APORTE DE LAS CIBERESTRATEGIAS

 

Artículo:

Presente y futuro del comercio electrónico

http://www.iec.csic.es/criptonomicon/articulos/expertos25.html

Por Miguel Ángel Sarasa López

Hasta no hace demasiado tiempo la interacción social a nivel comercial se efectuaba cara a cara, por teléfono o bien por correo postal. Sin embargo, gracias a las innovaciones técnicas acontecidas en los últimos años, se ha producido el nacimiento de un nuevo tipo de comercio, el denominado comercio electrónico.

El comercio electrónico es un servicio de la tecnología que permite la realización de operaciones de negocios y la compraventa de bienes y servicios mediante la utilización de sistemas electrónicos, como por ejemplo los ordenadores personales, hoy ya tan habituales en muchos hogares. En definitiva, este nuevo mercado electrónico nos permite tener en nuestro domicilio una gran galería comercial por la que podemos pasear de forma fácil y rápida con el ratón de nuestro ordenador, y todo ello sin movernos de casa.

El comercio electrónico no es algo totalmente nuevo, si se tiene en cuenta que desde hace ya más de una década existe un protocolo denominado EDI (Electronic Data Interchange) para el intercambio electrónico de documentos. Existen muchas otras variantes de comercio electrónico, como por ejemplo el denominado home-banking, que permite al usuario realizar operaciones en sus cuentas bancarias igualmente desde su ordenador personal.

Todo lo anterior se hace posible gracias a la existencia de grandes redes digitales de comunicación a nivel mundial, que facilitan las transacciones entre las partes implicadas. Entre ellas merece especial mención la red Internet, la cual da cobertura a millones de usuarios: personas, negocios, empresas, revistas y todo tipo de sociedades.

Las ventajas del comercio electrónico son evidentes. El comprador puede ver de manera rápida todo el escaparate electrónico y no tiene que ir tienda por tienda en busca del producto deseado. Se optimiza también el tiempo de atención al cliente, que no tiene que esperar largas colas para ser atendido. Por su parte, el vendedor también se beneficia, puesto que puede ofertar sus productos sin necesidad de mostrarlos físicamente al comprador. Otras ventajas del comercio electrónico son las siguientes:

1) Reduce los retrasos gracias a la velocidad de transmisión

2) Disminuye el ciclo de producción, creando mercados más competitivos

3) Hace posible la igualdad de trato a los clientes independientemente de sus características individuales: nacionalidad, lugar de residencia, etc.

4) Amplía de forma considerable el mercado potencial de las empresas

5) Faculta a las pequeñas y medianas empresas el acceso a mercados que de otra manera tendrían vetados por su elevado coste

Pese a todo, también es cierto que este tipo de comercio presenta sus inconvenientes, algunos de ellos potencialmente peligrosos y todavía por solucionar. Entre ellos, el más importante es la falta de seguridad en los procesos de compraventa. En el caso del comercio tradicional, como se ha indicado anteriormente, las mayoría de transacciones se efectúan cara a cara, por teléfono o por correo. Todas estas actividades pueden considerarse intrínsecamente seguras. Sin embargo, en el caso del comercio electrónico, la interacción entre comprador y vendedor se realiza a través de una red abierta (Internet), que no puede considerarse un canal de comunicación seguro a menos que se adopten ciertas medidas de protección.

El estudio y desarrollo de estas medidas de protección es precisamente uno de los objetivos fundamentales de la criptografía. Ésta proporciona al comercio electrónico las herramientas necesarias para garantizar, dado el caso, el carácter secreto de la información intercambiada (confidencialidad), así como la no manipulación de la misma entre el origen y el destino (integridad).

Sin embargo, el problema de la identificación de las partes (autenticación) todavía no está del todo resuelto. A este respecto, conviene señalar que una de las situaciones más preocupantes actualmente es la publicación de los datos personales y confidenciales del comprador (como por ejemplo el número de su tarjeta de crédito) en un medio totalmente abierto como es Internet. Otro tema pendiente de resolver es el de cómo obtener los resguardos que permitan realizar posteriores reclamaciones tanto al comprador como al vendedor en el caso de que alguno de ellos se sienta perjudicado por el otro una vez concluida la transacción.

