ðHwww.oocities.org/es/myosias_05/3_7_2_las_ofrendas.htmwww.oocities.org/es/myosias_05/3_7_2_las_ofrendas.htmelayedx£qÔJÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÈ@m¿îOKtext/htmlÐKKw¿îÿÿÿÿb‰.HSun, 03 Dec 2006 02:11:38 GMTAMozilla/4.5 (compatible; HTTrack 3.0x; Windows 98)en, *¢qÔJ¿î LAS OFRENDAS Y LOS DIEZMOS

LAS OFRENDAS Y LOS DIEZMOS

 En el presente tratado, hacemos un estudio global del tema de dar y recibir, haciendo un seguimiento ordenado de los casos que narran las Escrituras, extrayendo  la enseñanza que contienen.

 EL PRIMER SACRIFICIO

Cuando Adán y su mujer pecaron, Dios los amonestó pero también los vistió con túnicas hechas de pieles. Para esto fue necesario sacrificar animales, de los cuales Dios tomó su piel.

Al sacrificarlos hubo derramamiento de sangre inocente por causa del hombre. Gén. 3: 21.

Este sacrificio tipifica la muerte expiatoria de Cristo, “el Cordero de Dios”, con cuya piel (su justicia) somos vestidos para que no se vea la vergüenza de nuestra desnudez (nuestros pecados).

Para Dios, Cristo ya había sido inmolado desde el principio. Apoc. 13: 8. Porque Dios llama las cosa que no son como si fuesen.

 

LAS OFRENDAS DE CAÍN Y ABEL

Caín fue el primero en traer ofrenda para Dios: trajo del fruto de la Tierra porque era agricultor, mas no le agradó a Dios ni él mismo ni su ofrenda.

En cambio Abel y su ofrenda si agradaron a Dios. ¿Por qué?.

No había mandamientos respecto a la ofrenda. Fue un acto voluntario de ambos hermanos, pero Abel agradó a Dios porque trajo lo mejor de los primogénitos. Además  su ofrenda fue agradable a Dios porque estaba de acuerdo con su plan de redención del hombre, pues ofreció un cordero primogénito, que simboliza a Cristo y hubo también derramamiento de sangre inocente como al principio. Gén. 4: 3-7; Heb. 9: 22

 

LA OFRENDA DE NOÉ

También Noé escogió para dar ofrenda a Dios, él ofreció animales limpios en holocausto, lo cual está de acuerdo con el plan de Dios, pues Cristo es puro y  fue consumido totalmente en la cruz por el fuego de prueba que pasó. Por eso Dios bendijo a Noé y los suyos. Gén. 8: 20, 21.

 

PRIMERAS OFRENDAS DE ABRAHAM

Se registran varios casos en que Abraham da sus ofrendas a Dios,

La primera vez, cuando Dios le habló en Siquem, en la tierra de Canaán. Allí edificó un altar donde ofreció sacrificios a Dios en aun acto de gratitud. Gén. 12: 6-7

Cuando Abram se fue a vivir entre Beth-el y Hai, edificó allí su segundo altar donde él continúa ofrendando. Gén. 12: 8

Después se fue a vivir en el Neguev, mas allí no edificó altar, dejó de ofrendar; entonces se produjo un gran hambreen esa tierra, por eso Abram se fue a Egipto. Gén. 12: 9-10

Regresando de Egipto, volvió a ofrendar en el altar entre Beth-el y Hai. Después de esto su ganado aumentó tanto, que ya no cabían sus ganados en la tierra y fue necesario que se separe de su sobrino Lot. Gén. 13: 3,4.

Después se fue a vivir a Hebrón y allí edificó su tercer altar, para dar sus ofrendas a Dios.

Tomando en cuenta que en los tiempos de Abram, tampoco Dios había dado aún mandamientos acerca de las ofrendas, entendemos que Abram lo hacía de su propia voluntad, podía ser una costumbre adoptada desde sus antepasados. Dios no le dijo nada al respecto, pero lo cierto es que cuando dejó de ofrendar le fue mal y cuando volvió a ofrendar prosperó notoriamente.

