que había fallecido. Entró al servicio del rey como grumete y sirvió más tarde en la infantería y como dragoon en la Guerra de la Sucesión española. Se enamoró de un compañero de tienda y marcharon a Holanda en 1698. Después de la muerte por fiebres de su marido volvió a vestirse de hombre y se enroló como marinero en un barco holandés. En 1709 Mary Read y otras mujeres escribieron una carta a la reina Ana de Inglaterra suplicando el perdón para sus maridos. El suyo estaba prisionero en Inglaterra. Su marido fue ahorcado y ella volvió a enrolarse. Tenía 25 años. En octubre de 1720 su barco fue atacado por los británicos mientras los piratas estaban borrachos. Mary se enfrentó a los piratas matando a uno mientras gritaba que se levantaran y lucharan como hombres. En Jamaica fueron todos sentenciados a muerte pero ambas mujeres estaban embarazadas y pidieron al juez posponer su ejecución hasta después de dar a luz. Calico Jack Rackham fue sentenciado el 17 de noviembre de 1720. El amante de Mary fue declarado tripulante forzoso y perdonado. Mary murió de fiebres en prisión el 28 de abril de 1721, antes de que su hijo pudiera nacer. Tenía 37 años. Ann tuvo a su hijo y no hay evidencias de su ejecución. Se dice que su rico padre compró su liberación y que se casó y estableció en Virginia.

 

Conclusión

Se puede decir que la historia de la piratería transcurre paralela a la historia de la navegación. Allá donde hubo barcos cargados de mercancías surgieron piratas dispuestos a tomarlas por la fuerza. Se conocen incursiones de naves piratas desde los tiempos de la antigua Grecia. Incluso la Roma republicana sufrió el pillaje de estos ladrones del mar. Desde entonces han abordado embarcaciones y todavía hoy asolan los mares cerca de Borneo y Sumatra. Sin embargo, las mejores páginas de su larga historia se escribieron en los siglos XVI y XVII, La Edad de Oro de la piratería.

El capítulo más característico de la historia de la piratería corresponde al desarrollado en el Caribe en ese periodo, episodio estrechamente relacionado con la historia de la presencia española en América.

El origen de la piratería en el Caribe hay que buscarlo en una famosa bula del Papa Alejandro VI, el año 1493, por la que se concedía a España y Portugal el derecho de posesión de las tierras que se iban descubriendo, tras la llegada de Colón al Nuevo Mundo. Las posesiones españolas se situaban tras una línea trazada, 100 leguas al oeste de las islas de Cabo Verde; los territorios situados al este de la citada línea serían de dominio portugués. Francisco I de Francia protestó airadamente contra la partición hecha por la Santa Sede: "Quisiera ver -le contestó al Papa- el testamento de Adán, por el que se me excluye a mí de esa parte del mundo". Inglaterra, todavía sin Marina, no podía intervenir en el litigio, pero años más tarde diría Drake: "Ninguna paz al otro lado de la línea". Francia e Inglaterra quedaban, pues, al margen de las riquezas de América; y España, con una política equivocada, agravó más la situación cerrando el comercio del Nuevo Mundo a los extranjeros. Todo barco extranjero navegando por aquellas aguas sería considerado a partir de entonces pirata.

La primera nación en reaccionar fue Francia. Como Francisco I carecía de Marina, estimuló a los armadores particulares y hacia 1537 el Caribe estaba infestado de piratas franceses. Posteriormente, Inglaterra comenzó también a fijar su atención en América y, soñando en el botín, aparecen los primeros piratas ingleses en el Caribe, bajo la protección de la reina Elizabeth. La mayoría eran nobles, y si no lo eran, la reina les daba entrada en la nobleza. En cierta ocasión, el embajador de España pidió a la reina de Inglaterra la ejecución de Drake, por pirata, después de que éste asaltara diversas plazas. En respuesta la reina Elizabeth esperó en el Támesis al marino... para armarle allí mismo caballero.

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"Si de los gobiernos quitamos la justicia, ¿en qué se convierten sino en bandas de criminales a gran escala? Y esas bandas ¿qué son sino reinos en pequeño? Son un grupo de hombres, se rigen por un jefe, se comprometen en pacto mutuo, reparten el botín según la ley por ellos aceptada. Supongamos que a esta cuadrilla se le van sumando nuevos grupos de bandidos y llega a crecer hasta ocupar posiciones, establecer cuarteles, tomar ciudades y someter pueblos. Abiertamente se autodenominan entonces reino, título que a todas luces les confiere no la ambición depuesta, sino la impunidad lograda. Con toda profundidad le respondió al célebre Alejandro un pirata caído prisionero, cuando el rey en persona le preguntó: ¿qué te parece tener el mar sometido a pillaje? Lo mismo que a ti, le respondió, el tener al mundo entero. Solamente que a mí, que trabajo en una ruin galera, me llaman bandido, y a ti, por hacerlo con toda una flota, te llaman emperador".

James P.Warburg

 

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