UNIVERSIDAD YACAMBÚ
ESPECIALIZACIÓN EN GERENCIA
MENCIÓN SISTEMAS DE INFORMACIÓN
IMPACTO DE LA TECNOLOGÍA SOBRE EL RECURSO HUMANO
El Impacto Social Infografía La Informática Doméstica Marco SocioCultural Punto de Vista del Autor

   La Informática Doméstica o Personal

En la actualidad los microordenadores están destinados al uso individual o doméstico, en oposición a los ordenadores utilizados en el mundo empresarial o institucional (miniordenadores o mainframes), con la única excepción de los microordenadores conectados a ordenadores mayores o entre sí en forma de red, no obstante cada uno de los microordenadores así organizados debiera ir ligado a un único individuo.


En la actualidad los ordenadores han abandonado su primitiva asignación de tareas específicas para erigirse como vehículos de comunicación, creado, almacenando y transmitiendo información a otros individuos. Desde el punto de vista de la comunicación cabe destacar también el proceso de texto e incluso la utilización de videojuegos. Todas estas funciones favorecen el hecho de que con frecuencia el impacto de los ordenadores se compare con el de otros medios de comunicación tales como el teléfono y la televisión.


Difusión de la informática doméstica


La actual informática doméstica se inicia a finales de los 70 cuando Steve Jobs y Steve Wozniak construyeron la primera unidad Apple I en el garaje de la casa de los padres de Jobs en Cupertino (California).


En un primer momento los ordenadores domésticos se orientaron hacia el uso de videojuegos y el proceso de textos. Rápidamente fueron adoptados en escuelas y oficinas, especialmente a partir de 1981 donde se inició la competencia por la supremacía del mercado microinformático entre Apple y el PC. Podemos considerar la segunda mitad de los años 80 como la época de difusión de la informática doméstica, época en que el uso de un ordenador empezó a perder sus connotaciones mágicas para empezar a adoptar la carta de naturaleza de un instrumento cotidiano.


Durante este período los ratios de adopción de ordenadores fueron similares a los obtenidos en los años 50 por la TV en blanco y negro (años 60 en nuestro país) o en los 60 por la TV en color (años 70 en nuestro país).


La adopción de un ordenador en el hogar.



El status social es una de las principales variables que influyen en la introducción en el domicilio de un ordenador personal. A lo largo del tiempo los valores críticos que determinaban el status han ido actualizándose a la baja, hasta llegar a nuestros días donde el peso de esta variable es muy relativo, alcanzándose la plena popularización.
La investigación realizada relaciona variables tales como el nivel de ingresos, nivel educativo y actividad profesional como elementos relacionados con la introducción de la tecnología informática en el hogar. No obstante debemos considerar como estas variables se encuentran mas relacionadas con el carácter innovador de los primeros años de la informática doméstica que con sus características intrínsecas.


Características personales. (variables demográficas y actitudinales)



La mayor parte de investigaciones realizadas coinciden en señalar como los individuos mas proclives a adoptar la tecnología microinformática en su actividad diaria fueron, en un inicio, los que tenían edades comprendidas entre los 30 y 45 años, aventajando incluso a los individuos mas jóvenes. Progresivamente la edad de los usuarios ha tendido a disminuir.


Esta situación probablemente está relacionada con el hecho de que la decisión de compra de un ordenador pertenece todavía a los padres, influyendo los hijos en la adquisición de consolas de videojuegos. Esta situación permite que los intereses entusiastas de los hijos puedan verse fácilmente vetados por el desinterés parental. Recordemos como en la época de los nanoordenadores existía un mayor protagonismo del público infantil y adolescente, tratándose de máquinas que muchas veces se conceptualizaron como juguetes.


El sexo parece constituirse en una variable relevante en la forma de introducción de los ordenadores en el hogar, haciéndolo habitualmente de la mano de personajes masculinos, si bien es posible apreciar un progresivo incremento en la participación femenina.


Los sujetos que introducen un ordenador en su domicilio suelen mayores intereses y actitudes mas favorables hacia la ciencia y la tecnología. Ello explica que la mayor parte de sujetos que compra un ordenador (alrededor del 70%) lo haga sin considerar un uso específico, basándose únicamente en la posibilidad de aprender mas acerca de las nuevas tecnologías.