 

EL PRIMER DIEZMO

Cuando Abraham rescató a su sobrino Lot, de los reyes orientales que lo habían capturado y llevado cerca de Damasco, obtuvo a la vez un gran botín. En su regreso de la batalla, le salió al encuentro Melquisedec, rey de Salem y también sacerdote de Dios, trayéndole pan y vino y lo bendijo de parte de Dios.

Entonces Abram le dio a Melquisedec los diezmos de todo el botín. Gén. 14: 18-20.

 En ese tiempo, no había ninguna ley dada por Dios acerca de los diezmos; tampoco había una ley de Dios respecto al sacerdocio, sin embargo aquí aparece un sacerdote que recibe los diezmos.

Es también la primera vez que da honra a un hombre que bendice de parte de Dios.

Abram tenía la promesa de Dios que en su simiente serían benditas todas las naciones, pero él reconoció y honró a Melquisedec como a alguien mayor que él.

Notamos que Melquisedec era mayor que Abram, porque tenía mayor revelación acerca del plan de Dios, pues trajo pan y vino, que son los elementos que simbolizan el cuerpo y la sangre de Cristo y se usan en la Cena del Señor para conmemorar su muerte expiatoria. Heb. 7: 1-7

No se registra otra ocasión en que Abram haya dado los diezmos a alguien.

Se tiene cierta información que en las familias patriarcales de esos tiempos, se acostumbraba dar los diezmos al patriarca jefe. Si este fuera el caso, Abraham tenía que ser descendiente de Melquisedec, ya sea su padre o su abuelo. Sabemos que el padre de Abram era Taré y que falleció antes que viniera a Canaán.

Pero si examinamos las Escrituras, encontramos que:

(1) Abraham es descendiente de Sem, hijo de Noé, el  cual vivió 600 años. Cuando nació Abraham, Sem tenía 390 años y siguió viviendo aún después de la muerte de Abraham. (Gén. 11: 10-26)

(2) Cuando le dio los diezmos, Abraham tenía un poco más de 75 años y Sem tenía algo más de 465 años. (Gén. 12: 4).

(3) Según la bendición de Noé, Sem debía señorear sobre Canaán; para que esto se cumpla debía vivir junto con ellos (Gén. 9: 25, 26). Esto explicaría por qué Taré su padre, le sacó de Ur de los Caldeos para ir a la tierra de Canaán. Además es comprensible que un hombre de tan larga experiencia y conocimiento, por su larga vida , escogiera vivir en la mejor tierra.

(4) Sem era sacerdote de Dios (la palabra sacerdote se traduce del griego “IEREIS” que  significa “sacrificador”) porque Noé también ofrecía sacrificios; y al bendecir a  Sem le transmitió también el sacerdocio. De esta manera se da la continuidad de la cadena de bendición hasta llegar a Abraham y a la vez de la cadena sacerdotal, que continuará por Isaac, Jacob, Leví. y Aarón.

 

DIOS LE PIDE OFRENDAS A ABRAHAM

Estando en Hebrón, Dios le vuelve a hablar prometiéndole la tierra de Canaán como herencia suya y de sus descendientes.

En esta oportunidad, Abram le pide señal a Dios. Para darle la señal, Dios le pide por primera vez ofrendas específicas: una ternera, una cabra y un carnero de tres años cada uno, también una tórtola y un pichón de paloma.

Abram cumplió y Dios se le manifestó como “un horno humeante” y “una antorcha de fuego” que pasó por en medio de los animales partidos sobre el altar, dando a entender que fue de su agrado. Entonces le dijo específicamente cuál sería el límite de su territorio. Gén. 15: 8-21

Sin embargo tal parece que el hecho de haberse dormido por un momento cuando cuidaba su ofrenda de las aves de rapiña, tiene relación con los 400 años que su descendencia sería afligida en tierra extraña.

Pedirle una señal a Dios tiene un costo.

 

ABRAHAM LE BRINDA HOSPITALIDAD A DIOS

Dios le visitó a Abraham en forma de varón, acompañado de dos varones.

Cuando él los vio de lejos, les dio alcance y los trajo a su casa, les preparó los mejores panes y un becerro tierno. Esos dos varones que lo acompañaban eran ángeles, que luego descendieron a Sodoma para constatar su maldad y destruirla.

