significado de los suenios
 
 
 

Significado de los sueños

 
 

 

significado de algunos suenios

Significado de algunos sueños

A lomos de un caballo: Trotar o galopar en sueños enmascara un deseo sexual reprimido por nuestro lado consciente, o las ansias de libertad del individuo que lucha contra las ataduras de la rutina.

Puertas que se abre: El durmiente teme lo que pueda encontrarse al atravesar el umbral. La angustia refleja problemas de comunicación a los que quiere buscar una salida.

Zambullirse en el agua: Para algunos autores esconde el anhelo de lanzarse a la vida, de controlar el propio destino. Para Sigmund Freud, en cambio, con este sueño rememoramos el momento traumático del nacimiento.

La gran escalada: Subir una montaña simboliza el afán de madurar o de alcanzar nuevas metas. Descender por la pendiente refleja tensiones más graves.

Volar como pájaros: Para algunos psiquiatras éste es un sueño de erección. Otros psiquiatras menos freudianos defienden que proyecta la búsqueda del éxito o el deseo de encontrar una solución a un problema profesional que nos angustia.

Terror a un examen: Tememos no estar preparados para enfrentarnos a una situación nueva que se nos presenta. ¿Quizá un cambio de trabajo? Proyecta una falta de seguridad en uno mismo.

Caída libre. “¡Que me caigo!”: Lo importante es cómo. Si se hace suavemente no refleja un conflicto grave, simboliza temores sexuales o problemas afectivos. Es propio de la adolescencia.

El fuego de la pasión: No hace falta que algo prenda, es suficiente con sentir un calor sofocante. Es la forma que tiene el inconsciente de expresar que se siente atraído por alguien de manera extraordinaria. Cuando el sueño es angustioso, es que existe un gran miedo a dejarse llevar por los propios sentimientos.

Desnudo ante el mundo: Suelen ser sueños muy desagradables. Manifiestan la timidez y el temor del individuo a no ser comprendido por los demás si se muestra tal cual es.

Mil ojos observan: El durmiente ha caído victima del estrés y está atenazado por los problemas cotidianos. También puede simbolizar la angustia ante una posible enfermedad.

Pasado por agua. Chapotear, nadar, bucear… :Todo ello esconde fuertes deseos sexuales que están reprimidos en la vida consciente del sujeto, pero que salen a la luz durante el sueño.

Imágenes superpuestas que tienen un solo significado

 

Para algunos psicólogos de la Universidad de Chicago, lo más difícil es empezar: la interpretación esta disuelta en el interior de los sueños. Sólo hay que tirar del hilo hasta encontrar la respuesta.

“Corro sin parar. Me persiguen tres mujeres. Una lleva un cuchillo, otra un tenedor y una tercera una cuchara. Estoy aterrorizada”. Durante meses este sueño atormentó a Adriana M. Su preocupación la hizo consultar a un psicoanalista y, con su ayuda consiguió descifrar su significado. Cuando el especialista le preguntó qué le sugería la acción de correr, ella contestó: “Huída, deseo de escapas”. Las mujeres, por el contrario, le recordaban a las brujas de los cuentos que le contaban cuando era chica. También el cuchillo, el tenedor y la cuchara le sugerían su infancia, cuando su madre la obligaba a comerse todo lo servido en el plato. Aquella escena, a su vez, le inspiraba rebeldía. Así, poco a poco llegó a la conclusión de que los sueños enmascaraba su afán de revelarse antes las ordenes y exigencias de sus familiares, hijos, esposo… La sumisa y tímida Adriana estaba harta de que todo el mundo dependiera de ella. Deseaba tomar definitivamente las riendas de su vida.

Los mensajes oníricos no tienen nada de paranormal

Algunos autores han defendido la existencia de los sueños proféticos o premonitorios. Un reconocido psiquiatra suizo, en su obra: Memorias, sueños, reflexiones; narra cómo cierto día soñó que un gélido viento asolaba los campos de Europa y los cubría de hielo; toda la región quedaba deshabitada y sin vegetación. Aquello tuvo lugar en una noche de junio de 1914 dos meses antes del inicio de la Primera Guerra Mundial.
¿Tenía el gran científico poderes paranormales? No, simplemente los rumores sobre la posibilidad de un enfrentamiento bélico comenzaban a extenderse por el Viejo Continente. El científico archivó en el inconsciente estos temores que luego afloraron en uno de sus sueños.