Esta situación se produce esencialmente entre aquellos que adoptan la tecnología informática de modo temprano (ya sea como innovación o por su edad) y su perfil suele caracterizarse por dedicar menos tiempo a la TV y a las actividades sociales, en favor del tiempo dedicado a actividades solitarias. También suelen practicar menos deporte, durmiendo habitualmente un menor número de horas. Por último también cabe destacar como suele tratarse de sujetos que han adoptado otras tecnologías individuales tales como calculadoras, agendas electrónicas y videojuegos.


Marco sociocultural



La utilización de un ordenador en el domicilio es una forma de comportamiento determinada por el entorno social, laboral e informático que rodea al individuo, tanto en el propio domicilio como fuera de él. Las redes de relaciones sociales resultan especialmente importantes en la aceptación de cualquier innovación y la informática personal no resulta una excepción. De este modo cabe destacar la organización de los establecimientos que comercializan los productos de Apple, que ofrecen además el valor añadido de una serie de servicios mas propios de un grupo de amigos.


Desde el punto de vista laboral cabe destacar como los usuarios de ordenadores en el domicilio, resultan mas proclives a adoptar esta tecnología en sus trabajos, hecho que resulta especialmente evidente entre los niños y en relación a la escuela.


Características técnicas y compatibilidad humana



Existen explicaciones de índole técnica subyacentes a la atracción que suscitan los ordenadores personales entre sus usuarios. Resulta evidente que los ordenadores son mas atractivos que la TV dado su carácter interactivo.
Podemos establecer tres características que sitúan al ordenador personal en un plano de clara diferencia respecto a los medios de comunicación tradicionales:

Interactividad: Los ordenadores constituyen el único medio de comunicación capaz de sostener una conversación con un individuo de un modo casi natural.


Desmasificación: Es posible intercambiar mensajes de modo individual frente a una hipotética gran audiencia (un mensaje de correo electrónico puede ser privado, puede remitirse a todos aquellos sujetos que cumplan determinada característica o ser totalmente público).


Asincronismo: Los mensajes pueden ser recibidos en el momento que el usuario desee y sin ninguna diferencia respecto a la recepción en otro momento (no es lo mismo recibir una llamada de teléfono que un mensaje en un contestador), haciéndole independiente de horarios.


Algunos autores plantean el hecho de que la dificultad intrínseca que rodea a un ordenador y la necesidad de aprender a utilizarlo puede suponer una barrera infranqueable para algunos sujetos. Esta situación se ve mediatizada por ciertas características del software y del hardware que pueden facilitar o bien inhibir el uso del ordenador.


Entre las circunstancias que dificultan el uso de ordenadores por aquellos sujetos menos interesados podemos citar: inexistencia de letras minúsculas, exhibición en pantalla lenta, escasa amplitud de la línea de texto, pocas líneas de texto por pantalla (16) y escasa resolución gráfica.


Entre las características que favorecen el uso de los ordenadores podemos destacar el aspecto atractivo y amigable de los programas y un diseño que premie el aspecto intuitivo por encima del aprendizaje previo (pensemos en la dificultad que entrañaba el uso de un procesador de textos basado en comandos como Wordstar, frente a los procesadores actuales basados en un interface gráfico, menús y botones). Respecto a este tema cabe destacar como la aparición de Windows (a partir de la versión 3) y posteriormente Windows 95 ha supuesto el espaldarazo definitivo al acceso fácil y especialmente intuitivo. Hoy día no es justificable, ni técnica ni económicamente, el mantenimiento de sistemas informáticos basados exclusivamente en representaciones textuales, pese a que es fácil encontrarlos, aún hoy en todo tipo de entornos laborales.
Pese a ello no debemos olvidar que sigue siendo preciso un aprendizaje previo al uso de cualquier ordenador, que progresivamente va siendo menos formal para centrarse en conceptos eminentemente abstractos.


Patrones de uso de los ordenadores domésticos



Existen dos dimensiones cardinales que definen el patrón de utilización de un ordenador doméstico:

  • Cantidad de tiempo dedicado.
  • Diversidad de usos.