Aquella vez Dios le confirmó a Abraham (poco antes le había cambiado de nombre) que Sara su mujer tendría un hijo, a pesar que era estéril y ya haber dejado de menstruar. Gén. 18: 1-10

En Hebreos 13: 2 dice que no nos olvidemos de la hospitalidad porque algunos sin saberlo, hospedaron ángeles. La hospitalidad es lo que demostró que Lot era justo, y por eso los ángeles lo salvaron de la destrucción. Gén. 19. 1-3.

Ser hospitalario no es esperar que llegue la visita sino estar atento y aún buscar la ocasión para recibir visita como lo hizo Abraham. No es solamente ofrecer las atenciones o servicios, sino ser insistente hasta lograr que lleguen a recibirlas. El Señor le dijo a Abraham: “Haz así como has dicho” e inmediatamente éste se dio prisa en hacerlo.

 

LA OFRENDA MÁS VALIOSA DE ABRAHAM

Dios mismo le pidió a Abraham que sacrificara a su hijo Isaac, le indicó el lugar donde lo tenía que ofrecer, que es el monte Moriáh, el cual está en Jerusalén.

Cuando Dios vio su fe y obediencia, le detuvo de matar al muchacho y le dio un cordero para que lo sacrificara en lugar de su hijo. No era su intención que haga un sacrificio humano, como lo acostumbraban hacer los contemporáneos de Abraham.

Allí mismo Dios le confirmó las promesas que le había dado en el principio. Gén. 22: 1-18

Aquí vemos que ya fe se había perfeccionado en el corazón de Abraham, porque estaba dispuesto a ofrendar a su hijo primogénito (Ismael no era contado), lo más querido por él.

El cordero que lo suplanta representa a Cristo, el primogénito de toda la creación. que muere en lugar de nosotros, que somos también la descendencia de Abraham por la fe y los primogénitos de toda la creación.

 

LA OFRENDA DE ISAAC

Dios se le apareció a Isaac en Beer-Seba y le bendijo; entonces Isaac edificó allí un altar e invocó el nombre del Señor, le ofreció sacrificios en señal de gratitud. Gén.26: 23-25

 Es la única ocasión en que vemos a Isaac ofreciendo un sacrifico, de manera similar a como lo hizo su padre la primera vez en Siquem. Sigue siendo un acto voluntario pues no hay una ley todavía sobre la ofrenda.

 

EL VOTO DE JACOB Y SU PRIMERA OFRENDA

Dios le habló a Jacob mediante un sueño en Beth-el, cuando huía de su hermano. Jacob al despertar ungió la piedra donde se había recostado (esa fue su primera ofrenda) y prometió edificar allí un santuario y apartar el diezmo de lo que en el futuro ganaría. Gén. 28: 20, 22

En el sueño, Dios no le pidió nada, solo le hizo promesas; el voto que hizo Jacob fue de su propia idea. Sin embargo Dios tenía muy presente la promesa que Jacob le había hecho y le hizo recordar de ello posteriormente. Gén. 31: 13. 

Dios no se olvida de lo que le prometemos.

 

ALTARES EDIFICADOS POR JACOB

(1) Regresando Jacob a Canaán, compró en Siquem un campo por 100 monedas y allí edificó su primer altar y le llamó “el Dios de Israel”. Gén. 33: 19-20.

(2) Luego del percance tenido con Siquem, Dios le habla a Jacob y le ordena que edifique un altar en Beth-el. Jacob limpió a su familia de los ídolos y los hizo cambiar de ropas.  Edificó el altar y le llamó “el Dios de Beth-el”. Entonces Dios le volvió a aparecer y le bendijo con palabras proféticas. Gén. 35: 1-12.

(3) Vino Jacob a Hebrón a ver a Isaac su padre y cuando falleció, lo sepultó allí.

No se registra que halla ofrecido en ese lugar sacrificios, aunque sabemos que allí había un altar hecho por Abram. Gén. 35: 27-29

(4) Cuando Jacob se enteró que su hijo José vivía en Egipto fue a Beer-seba y ofreció sacrificios en el altar que edificó Isaac su padre.

