Se
puede entender como tecnología las herramientas, equipos, técnicas y
actividades que son utilizadas para transformar
el “in-put” de las organizaciones en bienes y servicios.
En consecuencia se puede entender
como la serie de actividades de producción que está en capacidad de
realizar cualquier organización y, por supuesto incluye la maquinaria y los
procesos de trabajo. La tecnología de toda organización se inicia con
materias primas de alguna variedad; por ejemplo, troqueles de acero no
terminados en una fabricación de motores. Los trabajadores dentro de cada
fase del proceso tienen la responsabilidad de actuar sobre la materia prima
para transformarla. No se debe
perder de vista que la tecnología consiste en entradas o insumos de
materias primas, que por medio de un proceso de transformación cambia y se
agrega valor a los artículos, el
bien o servicio de salida que se vende a los clientes en el segmento
correspondiente del mercado de esa organización. Sin lugar a dudas
puede ser muy complejo indicar donde concluye la tecnología en las
grandes corporaciones mundiales de hoy día.
La identificación tecnológica, puede determinarse en forma parcial
investigando el flujo de materias primas de
estas corporaciones, la heterogeneidad de las responsabilidades de
trabajo, los índices numéricos de la automatización
de los procesos productivos, la reciprocidad que existe entre las
diferentes tareas en el flujo
de trabajo, así como también de la variabilidad de los productos en la
producción. Siempre hay que
tomar en cuenta que toda organización tiene
un núcleo técnico el
cual refleja la misión de
dicha organización. En la medida en que las organizaciones de hoy día
tratan de transformarse en
sistemas sociales abiertos y flexibles en un entorno de continuos cambios,
la nueva tecnología puede influir en la estructura organizacional.
De
acuerdo con el futurólogo A. Toffler la humanidad ha tenido tres grandes
“olas”. La primera de ellas conocida como la “ola agrícola”. La
cual ha existido desde que el hombre está en la tierra. Éste siempre ha
vivido del producto de la tierra. Con la aparición del tractor
hubo un cambio transformador de la humanidad. Cada vez que la sociedad
experimenta una transformación significativa el capital cambia en paralelo
con el dinero. A medida que se va produciendo, cambia su contenido de
conocimiento. De este modo, el dinero de la era agrícola, que era
representado en metales o algunos otros bienes, tenía un valor de
conocimiento casi nulo. Ese dinero de la Primera Ola no sólo era tangible y
duradero, sino que también era analfabeto.
La tecnología de esta época pre-industrial se caracterizaba por el
uso de materias primas y energías naturales. Centrada en ventajas de tipo
comparativo.
Esta
era agrícola dió paso a la
“Segunda Ola” identificada como industrial que se caracterizó como un
período de la tecnología de las máquinas –o
tecnologías duras-, muy relacionada al capital y a las energías
artificiales y que trajo como
consecuencia la reafirmación del desarrollo industrial de gran escala. El
dinero de esta Tercera Ola está representado por el papel impreso, con o
sin el respaldo de algún bien. Lo más significativo es lo que aparece
impreso en dicho papel. El dinero en esta ola es simbólico, pero todavía
tangible. Esa forma de dinero marcha paralelamente con la alfabetización
masiva de la población.
La
Tercera Ola de A. Toffler denominada como la revolución de la informática
y de cambios comunicacionales desenfrenados, también otros autores la
designan como la época de la tecnología intelectual. Esta tercera ola se
ha caracterizado por
los cambios revolucionarios producidos por la tecnología de la informática,
la electrónica y la biotecnología entre otras. El dinero de esta Tercera
Ola consiste, cada vez más, en impulsos electrónicos. . Se esfuma, se
transfiere el momento y es supervisado por medio de una pantalla de un
terminal informático. Sin
lugar a dudas, resulta casi un fenómeno óptico. El dinero de
esta Tercera Ola es información: la base del conocimiento. Tales
como: investigación y desarrollo, capacitación, mercadeo, comunicación y
desarrollo de software. Es una etapa en donde la creatividad e innovación
están orientadas hacia la mejora continua, la cual representa el componente
que reafirma la competitividad.
Por
las realidades señaladas en el párrafo anterior, las competencias de la
fuerza laboral, que desarrollan el poder desde un lugar territorial
determinado hacia una base del conocimiento, representan las ventajas
competitivas prevalecientes. Sin excepción todas las organizaciones que
desean ser exitosas dependen directamente de la Capacidad Cerebral Humana (CCH)
y, por lo tanto no son influidas desde ningún punto de vista de la ubicación
geográfica. La pertinencia y
recurrencia se centran en la gestión de la tecnología y en las personas y
su preparación.
Para
asegurar la competitividad y la innovación es fundamental la sinergia entre
la formación y la investigación y el alejarse cada día más
de la cultura tayloriana.
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Chichí
Páez
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Gerencia
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Correo-E:
jpaez@postgrado.uc.edu.ve
También publicado en: PymesDominicanas.Com
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Junio
9, 2002
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