Siendo esperable una evolución tendente a la ampliación del numero de utilizaciones diferentes, lo que supondrá un incremento en el tiempo total de utilización del ordenador. De este modo un ordenador puede llegar a un hogar porque uno de sus miembros desea jugar con videojuegos, derivando progresivamente a diferentes utilizaciones (programación, comunicaciones, rutinas domésticas, etc.) ya sea por parte del mismo individuo como por el hecho de que tiendan a agregarse nuevos medios del marco familiar. Este tipo de progresión suele llevar pareja la adquisición de nuevo software o periféricos.


Otra evolución mas limitada y de menor frecuencia es la limitación a una utilización concreta a partir del momento en que el fenómeno de la novedad deja de tener relevancia. La mayor parte de investigaciones realizadas en este terreno coinciden en señalar que los ordenadores domésticos no suelen almacenar polvo, existiendo alrededor de un 18% de usuarios que reconocen usar su ordenador menos de lo que esperaban al momento de su adquisición.


Una encuesta realizada en entre 1984 y 1985 en 614 hogares norteamericanos solo halló dos casos en que el ordenador había sido completamente abandonado, si bien algunos sujetos mas habían trasladado el ordenador de su domicilio al trabajo por su escaso uso. En la medida que un microordenador se considera como una herramienta relacionada con el trabajo, su integración en el medio doméstico será siempre menor y parcial.
El tiempo de uso en horas por semana oscilaba en unos valores medios de 6 a 17 horas semanales. No obstante dichos datos corresponden a la mitad de la década de los 80, siendo razonable suponer que los valores actuales tiendan a ser ligeramente superiores, pudiendo considerarse como un ordenador doméstico debe utilizarse con una frecuencia casi diaria y con un mínimo de una hora de utilización.


Este dato resulta de importancia capital, puesto que aún en los niveles mas bajos de utilización, comprobamos como los ordenadores pueden suponer una notable modificación de la rutina doméstica.
Resulta necesario disponer de estudios longitudinales que muestren la evolución real del tiempo dedicado al ordenador en el hogar, sobre todo una vez ha disminuido el efecto ligado a la novedad, fenómeno que tiene una importancia capital en actividades tales como el juego con videojuegos.


El único estudio longitudinal que se ha podido recoger (Venkatesh & Vitalari, 1986) concluye como el tiempo de utilización del ordenador se estabiliza rápidamente una vez ha disminuido el efecto de la novedad, pudiéndose restringir el número de aplicaciones respecto a las primeras semanas.


Los usos que se le dan a un ordenador varían ampliamente según las muestras utilizadas, si bien existe un alto grado de acuerdo en algunos grupos de tareas: Actividades relacionadas con el trabajo, proceso de textos, educación, entretenimiento, contabilidad doméstica y aprendizaje de la informática. Hoy día deberíamos añadir el tema de las comunicaciones y servicios telemáticos a esta relación, si bien en nuestro país todavía existe una actitud de cierto recelo que hace que esta área continúe aún en manos de los iniciados.


El impacto social de los ordenadores domésticos



Sólo tres de las seis categorías en que se ha dividido el impacto social de la informática doméstica cuentan con un respaldo amplio en cuanto a investigaciones : aprendizaje y educación, ocio y trabajo domiciliario son las facetas que han recibido una mayor atención por parte de los investigadores, no obstante un reducido grupo de trabajos han puesto en evidencia impactos en áreas tales como el funcionamiento familiar, rutinas domésticas y privacidad, libertades civiles y derecho a la propiedad.


Diferentes trabajos confirman como el tiempo dedicado al estudio y el interés de los niños en la realización de tareas escolares en el domicilio aumenta cuando se introduce la utilización del ordenador. Otros autores consideran que este fenómeno se encuentra ligado al hecho de que los padres que deciden la utilización de un ordenador poseen niveles educativos mayores que los que no lo hacen, reforzándose una tendencia en relación a la educación de los hijos que ya existía con anterioridad.


Es en el tema relativo al ocio donde el impacto de la informática doméstica es mas evidente. Muchos usuarios reconocen como la adquisición de un ordenador personal ha disminuido de modo considerable el tiempo dedicado a ver la televisión.