Entonces Dios le habló de noche y le dijo que no tema descender a Egipto porque él le acompañaría. Gén. 45: 26 - 46: 4

 

EL SACRIFICIO DE LA PASCUA

El día que Israel tenía que salir  de Egipto, Dios le ordenó a Moisés que cada familia tenía que sacrificar un cordero de un año, asarlo al fuego, y sin quebrarle ningún hueso, comerlo apresuradamente cada familia en sus casas.

Con la sangre del cordero debían pintar los postes y el dintel de la puerta para que no mueran sus primogénitos, porque el Señor haría morir a todos los primogénitos de Egipto.

Ésta fue la primera Pascua, que luego fue celebrada cada año el día 14 el primer mes del año, conforme el mandamiento. Exo. 12: 1-14

Este cordero que se sacrificó en la Pascua, representaba a Cristo, quien murió precisamente el mismo día de  Pascua, a las 3 de la tarde; para redimirnos de la condenación y hacernos los primogénitos de toda su creación. .el Señor dijo: “todo primogénito mío es”  Exo. 13: 2

 

LA LEY DE LAS OFRENDAS, DIEZMOS, PRIMICIAS, PRIMOGÉNITOS Y VOTOS

Dios entregó a Moisés ordenanzas específicas para el pueblo de Israel, acerca de los diezmos, las ofendas, las primicias y los votos.

Después de la Pascua, en la que mueren todos los primogénitos de los egipcios y se salvan de morir los primogénitos de los hebreos, Dios establece que todo primogénito de Israel, todo lo que abre la matriz, sea de los hombres o de los animales le pertenecen a él. Exo. 13: 2.

Posteriormente se hace el conteo de los levitas a partir de un mes de edad, sumando 22 000; y se contó también a todos los primogénitos de Israel y sumaron 22 273 y Dios establece que los levitas serán suyos en lugar de los primogénitos. Pero como faltaban 273 levitas, entonces tuvieron que pagar cada primogénito excedente, la cantidad de 5 siclos de que equivale a 100 geras.

Esta viene a ser una ofrenda pedida por el Señor específicamente. A partir de allí tenían que traer al Templo todos sus primogénitos, y si no querían entregarlos lo podían redimir con animales limpios.

 La primera ofrenda que Dios le pidió a Israel después de que Moisés desciende del monte Sinaí, fue para construir el santuario móvil, llamado Tabernáculo de reunión y para la vestimenta de los sacerdotes.

El Señor quiso que solo ofrendaran los generosos de corazón. Exo. 25: 1-8; 35: 4-9, 20-29.

Moisés tuvo que detener la ofrenda porque ya había de sobra. Exo. 36: 6-7

Ese Templo móvil, lo usaron durante los 40 años que estuvieron en el desierto. Pero cuando entraron y poseyeron la tierra de Canaán, el Tabernáculo permaneció durante 430 años en la ciudad de Silo, hasta los días del profeta Samuel.

Cuando Moisés dedicó este santuario, la gloria de Dios descendió sobre él.

Salomón edificó el Templo fijo, en el monte de Sion, en la ciudad de Jerusalén, el lugar que Dios escogió. En este Templo estaba el altar del sacrificio, el único lugar en todo el territorio de Israel donde debían llevar sus ofrendas diezmos y primicias según la ley. Deu. 12: 1-27

Los levitas, que se dedicaban al servicio del Templo recibían del resto del pueblo, el diezmo de sus cosechas para su mantenimiento y a la vez ellos separaban el diezmo de los diezmos para dárselo a los sacerdotes descendientes de Aarón. Además de esto también recibían los sacerdotes como remuneración, las ofrendas voluntarias y cosas consagradas por voto y las primicias de la tierra. Núm. 18: 8-14

 

OFRENDAS DE GEDEÓN

Cuando se le presentó el ángel del Señor, Gedeón le preparó un cabrito y panes sin levadura y una olla de caldo, los puso sobre una roca y de la roca salió fuego que lo consumió todo; fue una ofrenda voluntaria y agradable a Dios.

Luego el Señor le pidió a Gedeón que ofreciera en sacrificio un toro de 7 años sobre un altar, en el monte y que usara como leña el árbol que su padre había dedicado a Baal, destruyendo además su altar idolátrico.