Y es que la vida real y la vida psíquica corren paralelas. Cualquier alteración en la primera tiene inmediatamente reflejo en la segunda y viceversa. Los sueños son el puente entre estos dos mundos; un paso a nivel entre el consciente y el inconsciente. Nuestras vidas onírica y real están tan relacionadas que se podría establecer la siguiente máxima: dime como sueñas y te diré como eres. Algo parecido a la reflexión del filósofo griego Epicteto. en el siglo I: “¿Te quieres conocer? Consulta tus sueños”.

Epicteto no fue el único personaje de la Antigüedad que se sintió atraído por ese tercio oculto de nuestra vida. El sueño y su significado es algo que ha preocupado al hombre desde siempre. Ya en la antigua Babilonia los monarcas pedían consejo a los intérpretes de sueños; unos personajes mitad religiosos mitas adivinos, que tenían como misión traducir las ensoñaciones del soberano. Numerosas campañas guerreras se llevaron a cabo simplemente porque así lo aconsejó uno de estos intérpretes. Homero por ejemplo cuenta cómo Agamenón emprende su guerra contra Troya tras recibir en sueños un mensaje de Zeus. La situación no cambió con la llegada del imperio Romano, donde cada ciudadano estaba obligado a comunicar al Senado los sueños que pudieran tener importancia para el destino del Estado. Claro que siempre ha habido voces disidentes. Cicerón en su libro Sobre la adivinación señala: “Los sueños no merecen ningún crédito ni consideración, y es imposible mediante experimentos y observaciones, llegar a su segura interpretación”.

Sin embargo, con la llegada de la Edad Media el significado de los sueños cayó en el olvido. Si bien es cierto que la iglesia aceptaba que Dios hablaba a algunos santos a través de los sueños; los mensajes oníricos del resto de los mortales eran considerados de segunda categoría e inspirados por el demonio, por lo tanto, despreciables.

Hubo que esperar hasta el siglo XIX para que un médico vienés interesado por la neurosis, Sigmund Freud, estudiara de forma sistemática los sueños y su significado. 

Freud recupero la interpretación de los sueños

Tras interrogar a sus jóvenes pacientes sobre el discurrir de su enfermedad, el padre del psicoanálisis se dio cuenta de que tendían a hablar, además de síntomas, de sueños.
Espontáneamente éstos contaban los contenidos oníricos vividos durante la noche. Freud intuyó que debía existir un lazo entre sueño inconsciente y neurosis, y que la llave para descubrirlo eran los propios sueños.
Los resultados de sus descubrimientos los reflejó en La interpretación de los sueños, un obra que publicó en 1899 y que le valió el ser criticado y denostado por la sociedad científica de su época. En aquellos años, afirman que los mensajes oníricos podían ser descifrados era ir contra de las teorías vigentes, que estudiaban los sueños sólo desde el plano fisiológico. Aquellos médicos que tacharon a Freud de demente no podían sospechar que las tesis de su colega estaban abriendo las puertas de una nueva terapia: el psicoanálisis.
Freud fue el primero en tomar en cuenta que las imágenes oníricas eran mensajes simbólicos de nuestro inconciente y su estudio podía utilizarse clínicamente para mejorar la vida psíquica de los pacientes. El maestro vienés preocupado por la líbido (pulsión vital) dio a estos símbolos un significado sexual. Para él todas las cosas alargadas y erguidas –un barco, un palo, un lápiz, etc- representan el mimbro viril; y los objetos que presentan una cavidad – una cueva, cajas, botellas, etc- simbolizan los genitales femeninos.

Mientra dormimos estamos analizando los conflictos

Según la opinión de Sigmund Freud, el hombre tiene como principal objetivo la obtención del placer sexual. Sin embargo, este deseo, al chocar con el estricto código moral de la sociedad, queda alojado en el inconciente. El sueño hace de válvula de escape: en él el individuo se imagina que los deseos han sido satisfechos.
Algunos autores posteriores han criticado a Freud por habre hecho tanto hincapié en los aspectos sexuales del individuo. Hoy en día los psicólogos destacan el palel de otros factores, como la agresividad, el afán de poder, el miedo… Todos ellos aflorn durante el sueño.
El psiquiatra español Ángel Garma ha dado un paso más en la teoría del sueño con su libro Tratado mayor del psicoanálisis de los sueños. En él plantea la atractiva hipótesis de que las imágenes oníricas no solamente satisfacen deseos incumplidos. Afirma que el sujeto, además, elabora el problema mientras duerme: examina el pro y el contra, analiza el conflicto. A la mañana siguiente, el individuo no sólo ha liberado sus tensiones, también las ha estudiado y extraído conclusiones, aunque no se consiente de ello.
¿Quién no se h acostado con un problema que creía irresoluble y a la mañana siguiente se ha levantado con una solución? Sobre esta función reparadora del sueño, Albert Sent.-Goyoryi, premio Nobel de Medicina y Fisiología, reconoce. “MI trabajo no termina cuando me levanto de la silla. Mi cerebro ha de seguir pensando en ello mientras duermo, porque me despierto con respuestas que el día anterior no había imaginado.

