Una pieza ligera de artillería
del siglo XV.

A fifteenth century wrought-iron breech-
loading gun from Spain.


Alberto OCAÑA
Universidad de Cádiz
 

The aim of this paper is to present an example of spanish medieval artillery, dating from the second part of 15th century, with rear-loading system. It’s located at Magalia Castle (Ávila, Spain). 5 cm calibre gun, bore lenght 150 cm, the powder-chamber is lost, and the carriage is a reconstruction, as the chamber. We also present the historical meaning of this cannon.
 Introducción a la pieza.

En la historia de los entuertos históricos, merecen un lugar preponderante por su notable casuística y esmerada recurrencia, aquellos que tienden a hacer remontar hasta momentos que se pierden en la noche de los tiempos, determinados orígenes pretendidos, y supuestos inicios tempranos de realidades posteriores. Así, la obsesión por el primer ejemplar, la primera vez que..., o el primer momento en que... adquiere tintes de singular enfrascamiento.

Tal es el caso de la artillería de pólvora y sus inicios. Pululan así una ingente cantidad de "primeras utilizaciones" de la pólvora, primeros cañones, etc... La discusión es banal por cuanto no hubo, como en todos los inventos humanos, una adquisición inmediata del resultado final, sino que se trató de una larga historia de tanteos, aproximaciones, y experimentos con diversas sustancias incendiarias y con distintos tipos de tubos. No parece, así, que fuera el asedio de Niebla de 1261, el primer uso de la artillería pirobalística1.

A mediados del siglo XIV, empezamos a constatar con seguridad el empleo, ahora sí, de artillería pirobalística de retrocarga en una forma primigenia y en cierto modo ingenua, pero ya sí certera aproximación de lo que será la artillería medieval europea. Así, constatamos su uso en diversos escenarios, para el caso hispano, en los asedios de Algeciras de 1344 y las campañas de Orihuela y Alicante, unos años antes, en 13312.

La cronología europea es pareja, y provocará pronto una reacción en la fortificación, que adaptará viejos vanos neurobalísticos a la nueva arma, así en el monasterio de Quarr, en el Canal de la Mancha, en 1365, Bodiam (1386) o Porte de la Merveille (1393).

Pasará casi un siglo para que una reacción similar se produzca en suelo hispano, ya que no es hasta mediados del siglo XV cuando se constatan las primeras troneras en fortificaciones peninsulares, por ejemplo en Zafra (Badajoz, c.1437), o las troneras para tiros de pequeño calibre de Villanueva de Jamuz (León), circunstancia explicable por diversos motivos que aquí no podemos abordar.

De hecho, el caso peninsular se mostrará peculiar por diversos motivos, no siendo el menor de ellos que medio siglo más tarde de estos reflejos, convivirán en el suelo hispano notables ejemplos de fortificación de transición proto-abaluartada, como Salces (1497-1503), con soberbios remanentes de viejos tiempos, como Belalcázar (Córdoba, c.1460).
 

Marco histórico de la pieza.

Se distinguen dos grandes familias artilleras, en función del sistema de carga: de un lado, la artillería de avancarga; del otro la de retrocarga.

Los primeros ejemplares de cañones son de retrocarga. En este tipo, el cañón consta de dos partes separadas. De un lado, el ánima del cañón, el tubo; del otro, la recámara, llamada másculo o servidor. Para efectuar el disparo era necesario rellenar el másculo con pólvora, y encastrarlo en el tubo cada vez que se quería abrir fuego, lo que unido a otra serie de circunstancias daba como resultado una cadencia de fuego exasperantemente lenta.

La artillería de avancarga se difunde con decisión desde principios del siglo XVI. En este tipo, el proyectil se introduce por la boca, es depositado en el ánima, en cuya faja de culata reposa la pólvora (mediando entre ambos elementos un taco), y ésta es prendida a través del ojo del tubo. Este tipo de artillería, junto a otras mejoras tecnológicas, supuso un importante adelanto respecto a la artillería de retrocarga y permanecerá en activo hasta el siglo XIX, en que la nueva tecnología permita encastres herméticos y aleaciones más resistentes. No obstante, la avancarga pervivirá en la familia de obuses y morteros.

Descripción de la pieza.

Se trata de un Ribadoquín de la segunda mitad del siglo XV, mantenido en buen estado de conservación, y que se halla expuesto en el Castillo de Magalia (Ávila).El eje de ánima es de unos 150 cm, con un calibre de 5 cm, +/- 0’5 cm, y unos 20 calibres de longitud. Conserva cinco cércoles zunchados en caliente sobre el ánima de hierro, el primero con la mira, los tres siguientes con el arranque para el encastre de las argollas de fijación al afuste y transporte, y la última inmediata al encastre con la recámara. El tubo está opilado.

No ha conservado esta pieza el másculo, extraviado en algún momento de su dilatada vida, pasajera de trenes movidos, y en su lugar se ha colocado una reconstrucción en madera. La recámara original debió de ser de una entidad algo mayor, y en ella se depositaba la pólvora que propulsase el bolaño del tubo. Dados los medios de la época esta operación no sólo era lenta sino que se hacía en extremo arriesgada, al reventar en ocasiones toda la pieza por la defectuosa hermeticidad de másculo y tubo, o bien por burbujas y defectos en una forja precaria. Este tipo de piezas solía contar con un par de recámaras que se iban intercambiando para aligerar algo las labores de tiro, aunque en cualquier caso el sufrimiento del metal no permitía usos demasiado prolongados.