Gedeón obedeció y allí comenzó su ministerio de salvar al pueblo de mano de los madianitas que los estaban oprimiendo.

Este caso es comparable al de Eliseo y el de Bernabé.

 

EL VOTO DE JEFTÉ

Cuando Jefté atacó a los Amonitas, prometió a Dios que ofrecería en holocausto a quien salga primero a recibirle cuando regrese victorioso de la batalla.

Fue su hija única, la primera en salir a recibirle y él tuvo que cumplir su promesa. Jue. 11: 31-40.

Ese es un claro ejemplo  que nos enseña lo malo que es hacer votos a la ligera.

“Cuando  fueres a la casa de Dios, guarda tu pie; y acércate más para oír que para dar el sacrificio de los necios: porque no saben que hacen mal.

No te des prisa, ni tu corazón se apresure a proferir palabra delante de Dios; porque él está en el cielo y tú sobre la tierra; por tanto sean pocas tus palabras: Porque de la mucha ocupación viene el sueño y de la multitud de las palabras la voz del necio.

Cuando a Dios hicieres promesa, no tardes en pagarla; porque no se agrada de los insensatos: Paga lo que prometieres. Mejor es que no prometas,  que prometas y no cumplas.

No sueltes tu boca para hacer pecar a tu carne; ni digas delante del ángel que fue ignorancia.

¿Por qué harás que Dios se aire a causa de tu voz y que destruya la obra de tus manos?

Donde los sueños son en multitud, también lo son las vanidades y muchas palabras; mas tú teme a Dios”. Ecle. 5: 1-7

 

HOLOCAUSTO DE MANOA

El padre de Sansón, cuando se le apareció el ángel de Jehová anunciándole el nacimiento de su hijo; ofreció al Señor un cabrito y cereales en holocausto sobre una piedra.

El ángel subió al cielo a través del fuego; una señal de que la ofrenda fue aceptada y a la vez una señal prodigiosa que demuestra que el mensaje era verdaderamente de parte de Dios. Jue. 13 15-20

 

VOTO DE ANA Y SU OFRENDA

Elcana tenía una mujer llamada Ana, la cual era estéril; y mucho se afligía por no tener hijo.

Ella entonces oró a Dios prometiéndole que si le daba un hijo, se lo entregaría para el servicio en el sacerdocio. Dios le concedió su petición y ella cumplió con entregarlo después de destetarlo, además llevó 3 becerros y una efa de harina y una vasija de vino como ofrenda adicional. 1 Sam. 1: 10-11; 26-28. Según sus palabras proféticas, tal parece que Ana tuvo seis hijos más después de Samuel su primogénito. 1Sam. 2: 5.

Samuel llegó a ser un Juez de Israel y ala vez un profeta extraordinario, cuyas palabras siempre se cumplían.

Así recompensa el Señor a los que cumplen ampliamente sus votos.

 

OFRENDAS DE DAVID

Cuando David ordenó hacer un censo del pueblo, sin la dirección de Dios, como consecuencia vino una plaga en la que murieron 70 000 de todo Israel.

Entonces David vio al ángel que hería al pueblo, con la espada desnuda, que se detuvo en la propiedad de un Jebuseo llamado Ornán o Arauna, en la ciudad de Jerusalén.  Y David intercedió por le pueblo.

Entonces Dios le dijo por medio del profeta Gad, que en ese mismo lugar edificara un altar y ofreciera una ofrenda para que cesara la mortandad.

David habló con Arauna para comprarle la propiedad y éste quiso regalárselo y aún darle animales para el sacrificio, pero David no aceptó, dijo:

No ofreceré a Jehová mi Dios holocaustos que no me hayan costado nada”. 2 Sam. 24: 24

Así que compró el terreno pagando más de su justo precio (50 siclos de plata); construyó allí un altar y ofreció holocaustos e invocó el nombre del Señor.

Dios le respondió con fuego del cielo. 1 Cró. 21: 24-27.

 Al final de su reinado, David había apartado de su tesoro personal, 100 toneladas de oro y 230 toneladas e plata y lo ofrendó para la construcción del Templo, delante del pueblo reunido.

