La educación virtual
María del Carmen Navarro
Martes, 26 de diciembre de 2000
Las nuevas tecnologías de la
información, constituyen una herramienta tan eficaz como peligrosa cuando se
aplican al entorno educativo. La polémica está servida en relación a la
conveniencia o no de la educación a distancia.
Que las nuevas tecnologías
(que ya no tan nuevas) se incorporasen al entorno educativo no sólo era lógico,
sino además, necesario. Y lo era desde el punto de vista que otorga a la
educación el papel de moldeador del individuo, para conseguir adaptarlo a las
distintas realidades en las que habrá de desempeñar su desarrollo social. Si
las circunstancias terminan por concurrir del modo que hace ya años predijeron
los gurús de la informática, un alto porcentaje de la población activa
desempeñará su trabajo desde su propio domicilio, con la ayuda de una
computadora y una red de telecomunicaciones. Y aún en el caso de que no sea
así, aún será mayor el porcentaje, la práctica totalidad de la raza humana, que
haya de servirse a diario de cualquier tipo de instrumento computerizado.
Este proceso, como todos los
relacionados con la era de la comunicación en cuyo incipiente desarrollo nos
encontramos, no constituye una predicción a medio ni largo plazo, sino que,
como ya viene siendo habitual, es un fenómeno que se describe cuando ya ha
comenzado a aparecer.
La revolución tecnológica de
la educación es, por tanto, inminentemente necesaria por la actualidad de las
razones que la motivan. Las autoridades educativas, sin embargo, no deben
precipitarse en dictar unas legislaciones al respecto sino una vez que hayan
tenido en cuenta una serie de matices y enfoques que pueden reconducir a
quiénes hoy se forman académicamente en dos direcciones opuestas, en función de
que prime la adaptación tecnológica o la social del individuo.
Recientemente, la comunidad
autónoma de Andalucía, en España, ha dado uno de los pasos más importantes en
la implantación del proyecto Mundo de Estrellas, al conseguir conectar todos
los hospitales públicos de esta región a una red telemática que permite a los
niños hospitalizados seguir clases por videoconferencia. Algo que no contemplan
las leyes vigentes en materia educativa (LOGSE, modificada por la LOPEGCE).
El proyecto Mundo de Estrellas,
es una extensión de Starbright, apadrinado, entre otros por el cineasta
norteamericano Steven Spielberg, y que ya tuvo su primera implantación en
Europa mediante el similar sistema informático holandés Sterrekind.
La idea de llevar la escuela
a los hospitales está ampliamente justificada por el hecho de que los infantes
aquejados de enfermedades crónicas faltan asiduamente a los centros escolares.
El problema, sin embargo, viene cuando la asistencia al centro es completamente
sustituida por la enseñanza a distancia. Se abre en ese momento el debate que
enfrenta dos posturas dotadas ambas de cierto sentido, y a las que habría que
tratar de encontrar un punto de confluencia:
Por una parte se encuentran
los defensores de los métodos de afamados centros educativos de todo el mundo
que imparten clases utilizando como aula virtual Internet. Cierto es que
determinados métodos de enseñanza han venido autoprestigiándose
tradicionalmente, en base a los excelentes resultados académicos de los alumnos
que lo siguieron. Igualmente cierto es que estos métodos no están al alcance de
todas las instituciones educativas, por lo que con el uso de las
telecomunicaciones se versatiliza el seguimiento de los mismos por parte de
individuos en edad escolar de todo el mundo.
Existe, sin embargo otra
corriente, que aboga por las relaciones sociales y emocionales del alumno como
parte ineludible de su desarrollo educativo integral, y evidentemente esta
corriente rechaza de plano la enseñanza a distancia, a favor del contacto
directo del individuo en su entorno físico con compañeros y educadores.
Atendiendo por tanto a los
criterios de ambas posturas, la solución al conflicto pasaría por
compatibilizar las enseñanzas presencial y a distancia, mediante la fórmula
semipresencial que se viene utilizando con éxito en la formación continuada de
profesionales, que evidentemente responden a un perfil formativo completamente
distinto al de un escolar de siete u ocho años.
Entre las ventajas que
ofrece Internet en el ámbito educativo, se encuentra principalmente la
inagotable fuente de información que el medio constituye, y esa es la principal
función que debe cumplir. Porque otras, como el papel paternalista que un
educador llega a adquirir con respecto a sus alumnos, están afortunadamente muy
lejos de ser sintetizadas en un sistema artificial de comunicación.
Internet desempeña y
desempeñará, igualmente, un rol de diversificador cultural como complemento
óptimo a la formación de todos los grados. En ningún momento, sin embargo, ha
de llegar a sustituirse por los programas de intercambio, por ejemplo, que
permiten a los estudiantes conocer otras culturas mediante una implicación
directa en las mismas, motivada por el humano instinto de supervivencia
emocional que les lleva a integrarse en una sociedad ajena a fin de encontrar
el más rápido y eficaz equilibrio.
A modo de conclusión,
diremos que las nuevas tecnologías de la información, constituyen una
herramienta tan eficaz como peligrosa cuando se aplican al entorno educativo. Lo
más recomendable sería estudiar cada caso a fin de ajustar la medida en que el
individuo o conjunto de individuos pueden prescindir de la tutoría de un
educador directo, y por tanto, precisamente porque las intervenciones
requerirán de una supervisión pedagógica previa y continua, la educación a
distancia debe carecer de total autonomía en favor de su complementación con la
presencia de un entorno físico, conformado por profesores y compañeros alumnos.
María del Carmen Navarro es Técnico del Vicerrectorado de Calidad de la Universidad de Sevilla, y Educadora del Taller Escuela Bartolomé Garelli