En otros trabajos se recogen datos que hablan de una disminución del tiempo de sueño de los usuarios de ordenadores, disminución del tiempo dedicado a deportes al aire libre, disminución del interés en las artes y disminución del tiempo que se dedica a la radio, música y lectura. Sin embargo estos datos deben considerarse con precaución ya que los trabajos realizados presentan importantes lagunas metodológicas. Muchos de ellos se basan en informes subjetivos, recogiendo información de usuarios ya establecidos, sin que exista ninguna información de su comportamiento anterior a la utilización del ordenador. Tampoco se suele distinguir entre usuarios intensivos y los de características mas moderadas. Por último también cabe destacar como la mayor parte de estos trabajos se realizaron en la primera época de la informática doméstica, donde muchos usuarios eran auténticos "fanáticos" de los ordenadores. Los mismos autores llegan a la conclusión de que los usuarios de ordenadores pasan mas tiempo solos, dedican gran parte de su tiempo al ordenador y organizan sus relaciones sociales en base a los grupos de usuarios, clubs y revistas de informática. Estas conclusiones no difieren en gran medida de las que se escribieron sobre los rasgos de personalidad de los primeros informáticos profesionales (años 60 y 70), evolucionando este sector de modo muy diferente en cuanto los ordenadores empezaron a popularizarse y se perdió la aureola de misterio. Es por este motivo que podemos pensar que estas aseveraciones pueden verse muy mediatizadas por el momento en que se desarrollaron estos trabajos (en la primera época de la informática doméstica).


Las rutinas domésticas se ven afectadas de diferentes formas a partir de la introducción de un ordenador personal. Unos pocos usuarios automatizan algunos procedimientos domésticos tales como el encendido y apagado de las luces, calefacción, etc. Sin embargo las utilizaciones domésticas mas extendidas hacen referencia a la contabilidad doméstica (gastos, presupuestos) y a las aplicaciones esencialmente personales.
Por último deberíamos destacar algunos estudios orientados a valorar aspectos tales como la privacidad y las libertades civiles. En estos trabajos se comprueba como los sujetos que utilizan un ordenador personal se sienten menos preocupados que los que no lo utilizan acerca del peligro que puede representar el tratamiento informático de datos sensibles, no obstante esta situación puede estar mediatizada por el hecho de que los sujetos que utilizan un ordenador en su quehacer diario suelen poseer niveles educativos superiores a aquellos que no lo utilizan, por lo que las diferencias en sus actitudes podrían ser realmente debidas a las diferencias culturales y no tanto al hecho de utilizar o no un ordenador.

El impacto social de la ciencia y tecnología
Al hablar (o escribir) sobre el impacto social de la ciencia, no puede desconocerse el hecho de que la ciencia es, en sí misma, una actividad social (Merton, 1973; Ziman, 1986; Woolgar, 1991; Edge, 1995, Bernal, 1964). En este sentido, Latour (1991) llama la atención acerca de la existencia de un vínculo que implica a la ciencia y la sociedad:

“Un mismo hilo liga las ciencias más esotéricas con la más sórdida de las políticas, el cielo más lejano con una cierta fábrica en la periferia, peligros de carácter global con las próximas elecciones locales o con el próximo consejo de administración. Los horizontes, lo que está en el tablero, las coordenadas temporales, los actores son todos ellos inconmensurables y, sin embargo, ahí están envueltos en la misma historia.” (...) “De nuevo los jefes de estado, los químicos, los biólogos, los desesperados pacientes y los industriales se encuentran agrupados en una misma oscura historia, en la que se mezclan biología y sociedad.”

La idea del “vinculo” podría cuestionar directamente la idea de “impacto social”, si no se utiliza esta última con suma cautela. Es fundamental señalar, por lo tanto, que el impacto social de la ciencia y tecnología, tal como se conceptualiza, asume dimensiones muy diversas y complejas, y no representa simplemente un estadío más en la recta del modelo lineal.

Kostoff (1995) señala que “El impacto de la investigación es el cambio efectuado sobre la sociedad debido al producto de la investigación. La efectividad de la investigación es una medida del grado de focalización del impacto sobre las metas deseadas.”

