Los puristas defensores del tradicional “Escarabajo” alemán – Beetle, para el mercado de habla inglesa- suelen ponerse, a veces, demasiado cargosos sobre mínimos detalles de diseño: la luneta dividida o no, por ejemplo; o el parabrisas curvo. Pero todos coinciden en su aprobación al cabriolé concebido por Karmann. Este fue el auto, de la culminación de numerosas y sutiles modificaciones sufridas por el compacto sedán a lo largo de los años; pudo ser, ni bien aparecido, lo suficientemente chic como para ser aceptado, incluso, en las avenidas de Beverly Hills o los bulevares de Cannes.
La última y suprema encarnación del convertible de Karmann representa, además, el máximo desarrollo del clásico Volkswagen: es la versión que encierra el motor más potente, la suspensión más refinada, el auto de más dócil manejo. Culmina una evolución inteligente y, al mismo tiempo, la más fiel (pese a las transformaciones) al atrevido concepto original. Hoy cuesta pensar que este inocente y alegre coleóptero pudo haber sido, alguna vez, vehículo de propaganda nazi y quintaesencia del eslogan hitleriano de “La fuerza a través de la alegría”. Hoy, la alegría que sigue brindando este autito no admite fronteras.
El auto Escarabajo sufrió más de 78.000 modificaciones a lo largo de su prolongada vida; siempre conservó, sin embargo su fuerte personalidad y su carácter esencial.
El modelo Clásico Sedán de 1947, con motor de 1.131 cm3, demuestra que los millares de modificaciones sufridas sólo alteraron cuestiones de detalle.
La política de un solo modelo, seguida por Volkswagen durante muchos años, rindió frutos mientras el auto Escarabajo mantuvo sus ventas ascendentes; pero en 1967 Fiat sobrepasó a la empresa alemana como primera terminal automotriz europea. Volkswagen no recuperó terreno sino en 1974, con sus modelos Golf y Polo.
El auto escarabajo y sus antecedentes
La idea de crear el auto deportivo sobre el diseño básico y la imbatible mecánica del Volkswagen no partió, en realidad, de Karmann. Hubo antes algunos prototipos que estimularon, incluso, al conductor Joseph Hebmüller a diseñar un cabriolé de corta vida, del cual hizo sólo 696 unidades antes de que un incendio destruyera sus talleres. Fue entonces cuando Karmann retornó la idea, que desarrollo en forma brillante.
Un huevo de Colón
El motor atrás en el auto Escarabajo redujo mecanismos de transmisión y, al eliminar largas conexiones, suprimió pesos y aumentó el espacio. La refrigeración por aire también simplificó las cosas.
Tablero
El tablero siguió siendo escueto, dominado por los instrumentos esenciales. En este modelo, el velocímetro incorporaba medidor de combustible. Los cambios eran siempre mínimos.
Motor
Su motor de 4 cilindros opuestos horizontalmente, enfriado por aire, tenía un sonido absolutamente característico. La capacidad de este motor creció desde los 1.131cm3 hasta los 1.594; gozó siempre de un bien merecido prestigio de el auto irrompible. El Escarabajo pudo competir con autos mucho mayores.
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