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Las Islas Baleares son sin duda el mejor destino del mediterráneo, aunque formando parte del mismo archipiélago, cada una de ellas tiene su propia fisonomía e indudablemente, su propio carácter.
La Isla Menor del archipiélago, Nuestra querida Isla de Menorca, recibe el primer rayo de sol del territorio Español, desde su cumbre más alta Monte Toro, se puede ver ese amanecer donde nace el Sol desde el mismo centro del mediterráneo y con tan solo una altura de 357 metros.
Quizás la mayor peculiaridad de nuestras gentes ha quedado configurada por haber estado bajo soberanía británica durante casi todo el siglo XVIII, durante ese período, el ejercito británico pudo rondar por su camino de caballos sus 285 Kilómetros de costa.
Tenemos una extensión de 710 Kilómetros cuadrados, pocos y fáciles de recorrer, lo que nos ha dado sin duda una personalidad especial, una forma distinta de entender la importancia de la privacidad y la tranquilidad.
En nuestros pocos kilómetros de extensión, tenemos una gran variedad de paisaje, prados y pequeñas colinas muy onduladas con un verde muy peculiar del mediterráneo húmedo.
Acantilados perfilados sobre el mar, barrancos profundos y llenos de vegetación.
Sin duda entre nuestro pueblo el caballo es el gran protagonista figurando en todas las fiestas tradicionales de nuestros pueblos, sin duda entre ellas la mas conocida la Fiesta de San Juan en Ciudadela.
Estamos preparados para ofrecer con la mayor calidad una oferta turística muy competitiva de costa y playa y evidentemente nuestra mejor alternativa al turismo de masas: las villas de vacaciones tanto de costa como de interior los llocs y casas rurales.
Fácil de recorrer durante unas vacaciones, la isla de Menorca, ofrece como alternativa a las playas de arena blanca y fina de su costa sur, un importante patrimonio cultural que la convierte en el mejor museo arqueológico al aire libre, no se puede dejar de visitar sus majestuosas taulas, navetas y talaiots prehistóricos que dan fe de su pasado y son hoy la mejor muestra de nuestra identidad.
Si solo se desea el descanso, sin mas, solo relax sobre la arena de una playa, la isla ofrece sus fabulosas calas de la costa sur, sin duda auténticos paraísos dentro de nuestra reserva de la biosfera.Mantenemos como playas prácticamente vírgenes las calas de Macarella, Cala Mitjana, Trebalúger, Cala Turqueta.
Cala Galdana, pese a su urbanización y sus hoteles, da una respuesta tanto a las necesidades de ocio como al sentido de disfrutar plenamente del paisaje y sobre todo de sus aguas tranquilas, una visión para recordar con su playa amurallada por un gran anfiteatro de roca coronado por un bosque de pino mediterráneo.
Maó, la capital, y Ciudadela, que lo fue hasta la llegada de los británicos, son unas pequeñas y agradables ciudades con carácter marinero con un fabuloso ambiente cordial y de un alto nivel cultural.
La gastronomía de nuestra Isla sigue siendo cuidada con esmero por muchos restaurantes, no puede pasar sin haber probado nuestra típica Caldereta de Langosta, sin duda encontrará en cualquier destino de nuestra Isla ese punto donde probar nuestra caldereta o cualquiera de nuestros platos típicos.
No todo son las playas de la costa sur, un paseo por nuestra costa norte les dará la sensación de soledad y reencuentro con la fuerza de la naturaleza, un lugar en donde pensar lo importante que es tener un poco de tiempo para pensar.
Nuestra costa norte es dura, desolada y bravía, con rincones maravillosos como Es Grao, Fornells, Cala Morell, algunos remansos de paz entre acantilados y la dureza del mar.
Las playas de la costa sur, a tan solo 15 minutos de distancia, les hará reencontrar la dulzura y la calidez de nuestro mar, las playas de la zona centro: Son Bou, Santo Tomás, Cala Galdana En la zona este podrá encontrar la playa de Binibeca, Binisafua, Punta Prima...
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