ðHwww.oocities.org/es/hyboreo/elrey.htmlwww.oocities.org/es/hyboreo/elrey.htmldelayedx°„ÕJÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÈ@Û’ÊOKtext/htmlpËzÊÿÿÿÿb‰.HMon, 08 Oct 2001 19:32:18 GMT#Mozilla/4.5 (compatible; HTTrack 3.0x; Windows 98)en, *°„ÕJÊEl rey

EL REY

Desperté, todo seguía oscuro; se podía oír el viento que rompía el silencio, y a veces me parecía que silbaba tu nombre, te buscaba . . ., pero nada encontraba.

Con las primeras luces, como los días anteriores, salí del refugio con la esperanza de encontrar agua potable, y tal vez algo de comer; pero en el fondo sabía que después de la última explosión todo era inútil. Ocurrió hace apenas dos semanas, con ella toda la gente abandonó la ciudad, ahora creo que soy el único ser humano que queda por aquí. Miré por toda la calle buscando alguna persona, las únicas que alcanzaba a ver estaban tiradas por el suelo, muertas; como todo lo demás.

Seguí avanzando y el sol con miedo a mirarme por mi deplorable estado, se ocultó tras una negra nube, que más bien me recordaba las inmensas nubes de humo de las bombas, y empezó a llover. Andaba mientras notaba como el agua me iba quemando, e iba tiñendo de negro todo lo que tocaba, y me sentí abatido, impotente, sólo.

Escondido bajo un tejado vi como lo poco de luz que quedaba se iba apagando poco a poco, como todo, en lo que me incluía yo, mi vida, mi ilusión.

Dejó de llover y en mi rostro apareció lo que podía llamarse una pequeña sonrisa, y volví a caminar. Miraba de un lado a otro, pero seguía sin ver nada interesante, nada de agua (que no fuera la de la lluvia) y mucho menos algo de comer.

Del suelo salía un hedor fétido similar al de cuerpos en descomposición, prefería pensar que era debido al ácido de la lluvia, aunque por el color, se podía pensar cualquier cosa. Al fin, en una esquina encontré algo que echarme a la boca, un nido de ratas. Eran algo peligrosas, pero ya hacía tiempo que había aprendido a cazarlas, decidido saque mi cuchillo y me abalancé al rincón, metí la mano, sentí como me mordió una, por la fuerza que tenía no debía ser pequeña, y entonces clavé mi puñal y saqué a la rata, que debía ser la madre, además de su corpulencia, ella era la única que me había atacado. Era grande, hermosa, pero había algo en ella que no me gustaba, tenía un color diferente, algo así como azul verdoso, juraría que estaba contaminada, pero eso ya, que más daba.

Me disponía a comer cuando el sol se dignó otra vez mirarme, sus rayos se reflejaban a unos veinte metros de mí, me acerqué por curiosidad y no podía salir de mi asombro cuando vi un espejo, no era ni grande ni bonito, pero para mí era el trozo de espejo más maravilloso del mundo, ¡Dios mío, el tiempo que hacía que no veía yo un espejo!, intenté mirarme, pero estaba tan lleno de tierra que no alcanzaba a verme más que un ojo, tal vez debí haber parado ahí, pero no lo hice. Utilicé lo que quedaba de mi camisa para frotar aquel maravilloso trozo de vidrio, una vez que estaba más o menos limpio, me miré.

¡Era horrible!, no me parecía en nada a lo que había sido, no era siquiera una sombra de lo que fui, estaba desfigurado, en lo único que me parecía era en los ojos, en los que aún con más arrugas se podía apreciar quién fui un día, un maravilloso día. Hasta el pelo se me había caído, no todo, pero si en su mayoría.

Ahora estaba más deprimido que nunca, había cambiado tanto que no sabía si quería verte, pues de seguro, no me reconocerías.

Las pocas ganas de vivir que tenía, se habían esfumado en una mirada, la mía, perdida, fría, muerta, . . ., rota. ¿Qué me quedaba por hacer ahora?, seguramente, ya nada, así que ¿Por qué seguir sufriendo?, ¿Y si tu has cambiado tanto como yo y no nos reconocemos? Sería horrible, ¿Verdad?.

Siete años juntos, y separados por la codicia del hombre, ¿No querían poder?, pues ahora podría tener todo el que quisieran, si vivieran. Pero, ¿Para que ser el rey de la nada?, es absurdo, ojalá me hubiese muerto yo el primero, pero no fue así, aunque mirando el lado bueno, ahora soy yo el rey de la nada, un rey sin rostro, pero rey al fin y al cabo. Por lo menos soy justo, ya que trato a todos mis súbditos por igual, pero ¿Para que fantasear?, estoy sólo, posiblemente en todo el mundo, y por mi aspecto moriré antes de encontrar a alguien.

Seguía deprimido, pero eso de ser el rey parecía animarme, no mucho, pero si algo. ¡¡El rey está deprimido!!.

D.M.