En el trabajo analítico es beneficioso desifrar el enigma del sueño

Pero, ¿es conveniente que conozcamos el significado de nuestro sueños? ¿No es temerario abrir el sótano y dejar que salgan los fantasmas? Descifrar de un golpe este críptico almacén de nuestros secretos íntimos puede deslumbrar nocivamente al no iniciado. Ángel Garma recomienda, pues, cautela.
“A veces esta labor puede resultar demasiado traumático. Para evitar fatales consecuencias, el terapeuta debe hacer conciente el inconciente reprimido del paciente de un modo paulatino”, asegura.
A lo largo de la vida, cada uno de nosotros pasa más de 200.000 horas durmiendo.
¿Merece la pena ir en busca de ese tiempo perdido? Si no tiene la respuesta… consúltelo con la almohada.

El abc de los símbolos

Ciertos sueños y símbolos son universales. Quién no se ha despertado con el dulce recuerdo de haber realizado un largo viaje con la angustia de sentir que ha perdido para siempre la dentadura. Para algunos psicoanalistas, cada uno de estos mensajes oníricos tiene un significado muy preciso, común a todo el mundo. De ahí que se hayan decidido elaborar diccionarios de los sueños. El mismo Freud cayó en esta tentación. Actualmente, la mayoría de los psicoanalistas defienden una interpretación individualizada de los sueños a través de la asociación libre de ideas. Sin embargo, hay quien no ha cejado en el empeño de enumerar sueños y significados, algunos de ellos realmente increíbles.
Ahí van varios ejemplos:

Autoridad: Freud considera que los patronos, jefes políticos o empleadores simbolizan la figura paterna. Esta figura adquiere valor en función de la historia de cada uno, reflejando los posibles conflictos del sujeto con su padre.

Viajes: Algunos psicólogos aseguran que soñar con la angustia de perder el tren o un avión refleja el miedo a morir.
Sí, por el contrario, el durmiente conduce un coche o cualquier otro vehiculo, éste simboliza su existencia. Los obstáculos que encuentra en el camino son, entonces, las dificultades con las que se topa la persona a lo largo de su vida.

Edificios: En general representan el cuerpo físico del soñador. Si la acción se desarrolla en el interior de la casa, significa que el durmiente es consiente de que la solución del conflicto sólo está en sus manos.

Dientes: Suelen estar relacionados con la vida sexual del individuo. Freud fue quien estableció estas curiosa correspondencia que aún mantienen los psicoanalistas clásicos. Sus seguidores interpretan la caída de los dientes como un complejo de castración; los menos radicales la asocian con la perdida de autoestima.

Niños: Sobre este símbolo los psicoanalistas no se ponen de acuerdo. Para los freudianos, representan los genitales masculinos o femeninos. Otros defienden que, cuando aparecen niños en su sueño, significa que el durmiente ansía un cambio en su vida.

Muerte: Soñar que alguien querido muere no quiere decir que esto vaya a suceder en su futuro próximo. Para Freud, si lamentamos la pérdida, refleja que en algún momento deseando que esa persona desapareciera de nuestra vida. Si, por el contrario, no lloramos el fallecimiento, el psiquiatra austríaco no lo considera un sueño tipo, y requiere, por lo tanto, una interpretación personalizada.

Animales: En general simbolizan al propio sujeto. Si están enojados, por ejemplo, reflejan su agresividad contenida para la escuela freudiana, gusanos, lombrices, chinches y pulgas encarnan a los hermanos del durmiente. Estos también suelen presentarse bajo la presencia de compañeros de estudios o de trabajo.

Correr: Refleja la nesecidad de conseguir un objetivo determinado o bien el deseo de evitar un peligro. Para los psicoanalistas ortodoxos, por el contrario, simboliza el coito, al igual que cualquier escena en la que existan movimientos rítmicos.

Multitudes: En un sueño, todo grupo compuesto por más de tres individuos se considera multitud. Aparecen cuando el sujeto se enfrenta a la responsabilidad de tomar una decisión. Cada personaje refleja un punto de vista distinto ante el mismo problema.

A continuación Webs Amigas:

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