Juan Alberto
Estallo Martí
Institut Psiquiàtric. Dpto de Psicología Junio
1997
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Introducción.
Podemos situar el inicio
de la era electrónica en el año 1912 cuando Lee de Forest y sus dos
colaboradores descubrieron las propiedades de amplificación del tubo de vacío,
descubrimiento que abrió el camino al desarrollo de la radio, la TV y la
informática. Históricamente la informática doméstica o personal nace a finales
de los años 70 y principios de los 80. Resulta difícil situar en un punto
concreto del tiempo la presencia de la tecnología informática en el hogar. Los
primeros ordenadores personales, no eran mas que pequeñas cajas con multitud de
conmutadores y LEDS que carecían de teclado, monitor y dispositivos de
almacenamiento. Su uso era muy restringido y estaba limitado a escasos
aficionados a la electrónica que construían sus propios prototipos. Sin embargo
se había dado el gran paso de poner en manos de cualquier ciudadano una
tecnología que hasta el momento estaba reservada a las grandes empresas,
entidades gubernamentales o universidades, puesto que los costes de los
componentes disminuyeron su precio hasta el punto de hacer viable la
construcción de máquinas individuales. Algo similar ocurrió con las primeras
calculadoras electrónicas, cuyos primeros prototipos datan de 1966 (Texas
InstrumentsÒ), si bien los costes de producción no hicieron viable su
construcción hasta 1972.
El primer microordenador comercializado fue el
"Altair" (recibía su nombre de un planeta aparecido en la serie Star Treck), que
apareció en 1975 a un precio de 397$. Su memoria era de ¼ de K y carecía de
cualquier periférico, programándose directamente en un panel de interruptores.
Dos años después Apple se constituía como empresa, comercializando el Apple II
(1200$) que era una versión mejorada del artesanal Apple I (666$)
Debemos
remontarnos a 1980 para encontrar los primeros antecedentes de la
microinformática tal y como hoy la conocemos. En este año la empresa Microsoft
lanzo el sistema operativo Ms-Dos, creado a imagen y semejanza de otro conocido
sistema operativo, CP/M de Digital Research.
Finalmente un año después IBM
presentaba el PC, cuyo diseño -modular y ampliable- estaba basado en los
productos de Apple. Sin embargo estas máquinas todavía estaban reservadas al uso
de un público amplio pero selecto, encontrándose en entornos profesionales y
eventualmente universitarios, siendo casi impensable en 1981 tener un PC en
casa.
Los auténticos artífices de la informática doméstica fueron los mal
llamados nanoordenadores, que no eran mas que ordenadores de arquitectura
cerrada o escasamente ampliable destinados al mercado lúdico. Entre estos
podemos citar al Zx81, el Commodore 64 y el Zx Spectrum. Con estas máquinas
multitud de jóvenes se iniciaron en los videojuegos y conocieron lo que era una
base de datos o un procesador de textos, iniciándose dada la escasez de software
en la programación. Estas máquinas conocieron su época dorada en la década de
los 80, cediendo su protagonismo a los modelos derivados del PC de IBM que
finalmente abarataron notablemente sus precios.
Con todo observamos como el
fenómeno de la informatización masiva es relativamente reciente y se iniciaría
alrededor de 1988.
La informática doméstica o personal.
En la actualidad los
microordenadores están destinados al uso individual o doméstico, en oposición a
los ordenadores utilizados en el mundo empresarial o institucional
(miniordenadores o mainframes), con la única excepción de los microordenadores
conectados a ordenadores mayores o entre sí en forma de red, no obstante cada
uno de los microordenadores así organizados debiera ir ligado a un único
individuo.
En la actualidad los ordenadores han abandonado su primitiva
asignación de tareas específicas para erigirse como vehículos de comunicación,
creado, almacenando y transmitiendo información a otros individuos. Desde el
punto de vista de la comunicación cabe destacar también el proceso de texto e
incluso la utilización de videojuegos.
