El Arga en Puente la Reina presenta altos niveles de fármacos
Llegan al río desde los hogares a través de los inodoros o porque se tiran directamente
El rio Arga, a su paso por Puente la Reina, presenta uno de los niveles de fármacos disueltos en el agua más altos de toda la Cuenca del Ebro, según un estudio científico recogido ayer en el diario El País. El estudio afirma que los fármacos llegan a los ríos desde los lavabos de los hogares, bien a través de la excreción «porque el metabolismo humano no elimina todos los activos de los medicamentos» o porque se arrojan directamente por la taza en vez de depositarlos en las farmacias para su reciclaje, apunta el científico Damiá Barceló, responsable del estudio. Según varias encuestas, el 25% de los ciudadanos dé la Unión Europea emplea ese método para deshacerse de los medicamentos.
En la Cuenca del Ebro, ámbito en el que se ha centrado el estudio, se han detectado niveles de presencia de fármacos similares a los de otros ríos Europeos como el Danubio o el Elba. Los índices más altos del estudio español se registran en el rio Huerva, en el río Gallego a su paso por San Mateo de Gállego y la presa de Pina (los tres en la provincia de Zaragoza), y en Puente la Rei-na. En el caso de la localidad navarra la mayor concentración corresponde a medicamentos psiquiátricos como pueden ser los antidepresivos.
La llegada de los medicamentos a los ríos se debe también a que las plantas depuradoras actuales no son capaces de eliminarlos del agua. Para ello, el agua debería permanecer más tiempo en reposo en las plantas depuradoras para permitir una mejor sedimentación de los restos. Por ejemplo, la depuradora de Zaragoza vierte al Ebro agua con más de 3.000 nanogramos por litro (ng/l) de ibuprofeno cuando en la entrada hay 12.000. En el caso de Pamplona, se vierten más de 1.000 ng/l de un activo llamado diclofenaco.
En principio, según señala el estudio, no se prevé que esta contaminación vaya a tener efectos negativos directos en la salud de las personas, pero los científicos están preocupados por la presencia masiva de antibióticos, que inducen la resistencia de los microorganismos. También inquietan los estrógenos, capaces de provocar cambios en el sexo de los peces y alteraciones metabólicas en los humanos, como han demostrado varios estudios previos.
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