Sus oficiales se animaron y también ofrendaron en abundancia y todo el pueblo ofrendó alegremente.

Finalmente David oró y bendijo a Dios, diciendo:

En realidad todo viene de ti y solo te damos lo que de ti hemos recibido1 Cró. 29: 1-14

Este es un buen ejemplo, digno de imitar; Si lo hicieran así todos los hijos de Dios, hoy en día y donaran abundantemente de todo lo que han atesorado en todas sus vidas, antes de disponer la herencia para sus hijos; la obra de Dios  no estaría con escasez de recursos financieros.

 

OFRENDAS DE SALOMÓN

Antes de construir el Templo en Jerusalén, Salomón ofreció 1 000 holocaustos en Gabaón porque era un lugar alto principal (aunque los montes altos nunca fueron del agrado de Dios).

Aquella noche se le apareció Dios en sueños y le dijo: “Pídeme lo que quieras y te lo daré”.

Salomón le pidió sabiduría para gobernar a su pueblo. Y Dios se lo concedió y  además le dio riquezas y honra. 1 Rey. 3: 3-14.

Realmente la ofrenda mueve la mano de Dios para prosperar en lo material.

 El día de la dedicación del Templo en Jerusalén, la gloria de Dios llenó la casa y los sacerdotes no podían ministrar. 1 Rey. 8: 10,11.

Salomón ofreció 22 000 toros y 120 000 ovejas en sacrificio; entonces se le volvió a aparecer Dios en sueños y le dijo que había oído su oración y que si hacía lo recto, entonces confirmaría su pacto con él, pero si se apartaba de su ley, aún aquel Templo sería destruido. 1 Rey. 8: 63; 9: 1-9.

La ofrenda le agrada a Dios pero la obediencia  y la perseverancia atraen su bendición para siempre. Salomón no perseveró en su fidelidad y finalmente adoró imágenes y les edificó altares por complacer a sus mujeres. 1 Rey. 11: 1-13.

 

OFRENDA DE ELÍAS

Elías es un profeta que vivió con las tribus de Israel que se habían dividido después del reinado de  Salomón; y además se habían apartado totalmente de la ley de Dios. La adoración ya no se basaba en las Escrituras sino en las costumbres impuestas por el rey, copiadas de los pueblos vecinos, con los cuales se habían mestizado. Adoraban a Dios pero a la vez tenían imágenes de los llamados Baales (señores) y Astoret (la reina del cielo).

Luego de la sequía que él profetizó y duró 3 años y medio, Elías se presentó ante el rey de Israel y toda la multitud de la gente; y les desafió a demostrar quien era el verdadero Dios, Jehová o Baal.

Tenían que presentar ofrenda cada uno a su dios, el que responda por fuego y consuma el sacrificio, ese sería el verdadero Dios.

Primero presentaron su sacrificio los profetas de Baal y hasta el medio día no hubo respuesta.

Entonces Elías hizo un altar con 12 piedras, conforme al número de las tribus de Israel, dando a entender con esto que para Dios no estaban divididos y todos ellos seguían siendo su pueblo. Luego oró a Dios en presencia de todos ellos e inmediatamente descendió fuego del cielo y consumió el sacrificio; demostrando así que el verdadero  Dios era Jehová, del cual Elías era su profeta, quien les señalaría la verdadera adoración. 1 Rey. 18: 20-39

Este caso nos hace ver la fidelidad de Dios ante la infidelidad del hombre; donde abundó el pecado sobreabundó la gracia.

Por amor a Abraham, tuvo misericordia de aquellos que aunque no eran puros, eran descendientes suyos; es lo mismo que hace ahora, a los que han aceptado a su Hijo les sigue dando oportunidades aunque se hayan corrompido en extremo; les sigue enviando profetas con señales evidentes para que se conviertan de su mal camino.

La señal del fuego que desciende del cielo se va repitiendo desde los tiempos de Abram, Moisés, David y ahora Elías. Para los postreros días, Joel profetizó que se vería nuevamente esta señal. Joel 2: 30.

 

LA OFRENDA DE LA VIUDA DE SAREPTA

Por orden del Señor, una viuda de Sarepta, tenía que sustentar a Elías.