El afuste es obviamente una reconstrucción, aunque ha sido hecha ateniéndose a originales que se pueden observar en la iconografía coeva. El original debía de ser no obstante algo más consistente, ya que el eje acimutal instalado en la base del afuste difícilmente aguantaría el retroceso de una pieza que no se caracterizaba por su finura de disparo. No en vano decía Johan de Escalante casi un siglo después, que suelen decir los navegantes que de ella tienen noticia que la artillería de hierro mata a los de dentro y espanta a los de fuera...
 

Conclusiones valorativas.

La situación actual de la pieza, en un edificio adscrito al INAEM, garantiza su conservación y alejamiento de usos poco decorosos. La pieza se halla expuesta en un rellano del Castillo de Magalia3No obstante, no es ésto que presentamos sino una mera presentación a efectos catalográficos para estudios ulteriores.

Esta pieza responde a un tipo de artillería más funcional que las pesadas y harto inmanejables bombardas de los albores pirobalísticos, aunque los problemas que la retrocarga presentaba, como ya hemos comentado, no serán solucionados hasta unos cinco siglos después.

No obstante, la adopción de calibres más operativos, el sistema de avancarga y diversas mejoras tecnológicas, supondrá uno de los pasos importantes en el camino de la Revolución Militar que, arrancando desde el Medievo, culminará en los siglos modernos, cimentando la superioridad bélica de los territorios donde se dio esta "Revolución".

Resulta ilustrativo para el caso contrario, la no adaptación, el relato del barón De Tott, quien a finales del siglo XVIII se encuentra en el bando turco contra Rusia, y se propone disparar un cañón que cargaba un proyectil de 500 kilos con 150 kg de pólvora. Ante tal pretensión la gente que me rodeaba tembló ante tamaño propósito, y los más viejos de entre ellos aseguraban que era tradición que aquella pieza, que no había sido disparada nunca, ocasionaría tal conmoción que echaría abajo el castillo y la ciudad.

El camino hacia los calibres operativos tuvo gran parte de la responsabilidad del triunfo de la guerra basada en la artillería de pólvora. Así, sólo unos años después del abandono de esta pieza que nos ocupa, la Isla de Rodas, defendida por las lenguas de la Orden de San Juan, trataban de resistir al determinante asedio turco que comenzó el verano de 1522 y concluirá con la definitiva expulsión de los hospitalarios el día de Año Nuevo de 1523. Allí, en medio de un intenso fuego artillero, el Maestro Tadini se desvivía por neutralizar la labor de minado turca, incluyendo notables hazañas de adusto guerrero, testigo de un momento de transición hacia nuevos caminos. Al tiempo que los muros de Rodas sucumbían al castigo, los cimientos de la nueva fortificación alla moderna, se estaban estableciendo sólidamente, aún con el eco de la advertencia en la lejanía.


Bodrum, Septiembre, A.D. 2002.
ethandun@yahoo.es.

 Bibliografía sucinta:

Austin C. CARPENTER, Cannon, Halsgrove Press, 1993.

Carlo CIPOLLA, Las máquinas del tiempo y de la guerra, Barcelona, 1999.

Julián GARCÍA SÁNCHEZ, La Artillería española en el Siglo XV, II Jornadas Nacionales de Historia Militar, Málaga, 1993.

Luis de MORA-FIGUEROA, Caña de lombardeta del siglo XV en el Castillo de Arcos de la Frontera (Cádiz), Estudios de Historia y Arqueología Medievales, II, Cádiz, 1982.

Luis de MORA-FIGUEROA, Transformaciones artilleras en la fortificación tardomedieval española, en Mil Anos de Fortificaçoes na Península Ibérica e no Magreb (500-1500), Palmela, 2001.

Antonio TORREMOCHA SILVA, La técnica militar aplicada al cerco y defensa de ciudades a mediados del siglo XIV Un estudio de los capítulos CCLXVII al CCCXXXVII de la crónica de Alfonso XI que tratan sobre el cerco y conquista de Algeciras, (1342-1344), E.H.A.M., VII-VIII, Cádiz, 1987-1988.




Lámina I :
Vista frontal de la pieza,
mostrando la boca y los sucesivos cércoles.

Lámina II:
La pieza desde su parte trasera,
mostrando el afuste y la recámara reconstruidas, y el largo del tubo




Notas:

1 TORREMOCHA, 1987. [REGRESAR AL TEXTO]

2  CIPOLLA, 1999, p. 146; MORA- FIGUEROA, 2001, p. 651. [REGRESAR AL TEXTO]

3 Agradecemos al Señor Mario García Bardají, Director del Centro, su colaboración. Según nos cuenta, el cañón fue trasladado allí tras las labores de desescombro de la Mota de Medina del Campo (Valladolid). [REGRESAR AL TEXTO]