Todas estas funciones favorecen el
hecho de que con frecuencia el impacto de los ordenadores se compare con el de
otros medios de comunicación tales como el teléfono y la televisión.
Esta
situación propicia que hoy día nos planteemos los siguientes interrogantes:
Difusión de la informática
doméstica.
La actual informática doméstica se inicia a finales de los 70
cuando Steve Jobs y Steve Wozniak construyeron la primera unidad Apple I en el
garaje de la casa de los padres de Jobs en Cupertino (California).
En un
primer momento los ordenadores domésticos se orientaron hacia el uso de
videojuegos y el proceso de textos. Rápidamente fueron adoptados en escuelas y
oficinas, especialmente a partir de 1981 donde se inició la competencia por la
supremacía del mercado microinformático entre Apple y el PC.
Podemos
considerar la segunda mitad de los años 80 como la época de difusión de la
informática doméstica, época en que el uso de un ordenador empezó a perder sus
connotaciones mágicas para empezar a adoptar la carta de naturaleza de un
instrumento cotidiano.
Durante este período los ratios de adopción de
ordenadores fueron similares a los obtenidos en los años 50 por la TV en blanco
y negro (años 60 en nuestro país) o en los 60 por la TV en color (años 70 en
nuestro país).
La adopción de un ordenador en el hogar.
El status social es una
de las principales variables que influyen en la introducción en el domicilio de
un ordenador personal. A lo largo del tiempo los valores críticos que
determinaban el status han ido actualizándose a la baja, hasta llegar a nuestros
días donde el peso de esta variable es muy relativo, alcanzándose la plena
popularización.
La investigación realizada relaciona variables tales como el
nivel de ingresos, nivel educativo y actividad profesional como elementos
relacionados con la introducción de la tecnología informática en el hogar. No
obstante debemos considerar como estas variables se encuentran mas relacionadas
con el carácter innovador de los primeros años de la informática doméstica que
con sus características intrínsecas.
Características personales. (variables demográficas y actitudinales).
La mayor parte de investigaciones realizadas coinciden en señalar como los
individuos mas proclives a adoptar la tecnología microinformática en su
actividad diaria fueron, en un inicio, los que tenían edades comprendidas entre
los 30 y 45 años, aventajando incluso a los individuos mas jóvenes.
Progresivamente la edad de los usuarios ha tendido a disminuir.
Esta
situación probablemente está relacionada con el hecho de que la decisión de
compra de un ordenador pertenece todavía a los padres, influyendo los hijos en
la adquisición de consolas de videojuegos. Esta situación permite que los
intereses entusiastas de los hijos puedan verse fácilmente vetados por el
desinterés parental. Recordemos como en la época de los nanoordenadores existía
un mayor protagonismo del público infantil y adolescente, tratándose de máquinas
que muchas veces se conceptualizaron como juguetes.
El sexo parece
constituirse en una variable relevante en la forma de introducción de los
ordenadores en el hogar, haciéndolo habitualmente de la mano de personajes
masculinos, si bien es posible apreciar un progresivo incremento en la
participación femenina.
Los sujetos que introducen un ordenador en su
domicilio suelen mayores intereses y actitudes mas favorables hacia la ciencia y
la tecnología. Ello explica que la mayor parte de sujetos que compra un
ordenador (alrededor del 70%) lo haga sin considerar un uso específico,
basándose únicamente en la posibilidad de aprender mas acerca de las nuevas
tecnologías.
Esta situación se produce esencialmente entre aquellos que
adoptan la tecnología informática de modo temprano (ya sea como innovación o por
su edad) y su perfil suele caracterizarse por dedicar menos tiempo a la TV y a
las actividades sociales, en favor del tiempo dedicado a actividades solitarias.
También suelen practicar menos deporte, durmiendo habitualmente un menor número
de horas. Por último también cabe destacar como suele tratarse de sujetos que
han adoptado otras tecnologías individuales tales como calculadoras, agendas
electrónicas y videojuegos.