Cuando Elías llegó a la casa de ella, sin conocerla él le pidió agua (en tiempos de sequía). Ella se apresuró a dársela.

Entonces él le pidió también comida. Ella muy apenada le dijo que solo tenía un poco de harina y de aceite, con lo que pensaba preparase un pan y luego de comerlo con su hijo, solo le quedaba esperar la muerte.

Entonces Elías le dijo: “Has como has dicho y dame a mi primero, porque así a dicho Jehová, la harina no escaseará ni el aceite cesará” . Y sucedió tal como Elías lo profetizó. Comieron de aquello todo el tiempo que duró la sequía.

Este es el ejemplo de una ofrenda en tiempo de la peor escasez, pero bajo la directa y personal guianza de Dios, entregada a un verdadero siervo de Dios, lo cual trae una bendición sobrenatural de parte de Dios que suple la necesidad.

Además de esto, aquella viuda vio la gloria de Dios cuando su hijo murió y Elías lo resucitó.

Así recompensa Dios a os que le obedecen y colaboran con su obra y sus siervos.

 

LA OFRENDA DE ELISEO

Cuando Elías pasó junto a Eliseo y echó sobre él su capa, Eliseo entendió que había llegado la hora de seguirle. Entonces tomó los dos bueyes con que estaba arando, los mató, los cocinó usando de leña la madera del arado y dio de comer al pueblo con ello. Inmediatamente se fue con Elías y fue su sirviente. 1Rey. 19: 19-21

En este caso la ofrenda es destinada a sus vecinos, a la vez que se deshace de su yunta de bueyes con los cuales él trabajaba, dando a entender que ya no volvería al mismo trabajo.

Eliseo se da a sí mismo en ofrenda como esclavo para servir al ungido de Dios.

 

OFRENDAS QUE LE DIERON A ELISEO

(1) Eliseo, después de recibir la unción, acostumbraba pasar por el pueblo de Sunem; y una mujer de aquel lugar se había percatado de ello y siempre le daba comida. Viendo ella que él era un profeta, habló con su marido y construyeron una habitación especial para hospedar a Eliseo cada vez que pase por ese lugar.

Eliseo quiso recompensar a la mujer de alguna manera, mas ella no quiso pedirle nada.

Consultando con su sirviente, Eliseo supo que ella era estéril y que no tenía hijos. Entonces le profetizó que a la vuelta del año ella tendría un hijo en sus brazos. Y así sucedió.

Creciendo el niño, un día repentinamente el niño murió. Entonces aquella mujer fue a buscar y traer al profeta. Eliseo oró  por el niño y este resucitó. 2 Rey. 4: 8-37

El Señor Jesús dijo: “El que recibe profeta, por cuanto es profeta, recompensa de profeta recibirá”

Los que sirven a los siervos de Dios, ven la gloria de Dios.

(2) En otra ocasión, un hombre de Baal-salisa le llevó a Eliseo 20 panes recién horneados y trigo fresco de primicias. Esta ofrenda debería destinarse a los sacerdotes, pero en Israel no había sacerdotes, sino solo en Jerusalén.

Eliseo repartió los 20 panes a los 100 hombres que estaban con él y sobró. 2 Rey. 4: 42-44.

Fue un milagro de multiplicación, que sucedió al compartir lo poco que tenía.

(3) Naamán, el capitán del ejército de Siria, le trajo como presentes 300 000 monedas de plata, 6 000 monedas de oro y 10 trajes completos para que Eliseo le sane de la lepra, pero Eliseo no le quiso recibir nada; ni siquiera le atendió personalmente, le envió a su sirviente para darle el mensaje de parte de Dios. Naamán obedeció y fue sanado de la lepra. Luego insistió en dejarle algún presente, pero Eliseo lo rechazó. Él estaba sujetándose a las ordenanzas de la ley, al no juntarse con un leproso.

A escondidas de Eliseo, su sirviente fue detrás de Naamán y le pidió en su nombre que le diera algo. Con mucho gusto Naamán le dio 6 000 monedas de plata y dos mudas de ropa. Dios se lo reveló a Eliseo, el cual lo reprendió y luego la lepra de Naamán le vino al sirviente. 2 Rey. 5

Esto nos enseña que hay casos en los que no conviene recibir la ofrenda, porque puede acompañarse de su maldición.

