Shirley
M. Suárez Galviz.
La
Teoría de la Agencia Tiene sus raíces en las teorías de los derechos
de propiedad privada, como la teoría de Coase y la de Marshall. Esta ultima es
resumida por algunos autores como "la interacción de varios individuos o
agentes que reciben instrucciones de ejecución y tiene obligaciones de otro
grupo de actores o directores, pero siempre en un plano económico".
La
teoría de la propiedad privada señala la relación entre los directores de la empresa
y las ordenes dictadas por estos para ser ejecutadas los individuos o agentes. Los presupuestos de la misma se remontan
a más de 200 años: a la tradición teórica económica de la época en que A. Smith
construyó su modelo de la "mano invisible". Entre esas presuposiciones sobre el individuo
humano destaca la concepción que luego se ha denominado de la “racionalidad
económica” que afirma que el motor central del comportamiento racional es el
deseo maximizar (es decir, una interpretación cuantitativa del deseo de
optimizar) la utilidad personal.
Objeto:
Estudiar la configuración contractual entre "principal" y "agente", en que el mandatario delega en su ejecutor competencias de decisión y ejecución, determinándose dicha relación por condiciones de reparto asimétrico de información y de incertidumbre así como por distinto reparto de riesgos. Además analizará los problemas planteados típicamente en las relaciones de ese contrato y discutirá qué mecanismos (de incentivos, de control, o de sistemas de información) pueden ayudar a manejar más eficientemente estos problemas.
Según Coase (1937) y Simon
(1951), la característica distintiva de una empresa es el uso de la autoridad.
Las empresas pueden considerarse como microeconomías donde la propiedad de los
activos otorga el poder a los directivos y dueños para definir las reglas del
juego (Holmstrom, 1999) en la toma de decisiones.
Los
acercamientos analíticos de la teoría de la agencia referida a la tecnología
para monitorear obligaciones que toman la forma de nexos contractuales y
organizacionales, constituyen la base de la nueva racionalidad económica y la
gobernabilidad de la sociedad. De acuerdo a Przeworski (1996), la economía es
una red de relaciones múltiples y diferenciales entre clases particulares de
principales y agentes: administradores y empleados, dueños y administradores,
inversionistas y empresarios pero también entre ciudadanos y políticos,
políticos y burócratas. Los empresarios
son administradores que actúan como agentes de los inversionistas y
funcionarios de las empresas. En el problema tradicional
de la agencia, tanto el esfuerzo costoso del agente, como los factores
estocásticos más allá del control del agente, influyen en los resultados de una
actividad productiva propiedad del principal, quien elige un contrato de
compensación para el agente que trata de alcanzar incentivos óptimos.
El nuevo
Estado es una agencia para el ajuste de las políticas económicas nacionales y
las prácticas de las exigencias percibidas de la economía global. Esto puede
apreciarse con el crecimiento de las agencias estatales que cada vez se
conectan más a la economía global. El Estado emergente está transitando de un
Estado interventor a un Estado Facilitador de las actividades del sector
privado. Pero en este tránsito se está descuidando el combate a los problemas
de la pobreza, la marginación y la exclusión social. El nuevo modelo
simplemente ignora la necesidad de desarrollar un sistema social más justo y
eficiente, con las instituciones que lo garanticen. Hasta ahora, la
instrumentación de programas de estabilización y ajuste macroeconómicos ha
dejado un fuerte impacto en los segmentos más pobres más pobres de la sociedad,
lo que hace urgente que se realicen arreglos institucionales que hagan
inversiones sociales para legitimar los roles emergentes del Estado.
Los grupos sólo existen a través de los
individuos que los integran; en otras palabras, su realidad es un efecto
emergente de la actividad de esos individuos (una actividad que incluye, por
supuesto, los procesos de interacción entre los mismos). Los teóricos sociales
suelen distinguir dos dimensiones en la realidad que estudian: la microsocial y
la macrosocial. La dimensión microsocial se daría en el ámbito de la acción del
sujeto individual en interacción con otros sujetos. La dimensión macrosocial se
constituiría en un dominio general, anónimo y "objetivo", en el que
se manifestarían las consecuencias a gran escala de esas interacciones
microsociales. La distinción micro / macro, suele delimitar un doble marco
ontológico: mientras que los procesos microsociales se conciben por lo general
en términos de acción, los procesos macrosociales suelen interpretarse como
realidades "objetivas" de tipo estructural. Esas realidades
"objetivas", si bien se entienden normalmente como el resultado
acumulado de procesos agénciales concretos, pertenecerían a un ámbito distinto
y en cierto modo separado del de la acción individual. En general, cualquier
sujeto individual es capaz de elaborar, de manera endógena, representaciones
peculiares de la realidad social en la que habita, tanto en el nivel micro como
en el macro. Y lo que es más, ha de construirse tales representaciones si
quiere mantener su viabilidad como agente en esa realidad.