Marco sociocultural.
La utilización de un ordenador en el
domicilio es una forma de comportamiento determinada por el entorno social,
laboral e informático que rodea al individuo, tanto en el propio domicilio como
fuera de él. Las redes de relaciones sociales resultan especialmente importantes
en la aceptación de cualquier innovación y la informática personal no resulta
una excepción. De este modo cabe destacar la organización de los
establecimientos que comercializan los productos de Apple, que ofrecen además el
valor añadido de una serie de servicios mas propios de un grupo de amigos.
Desde el punto de vista laboral cabe destacar como los usuarios de
ordenadores en el domicilio, resultan mas proclives a adoptar esta tecnología en
sus trabajos, hecho que resulta especialmente evidente entre los niños y en
relación a la escuela.
Características
técnicas y compatibilidad humana.
Existen explicaciones de índole
técnica subyacentes a la atracción que suscitan los ordenadores personales entre
sus usuarios. Resulta evidente que los ordenadores son mas atractivos que la TV
dado su carácter interactivo.
Podemos establecer tres características que
sitúan al ordenador personal en un plano de clara diferencia respecto a los
medios de comunicación tradicionales:
Algunos autores plantean el hecho de que la dificultad intrínseca que rodea a
un ordenador y la necesidad de aprender a utilizarlo puede suponer una barrera
infranqueable para algunos sujetos. Esta situación se ve mediatizada por ciertas
características del software y del hardware que pueden facilitar o bien inhibir
el uso del ordenador.
Entre las circunstancias que dificultan el uso de
ordenadores por aquellos sujetos menos interesados podemos citar: inexistencia
de letras minúsculas, exhibición en pantalla lenta, escasa amplitud de la línea
de texto, pocas líneas de texto por pantalla (16) y escasa resolución gráfica.
Entre las características que favorecen el uso de los ordenadores podemos
destacar el aspecto atractivo y amigable de los programas y un diseño que premie
el aspecto intuitivo por encima del aprendizaje previo (pensemos en la
dificultad que entrañaba el uso de un procesador de textos basado en comandos
como Wordstar, frente a los procesadores actuales basados en un interface
gráfico, menús y botones). Respecto a este tema cabe destacar como la aparición
de Windows (a partir de la versión 3) y posteriormente Windows 95 ha supuesto el
espaldarazo definitivo al acceso fácil y especialmente intuitivo. Hoy día no es
justificable, ni técnica ni económicamente, el mantenimiento de sistemas
informáticos basados exclusivamente en representaciones textuales, pese a que es
fácil encontrarlos, aún hoy en todo tipo de entornos laborales.
Pese a ello
no debemos olvidar que sigue siendo preciso un aprendizaje previo al uso de
cualquier ordenador, que progresivamente va siendo menos formal para centrarse
en conceptos eminentemente abstractos.
Patrones de
uso de los ordenadores domésticos.
Existen dos dimensiones cardinales
que definen el patrón de utilización de un ordenador doméstico:
Siendo esperable una evolución tendente a la ampliación del numero de
utilizaciones diferentes, lo que supondrá un incremento en el tiempo total de
utilización del ordenador. De este modo un ordenador puede llegar a un hogar
porque uno de sus miembros desea jugar con videojuegos, derivando
progresivamente a diferentes utilizaciones (programación, comunicaciones,
rutinas domésticas, etc.) ya sea por parte del mismo individuo como por el hecho
de que tiendan a agregarse nuevos medios del marco familiar. Este tipo de
progresión suele llevar pareja la adquisición de nuevo software o periféricos.
Otra evolución mas limitada y de menor frecuencia es la limitación a una
utilización concreta a partir del momento en que el fenómeno de la novedad deja
de tener relevancia.
La mayor parte de investigaciones realizadas en este
terreno coinciden en señalar que los ordenadores domésticos no suelen almacenar
polvo, existiendo alrededor de un 18% de usuarios que reconocen usar su
ordenador menos de lo que esperaban al momento de su adquisición.