Si bien esta definición incluye la consideración de la intensidad del cambio, a partir del concepto de efectividad, no toma en cuenta otra variable fundamental: de qué modo se produce este cambio. Esta perspectiva aparece como un tanto unilateral, ya que descuida el hecho de que el conocimiento debe ser apropiado socialmente para que el impacto exista efectivamente. Este parámetro –el modo de apropiación social del conocimiento- ha sido dejado de lado en la mayoría de las experiencias de análisis del impacto.

La multidimensionalidad del impacto, por otra parte, es tomada en cuenta por Kostoff, quien señala que “El impacto de programas de investigación involucra la identificación de una variedad de expresiones de conocimiento producidas, así como los cambios que estas expresiones realizaron en una multitud de diferentes blancos potenciales de investigación (otras áreas de investigación, tecnología, sistemas, operaciones, otras misiones organizacionales, educación, estructuras sociales, etc.). Mientras algunos impactos pueden ser tangibles, muchos otros pueden ser intangibles y difíciles de identificar, mucho menos cuantificar.”

Bernal (1964) amplía la idea de multidimensionalidad, incorporando el impacto sobre la propia estructura de pensamiento de la sociedad. “(...) mi propósito es destacar una vez más en qué medida el progreso de la ciencia natural puede ayudar a determinar el de la sociedad misma, y esto no sólo en los cambios económicos suscitados por la aplicación de los descubrimientos científicos, sino también a consecuencia del efecto que produce en la estructura general del pensamiento el impacto de nuevas teorías científicas.”

Si bien, como se ha dicho, los impactos sociales de la ciencia y tecnología pueden ser significativos y expresarse en múltiples dimensiones, no debe suponerse que la ciencia y tecnología puede responder a todas las necesidades de una sociedad.

Por el contrario, Harry G. Johnson, en un informe de la Academia de Ciencias de EE.UU. a la cámara de representantes, citado en Salomon (1970), advierte que “... es la naturaleza de nuestras actitudes y de nuestras instituciones políticas y sociales, no el retraso de nuestros conocimientos científicos en la esfera de lo social, lo que es responsable, más que nada, de la existencia de estos problemas.”

A esto se refiere también el propio Salomon, cuando denuncia que “... hay una suerte de ingenuidad y de mistificación –llamemos a esto ‘ilusión cientificista’- que consiste en creer que los problemas de la salud y, en particular, los del ambiente, podrían resolverse en proporción a las inversiones de investigación científica consagradas a su solución. Los éxitos mismos alcanzados por la tecnología desde hace un cuarto de siglo (...) llevan a pensar (o a hacer creer) que aplicando el mismo esfuerzo a los objetivos de orden social podría obtenerse un rendimiento análogo al de la tecnología nuclear o espacial. De ahí, todos los temas de la ciencia aplicada a los problemas del subdesarrollo o a la curación de los traumatismos provocados, precisamente, por la aceleración de la civilización urbana y del cambio tecnológico.”

Salomon reconoce, sin embargo, que “...los objetivos de orden social (...) desempeñan el papel del pariente pobre en la mayoría de las políticas nacionales de la ciencia. Por objetivos de orden social hay que entender la salud, la higiene y la lucha contra las molestias (contaminaciones del aire y de las aguas, problemas que presenta el desarrollo urbano, etc.). Los recursos financieros y humanos consagrados a las investigaciones en estos dominios no movilizan más que a una pequeña parte, en términos absolutos, lo mismo que en valor relativo, del esfuerzo global de investigación. Estos recursos podrían y deberían aumentarse; en el caso de las investigaciones médicas, inversiones mayores darían lugar sin duda a adelantos muy grandes en la lucha en pro de la prevención y curación de las enfermedades.”

Por otra parte, recuerda que “aunque los objetivos de carácter social pasasen a ocupar el primer lugar en la jerarquía de las prioridades del poder público, sería sorprendente que la ciencia y la técnica resolviesen este tipo de problemas” (miseria, criminalidad, conflictos raciales).

Esta posición, basada en la situación política mundial de fines de los años sesenta, contrasta con la asumida por la UNESCO en la última Conferencia Mundial de la Ciencia (UNESCO; 1999):

“Existe actualmente una oportunidad sobresaliente para desviar recursos que habían sido previamente destinados al desarrollo y producción de nuevas armas a sectores de prioridad social y convertir infraestructuras de producción e investigación militar al menos parcialmente al uso civil.”