El agente individual no es una simple
'máquina micro' y, en este sentido, el sujeto social humano resulta altamente peculiar. La complejidad micro / macro, característica de la
realidad social humana, se reproduce endógenamente en el seno del sujeto
individual. Cada agente es, en este sentido, una complejísima 'máquina micro /
macro' de funcionamiento nada trivial, puesto que se constituye a sí misma
precisamente en esa dualidad: ni el aspecto micro ni el aspecto macro del
agente le vienen dados a éste a priori, sino que se generan mutua y
endógenamente en la propia relación que los vincula -la acción misma de ese
agente. Así, es precisamente en el sujeto individual donde se da la relación
productiva entre los niveles micro y macro. Ni el aspecto micro le viene dado
al agente "desde dentro", ni
el aspecto macro le sobreviene como dado "desde fuera"
. Uno y otro aspecto son constructos endógenos del sujeto, constructos
que, por supuesto, están constreñidos, pero no constituidos, tanto por el nivel
energético o pulsional del individuo como por las interacciones físicas con el
entorno natural y social. El resultado de la relación mutuamente constituyente
de ambos aspectos es un proceso morfogenético global que, en definitiva,
configura al individuo como sujeto social. De manera que la morfogénesis del
individuo como agente no sólo ocurre en el nivel micro de su acción, sino que
también opera, directamente, en el nivel macrosocial. Es a la vez micro y macro
morfogénesis. Y la acción del individuo, que es el aspecto procesual de esa
morfogénesis, es también a la vez, directamente, micro y macro acción.
Para que pueda hablarse propiamente de
morfogénesis en un sistema, la evolución de la "morphé" (de la forma)
del mismo debe conservar ciertos parámetros que de algún modo mantengan la
identidad de ese sistema a lo largo de su proceso de transformación. El cambio
del sistema en cuestión es entonces un cambio constreñido por tales parámetros
o principios conservativos.
El principio de conservación que regule
la morfogénesis social del individuo es el principio de clausura agencial, que
permite al sujeto individual conservar su viabilidad como agente en un entorno
determinado, debe, como el principio de autopoiesis del organismo,
instrumentarse de manera concreta. A partir de este enfoque, la clausura
agencial del sujeto individual se realizaría por medio del principio de
conservación de las simetrías agénciales de ese sujeto. Desde esta perspectiva,
el sujeto individual produciría y reproduciría su condición de clausura
agencial a través de un proceso permanente de producción y reproducción del
conjunto de simetrías agénciales que lo definirían como tal sujeto.
En conclusión, la morfogénesis de nuestro
universo agencial (que incluye la totalidad de nuestros conceptos y moralizaciones)
puede concebirse como resultado de un proceso de ruptura/recomposición de
simetrías agénciales (y, específicamente, conceptuales y modales). Ese proceso
respeta y, a la vez, realiza la clausura agencial del sujeto individual,
preservando así endógenamente la condición de agente del mismo frente a las
perturbaciones externas e internas que la amenazan. A través de tal proceso, el
sujeto se constituye dinámicamente como un universo social poblado tanto por
'otros' agencialmente significativos como por sí mismo.
INFOGRAFIA
URL: http://webcsc.mty.itesm.mx/cgi-bin/csc/HN_sc116_ene2002/get/sesion5/7/2.html
Local: teoría de la agencia
Aquí se enuncia brevemente La
Teoría de la Agencia y sus raíces.
URL:http://home.dbio.uevora.pt/~eje/morfogenesis_social.html
Local: Morfogénesis
Social
Se dedica a enfocar el hecho de
la complejidad social desde un punto de vista generativo, en un intento de
clarificar los mecanismos que se hallan en el origen de ese hecho, hacia una
morfogénesis social.
URL:
http://arje.hotusa.org/socio6.htm
Local: las disfuncionalidades
del estado, el mercado y la sociedad
Habla
sobre los roles emergentes del estado en la gobernabilidad global haciendo un
análisis de la Teoría de la Agencia.
URL:
http://www.uah.es/estudios_de_organizaciones/teor_organiz/teoria_agencia.htm
Local: morfogénesis
Describe los conceptos básicos y
presupuestos de la "Teoría de la Agencia".
URL:
http://www.uhu.es/alfonsovargas/GALESCOOPS.doc
Local: el individuo como sujeto
morfogenético
Aborda el estudio de los factores determinantes de la
relación socios-gerencia profesional en cuatro sociedades cooperativas agrarias
del País de Gales (Reino Unido), y ello desde dos planteamientos teóricos
diferentes, el de la Teoría de la Agencia y el de la Teoría del Servidor, para
identificar cuál de los dos es el que mejor se ajusta a la realidad de estas
empresas