P R O L O G O
BOSQUE DE VIDAS
La amistad. don maravilloso, es creada por los seres humanos para compartir experiencia y renovar ensueños. Disculpad la confidencia,
yo he tenido la suerte de ser amigo, desde nuestra inquieta y universitaria juventud, de Ciro Solís. Nuestra amistad, si cabe
la expresión, ha ido creciendo con los años. Y ahora al leer, con deleite y admiración, su libro titulado Papeles de Vida,
siento refrescar recuerdos casi olvidados por el peso de los años, y mi sentimiento de fraternidad es ya un abrazo para siempre.
Quizá, algún joven lector se sorprenda del alto sitial y noble valor que conferimos a la amistad, pero es un distintivo propio
de la época de los cincuenta, La conocida Generación del 50 ya inmersa en el río de la historia y a la que pertenecemos Ciro
y yo- está conformada por un intenso número de individuales unidas por una franca amistad, abundante conversación, y los eternos
sueños de un mundo mejor que el que nos tocó vivir. Cuando por razones políticas, en la dictadura del ochenio, fueron tomados
presos muchos de los nuestros, Ciro cuenta en su libro: «Resulté medio solitario y casi huérfano de amigos». Sí, los amigos
pasaban a la categoría de hermanos. Veníamos de las diferentes regiones del Perú (Ciro de Huanuco y , yo de Piura), y San
Marcos nos unía para la vida y nuestro trabajo profesional. Estudiamos derecho para ser abogados y brillar en foro; pero,
felizmente los dos hemos sido profesores.
Dejadme, lector curioso, hilvanar algunas reflexiones y sentimientos sobre el libro Papeles de Vida. Un texto basado en la
memoria, perspicaz e inteligente, de un yo narrativo que une los acontecimientos en sus diferentes tiempos. Cada relato es
independiente y revela la historia personal de uno o dos protagonistas; pero, mirados en su totalidad observamos una sutil
red de eventos que iluminan el devenir social de
Huacaybamba (pequeño y hermoso pueblecito de Huanuco) e inclusive de la vida nacional. Ciro es un narrador innato que sabe
eliminar lo accesorio y entregar los esencial para completar un retrato psicológico, un cuadro de costumbres, la encarnación
de una ideología política y los avatares de sus militantes; o la representación animada y a veces ácida controversia de los
intelectuales universitarios; o describe la verdad secreta de una lucha reivindicativa como la huelga de estudiantes del Colegio
Nacional Guadalupe. El yo narrativo siempre es el testigo lúcido que dibuja, con fluida prosa, los episodios; y a la vez (quizá
por la distancia y experiencia de los años vividos) el que emite juicios que ordenan, dan sentido y valoran a los mismos hechos.
Escoger de tan interesantes narraciones, algunas para comentarlas, es tarea difícil. Me atrevo a señalar , en el círculo familiar,
el texto titulado «Retrato de mi padre», una lírica evocación del progenitor (del «yo autor»), que describe las cualidades
y expone las acciones que trasuntan su original psicología y forma de ser. Un hombre excepcional por su natural optimismo
vital y su facilidad para abordar múltiples trabajos. Ciro lo retrata así: «Hombre de muchos oficios y a la vez no de pocas
necesidades, era sastre, zapatero, talabartero, hojalatero, herrero y herrador de caballos…Ejerció la docencia, actividad
a la que ingresó muchas veces y lo sacaron otras tantas…Fue gobernador del distrito, juez de paz, y el primer alcalde municipal
de Huacaybamba, elegido por voto popular». Desde estas líneas mi admiración plena al padre de Ciro Solís; quien con su trabajo
incansable y su alegría de vivir, nos ha dejado una lección perenne de amor y servicio a los demás.
Siguiendo la huella paterna , y después de estudios y esperanzas juveniles, Ciro Solís Espinoza es doctor en Educación, grado
académico otorgado por la Facultad de Educación de San Marcos. Su larga y fecunda trayectoria docente abarcó diversos niveles
desde la Dirección del Centro Escolar 1043 de su querido pueblo, Huacaybamba, hasta ser profesor principal de universidades
nacionales limeñas, de la Escuela de Maestría de la Universidad San Martín de Porres y de la Escuela de Post Grado de la Universidad
Inca Gracilaso de la Vega.. Una carrera ejemplar en el plano nacional. Digo: un verdadero maestro respeta a sus maestros.
Por esta razón existencial: con cuanto afecto y tierno reconocimiento, Ciro, en su libro Papeles de vida, nos cuenta sobre
los profesores que desde la escuela hasta la universidad formaron su espíritu. Creo, al igual que Ciro, que aquel profesor
de primaria (sin medios adecuados y con un bajísimo sueldo), que no se arredra por las adversas circunstancias y al contrario
se agiganta y se convierte en un pro-motor de la cultura de su pueblo, este sacrificado maestro, ante quien me inclino reverente,
aún espera el homenaje sincero del país. Ciro rememora, con cariño, a sus maestros de escuela: Julio César Pozo y Fidencio
Rojas. Allí los vemos alegres, pujantes, sabios en su actuar que es la enseñanza diaria. No me resisto y transcribo lo que
Ciro piensa y afirma al respecto: «El maestro no sólo es el portador de lo permanente que hay en la condición humana, que
acabaría de no ser así como una pura repetición, sino también el agente del cambio que modifica y renueva todo. Por el maestro
la cultura se conserva y no se pierde, y sin estancarse humaniza más a quien la cultiva». Frases esclarecedoras que debemos
meditar los que somos profesores y los que no lo son.
Con el correr de los días y las páginas, Ciro evoca, igualmente, a sus profesores sanmarquinos, y lo hace con verdaderos retratos
espirituales de cada uno de ellos. Así vemos, en todo su esplendor académico, a Julio Chiriboga, Luis Felipe Alarco, Mariano
Iberico, Carlos Cueto Fernandini, Francisco Miró Quesada, Alberto Tauro, Roberto Mac Lean Estenós, y Antonio Pinilla. Ciro
lo dice: «Son los maestros que más me impresionaron y dejaron una impronta de luz para toda mi vida».Agrego: Sí, Ciro, amigo,
entre las mejores visiones de mi vida universitaria, conservo la de una mañana de sol otoñal que iba contigo y Miguelito Romero
a escuchar la clase de historia de Raúl Porras Barnechea, en una aula de la casona Sanmarquina. El gran profesor y erudito
esperaba. Y es que ser joven es poseer la totalidad de nuestro destino en las manos, por eso caminábamos como tres conquistadores
(no españoles) sí de nosotros mismos y de nuestro país. ¡Tiempos hermosos!.
Ciro Solís Espinoza es un destacado autor de textos universitarios sobre la teoría de la educación, la epistemología y sus
elementos, y los fundamentos razonables de las ciencias sociales. Y, ahora, con su libro Papeles de vida, se nos revela como
un excelente prosador de argumentos y un fino contemplador de los paisajes andinos, personas y espacios que conforma un verdadero
bosque de vidas, cuya presencia multánime se ha reflejado en nuestra conciencia enriqueciéndola para siempre en la comprensión
de nuestro pasado para mejor vivir nuestro futuro.
Ciro, te felicito por tu libro Papeles de vida, que es ánfora de recuerdos para todos los peruanos.
MANUEL VELAZQUEZ ROJAS.
Doctor en Literatura. Ex Decano de la Facultad de Humanidades de la Universidad Nacional de Educación. Ex Profesor de la Maestría
de Literatura de la Universidad de San Marcos. Profesor de La Maestría de Educación por el Arte de la Universidad Ricardo
Palma. Poeta, fabulista y periodista.
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