Esta discusión acerca de los impactos sociales de la ciencia y tecnología es retomada por el propio Salomon en 1994, al referirse específicamente a los países “en desarrollo”:

“En realidad, hay quienes niegan que las nuevas tecnologías sean lo que la mayoría de los países en desarrollo necesitan como alta prioridad para satisfacer sus desafíos reales de manera tan rápida y eficiente como sea posible.”

Concordando con Salomon, el Banco Mundial en su Informe sobre el desarrollo mundial 1999 afirma que:
“Desde hace siglos se conoce el tratamiento de enfermedades sencillas como la diarrea, y a pesar de ello millones de niños siguen muriendo a consecuencia de ella porque sus padres no saben cómo evitarlo.”

Sin embargo, el mismo informe sostiene que:
“El planteamiento del desarrollo desde la perspectiva del conocimiento (...) puede mejorar las condiciones de vida de formas muy diversas, además de elevar los ingresos. (...) el conocimiento nos permite controlar mejor nuestros destinos.”

La palabra clave aquí es conocimiento, a diferencia de investigación. Desde la perspectiva del Banco Mundial, “En vez de volver a descubrir lo que ya se sabe, los países más pobres tienen la posibilidad de adquirir y adaptar gran parte de los conocimientos ya disponibles en los países más ricos”

La UNESCO (1999), en una perspectiva levemente contraria, sostiene que:
“Hoy, más que nunca, no puede haber desarrollo sin ciencia y sus aplicaciones.” Al asumir esta posición, la UNESCO mantiene su posición acerca de la necesidad de los países de contar con capacidades endógenas de investigación, para desarrollarse.

Kostoff (1995), en una línea intermedia, relacionando íntimamente conocimiento e investigación, sostiene que:

“Medir el impacto de la investigación requiere la medición del conocimiento. Sin embargo, el conocimiento no puede ser medido directamente. Lo que puede ser observado y medido on las expresiones del conocimiento, como papers, patentes y estudiantes formados. Medidas de expresiones del conocimiento resultantes de la investigación deben, por necesidad, proveer una imagen incompleta del producto de la investigación.”

Para no ir aún más allá de la perspectiva ingenua denunciada por Salomón, hay que señalar que los impactos sociales de la ciencia y tecnología pueden no ser solamente positivos, sino también tener consecuencias negativas sobre la sociedad. Entre estas, cabe resaltar el impacto potencialmente negativo de muchas de las “nuevas tecnologías“sobre el empleo, el ambiente y la salud. Estos temas, de importancia no menor, y han sido analizados en cuantiosos trabajos.

Para avanzar hacia propuestas que permitan medir el impacto social de la ciencia y tecnología, se hace necesario revisar los distintos principios utilizados en la construcción de indicadores de ciencia y tecnología, y los marcos conceptuales involucrados.


Punto de Vista del Autor
La medición del impacto social de la ciencia y tecnología no había sido objeto de tanto estudio hasta el presente. Sin embargo, se cuenta con algunas experiencias en el área, principalmente en países desarrollados.

Es importante observar el impacto del desarrollo de las tecnologías en el ámbito social y familiar. En su inicio los computadores personales se dedicaron fundamentalmente al aprendizaje de la informática y de la tecnología, para progresivamente orientarse hacia tareas específicas donde debemos destacar el proceso de textos y el uso de videojuegos. El impacto de los computadores sobre otras actividades, especialmente en el terreno del tiempo libre resulta un fenómeno de difícil análisis.

El impacto en las actividades domésticas varía también notablemente en función de las características de los computadores, resultando diferente las consecuencias de introducir un equipo, que probablemente se dedique al uso de videojuegos, al redactado de textos y escasas aplicaciones mas, a introducir un sofisticado equipo dotado de periféricos complejos que asumirá numerosas utilizaciones mas (probablemente relacionadas con el entorno laboral) y cuyo impacto en la dinámica familiar será evidentemente mayor.


©2005 Juan Carlos Castillo Briceño E-mail Me