Una
encuesta realizada en entre 1984 y 1985 en 614 hogares norteamericanos solo
halló dos casos en que el ordenador había sido completamente abandonado, si bien
algunos sujetos mas habían trasladado el ordenador de su domicilio al trabajo
por su escaso uso.
En la medida que un microordenador se considera como una
herramienta relacionada con el trabajo, su integración en el medio doméstico
será siempre menor y parcial.
El tiempo de uso en horas por semana oscilaba
en unos valores medios de 6 a 17 horas semanales. No obstante dichos datos
corresponden a la mitad de la década de los 80, siendo razonable suponer que los
valores actuales tiendan a ser ligeramente superiores, pudiendo considerarse
como un ordenador doméstico debe utilizarse con una frecuencia casi diaria y con
un mínimo de una hora de utilización.
Este dato resulta de importancia
capital, puesto que aún en los niveles mas bajos de utilización, comprobamos
como los ordenadores pueden suponer una notable modificación de la rutina
doméstica.
Resulta necesario disponer de estudios longitudinales que
muestren la evolución real del tiempo dedicado al ordenador en el hogar, sobre
todo una vez ha disminuido el efecto ligado a la novedad, fenómeno que tiene una
importancia capital en actividades tales como el juego con videojuegos.
El
único estudio longitudinal que se ha podido recoger (Venkatesh & Vitalari,
1986) concluye como el tiempo de utilización del ordenador se estabiliza
rápidamente una vez ha disminuido el efecto de la novedad, pudiéndose restringir
el número de aplicaciones respecto a las primeras semanas.
Los usos que se
le dan a un ordenador varían ampliamente según las muestras utilizadas, si bien
existe un alto grado de acuerdo en algunos grupos de tareas: Actividades
relacionadas con el trabajo, proceso de textos, educación, entretenimiento,
contabilidad doméstica y aprendizaje de la informática. Hoy día deberíamos
añadir el tema de las comunicaciones y servicios telemáticos a esta relación, si
bien en nuestro país todavía existe una actitud de cierto recelo que hace que
esta área continúe aún en manos de los iniciados.
El impacto social de
los ordenadores domésticos.
Sólo tres de las seis categorías en que se
ha dividido el impacto social de la informática doméstica cuentan con un
respaldo amplio en cuanto a investigaciones : aprendizaje y educación, ocio y
trabajo domiciliario son las facetas que han recibido una mayor atención por
parte de los investigadores, no obstante un reducido grupo de trabajos han
puesto en evidencia impactos en áreas tales como el funcionamiento familiar,
rutinas domésticas y privacidad, libertades civiles y derecho a la propiedad.
Diferentes trabajos confirman como el tiempo dedicado al estudio y el
interés de los niños en la realización de tareas escolares en el domicilio
aumenta cuando se introduce la utilización del ordenador. Otros autores
consideran que este fenómeno se encuentra ligado al hecho de que los padres que
deciden la utilización de un ordenador poseen niveles educativos mayores que los
que no lo hacen, reforzándose una tendencia en relación a la educación de los
hijos que ya existía con anterioridad.
Es en el tema relativo al ocio donde
el impacto de la informática doméstica es mas evidente. Muchos usuarios
reconocen como la adquisición de un ordenador personal ha disminuido de modo
considerable el tiempo dedicado a ver la televisión.