Hoy día existen diferentes protocolos como el SET (Secure Electronic Transaction) o el SSL (Secure Sockets Layer) que se ocupan de que este tipo de transacciones a través de redes informáticas sean lo más seguras posibles. Sin embargo, ninguno de ellos ofrece todavía una seguridad completa, ya que únicamente son capaces de solucionar de forma parcial los problemas antes apuntados, con lo que tanto el comprador como el vendedor pueden todavía engañar. Así, por ejemplo, puede darse la situación de que el comprador pague un producto y posteriormente no lo reciba, o bien que el vendedor entregue un producto y posteriormente no pueda cobrarlo. Además, lo que es más peligroso, sin que ninguno pueda demostrar que ha sido engañado por el otro.

Después de todo lo dicho, es indudable que uno de los factores que ha contribuido en mayor medida al éxito y desarrollo del mundo empresarial en los últimos años ha sido la implantación del comercio electrónico. Esto hace pensar que su protagonismo en el futuro será incluso mayor que el que tiene hoy en día. Es igualmente cierto que la evolución futura de este tipo de comercio dependerá de forma directa de la capacidad de garantizar su seguridad mediante la criptografía, pero tampoco es conveniente que la psicosis de inseguridad electrónica nos lleve a frenar el despegue de este comercio en Internet. En definitiva, sería conveniente que empezásemos a considerar el problema del comercio electrónico no tanto como un problema de inseguridad sino más bien de confianza.

Publicado en el Boletín del Criptonomicón #25

 

Resumen del Artículo:

Las innovaciones tecnológicas de los últimos años han dado origen a un nuevo tipo de comercio, denominado comercio electrónico. Con este servicio tecnológico es posible realizar el proceso de compra y venta  de bienes y servicios a través de computadores personales, desde cualquier sitio donde estos se encuentren. Esto es posible por la existencia de grandes redes digitales de comunicación a nivel mundial, que permiten la interacción entre las partes, principalmente la red de Internet que interconecta a millones de personas a nivel mundial. Por tanto, desde cualquier computador conectado a Internet, se pueden visitar tiendas virtuales y realizar compras sin la necesidad de moverse del sitio donde se encuentre.

Tomando en cuenta lo anterior expuesto, es posible afirmar que el comercio electrónico trae consigo diversas ventajas tanto para el cliente como para el proveedor. Desde el punto de vista del cliente, este se ahorra gran cantidad de tiempo al realizar la compra, puesto que puede visitar  diversas galerías o tiendas virtuales, pasearse por todos los productos que estas ofrecen, sin tener que hacer colas, ni trasladarse  físicamente hasta las mismas.  Por parte del proveedor, este amplía  el mercado de competencia, puede ofertar sus productos  a gran de cantidad de personas, sus clientes podrían estar en cualquier lugar del mundo, se disminuyen los ciclos de producción y  se disminuyen los costos en alquiler de locales, salarios de vendedores, entre otros.

Sin embargo, este tipo de comercio también afronta ciertos tipos de inconvenientes,  dentro de los que más preocupan  sobre todo a los clientes es  el relacionado a la seguridad en el  proceso de compraventa, dado que el mismo se realiza a través de Internet, que es un canal de comunicación abierto,  lo cual implica adoptar medidas de seguridad electrónica, para el resguardo de los datos, como por ejemplo números de tarjetas de crédito. Actualmente existen protocolos de seguridad, que brindan protección en este proceso, tales como: Secure Electronic Transaction (SET) y  el Secure Sockets Layer (SSL), sin embargo a pesar del uso de estos protocolos  no es posible afirmar que el proceso es 100% seguro.

Cada día son más los negosios que se llevan a cabo  a través del comercio electrónico, cuya tendencia mundial es a posicionarse cada vez más en el mercado, su evolución dependerá  de que se vayan perfeccionando las herramientas de protección del proceso, los protocolos de seguridad, para que se pueda brinda mayor confianza tanto a los clientes como a los proveedores.