En otros trabajos se
recogen datos que hablan de una disminución del tiempo de sueño de los usuarios
de ordenadores, disminución del tiempo dedicado a deportes al aire libre,
disminución del interés en las artes y disminución del tiempo que se dedica a la
radio, música y lectura. Sin embargo estos datos deben considerarse con
precaución ya que los trabajos realizados presentan importantes lagunas
metodológicas. Muchos de ellos se basan en informes subjetivos, recogiendo
información de usuarios ya establecidos, sin que exista ninguna información de
su comportamiento anterior a la utilización del ordenador. Tampoco se suele
distinguir entre usuarios intensivos y los de características mas moderadas. Por
último también cabe destacar como la mayor parte de estos trabajos se realizaron
en la primera época de la informática doméstica, donde muchos usuarios eran
auténticos "fanáticos" de los ordenadores. Los mismos autores llegan a la
conclusión de que los usuarios de ordenadores pasan mas tiempo solos, dedican
gran parte de su tiempo al ordenador y organizan sus relaciones sociales en base
a los grupos de usuarios, clubs y revistas de informática. Estas conclusiones no
difieren en gran medida de las que se escribieron sobre los rasgos de
personalidad de los primeros informáticos profesionales (años 60 y 70),
evolucionando este sector de modo muy diferente en cuanto los ordenadores
empezaron a popularizarse y se perdió la aureola de misterio. Es por este motivo
que podemos pensar que estas aseveraciones pueden verse muy mediatizadas por el
momento en que se desarrollaron estos trabajos (en la primera época de la
informática doméstica).
Las rutinas domésticas se ven afectadas de
diferentes formas a partir de la introducción de un ordenador personal. Unos
pocos usuarios automatizan algunos procedimientos domésticos tales como el
encendido y apagado de las luces, calefacción, etc. Sin embargo las
utilizaciones domésticas mas extendidas hacen referencia a la contabilidad
doméstica (gastos, presupuestos) y a las aplicaciones esencialmente personales.
Por último deberíamos destacar algunos estudios orientados a valorar
aspectos tales como la privacidad y las libertades civiles. En estos trabajos se
comprueba como los sujetos que utilizan un ordenador personal se sienten menos
preocupados que los que no lo utilizan acerca del peligro que puede representar
el tratamiento informático de datos sensibles, no obstante esta situación puede
estar mediatizada por el hecho de que los sujetos que utilizan un ordenador en
su quehacer diario suelen poseer niveles educativos superiores a aquellos que no
lo utilizan, por lo que las diferencias en sus actitudes podrían ser realmente
debidas a las diferencias culturales y no tanto al hecho de utilizar o no un
ordenador.
Conclusiones.
Los años de educación formal constituyen una
variable predictora de la posibilidad de utilizar un ordenador personal en el
domicilio. Con el paso del tiempo y a medida que la informática se populariza
son necesarios menos años de escolarización para la adopción del ordenador.
En su inicio los ordenadores personales se dedicaron fundamentalmente al
aprendizaje de la informática y de la tecnología, para progresivamente
orientarse hacia tareas específicas donde debemos destacar el proceso de textos
y el uso de videojuegos. El uso masivo de videojuegos suele darse al inicio de
la posesión de un ordenador doméstico para progresivamente ceder en su
intensidad y dejar paso a un mayor número de actividades.
Con toda
probabilidad los ordenadores domésticos aumentarán su cupo de utilizaciones en
la medida que el teletrabajo y las comunicaciones entre ordenadores adquieran
carta de naturaleza.
El impacto de los ordenadores sobre otras actividades,
especialmente en el terreno del tiempo libre resulta un fenómeno de difícil
análisis. Es necesario distinguir categorías de usuarios, puesto que sabemos que
los usuarios mas tempranos presentan las mayores variaciones en la organización
de su tiempo, sin embargo también sus preferencias basales resultan
substancialmente diferentes a las del promedio de la población.
El impacto
en las actividades domésticas varía también notablemente en función de las
características de los ordenadores, resultando diferente las consecuencias de
introducir un equipo de gama media o baja, que probablemente se dedique al uso
de videojuegos, al redactado de textos y escasas aplicaciones mas, a introducir
un sofisticado equipo dotado de periféricos complejos que asumirá numerosas
utilizaciones mas (probablemente relacionadas con el entorno laboral) y cuyo
impacto en la dinámica familiar será evidentemente mayor.
Bibliografía relacionada.
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© Juan Alberto Estallo. Institut Psiquiàtric. Junio 1997