 

EXHORTACIÓN  DE MALAQUÍAS A ISRAEL ACERCA DE LOS DIEZMOS

En los tiempos del profeta Malaquías, desobediencia del pueblo de Israel había llegado al extremo.

Su exhortación comienza primero por los sacerdotes, que debían ser el ejemplo del pueblo, pero estaban siendo un mal ejemplo, especialmente en el tema del repudio, porque estaban siendo desleales con la mujer de su juventud.

Asimismo continúa exhortando a todo el pueblo en que no cumplían con traer sus diezmos y primicias para el sostenimiento de los ministros del Templo. Y por esta razón es que estaban bajo maldición, pues esto era un robo contra Dios.

El Señor desafía a su pueblo a probarle en esto, él promete derramar bendición hasta que sobreabunde y reprender al devorador. Mal. 2 y 3

 

LA OFRENDA DE LA VIUDA

Jesús, mirando a los que depositaban sus ofrendas en la caja que había en el Templo, alabó ante sus discípulos a una mujer viuda que dio apenas dos monedas, pues era todo lo que tenía para comer ese día. Dijo Jesús que ella había dado más que los ricos, porque ellos daban lo que les sobraba, en cambio ella había dado todo lo que tenía para su propio sustento.

 

LA OFRENDA DE ZAQUEO

Cuando Jesús visitó la casa de Zaqueo, éste decidió ofrendar la mitad de sus bienes a los pobres y además ofreció públicamente restituir 5 veces a los que antes había agraviado.

Jesús declaró que éste también era hijo de Abraham. Lucas: 19: 8.

Porque estaba demostrando su fe con obras.

Es importante  que de la misma manera que somos prestos para ofrendar, paguemos cumplidamente a las personas que debemos algo, y si les hemos fallado, perjudicando su economía, debemos añadir un tanto más, por el daño causado. Eso es ser hijo de Abraham a la vez hijo de Dios.

 

EL SACRIFICIO DE JESÚS

Jesús ofreció su propio cuerpo en sacrificio por el pecado de toda la humanidad, para que todo aquel que en él cree, no se pierda mas tenga vida eterna. Juan 10: 14-18

Esta es la mejor ofrenda que jamás se halla dado, pues así con su muerte quedó definitivamente satisfecha la justicia de Dios.

Todos los anteriores sacrificios fueron válidos solo en la medida que simbolizaban el sacrificio de Cristo, pero una vez que se cumplió, ya no son necesarios los sacrificios de animales y por lo tanto ya no se necesita de un altar, ni de sacerdote que ofrezca los sacrificios.

Basta con hacer mención a su muerte para obtener el perdón y la gracia divina.

 

LAS PRIMERAS OFRENDAS EN JERUSALÉN

Los primeros cristianos de Jerusalén vendían sus propiedades y traían el precio de lo vendido a los pies de los apóstoles. Esto fue algo espontáneo de parte de ellos ya que no había mandamiento que lo exigiera.

Esta ofrenda lo repartían a cada uno según su necesidad, especialmente atendían a las viudas y huérfanos. Para este fin, la multitud eligió a 7 varones como diáconos o administradores. Hech. 4: 34-35

 

LA OFRENDA DE BERNABÉ

Bernabé era un levita (descendiente de Leví) y tenía una propiedad, la cual la vendió y trajo el dinero y lo dio a los apóstoles. Hech. 4:36,37

Posteriormente Bernabé fue llamado a ser apóstol junto con Pablo. Hech. 13: 1-3.

Esto nos hace entender que para obtener una mayor gracia (como lo es el apostolado) es importante que haya también un desprendimiento y abnegación también grandes.

 

LA OFRENDA DE ANANÍAS Y SAFIRA

Ananías vendió también su propiedad y luego se puso de acuerdo con su esposa para traer solo una parte del precio de la venta y entregarlo a Pedro aparentando que estaban dando todo,  al igual que los demás.

El Espíritu Santo le reveló a Pedro de este engaño, cuando Ananías le entregaba el dinero; y cuando Pedro le reprendió por su mala acción, él cayo muerto.

Luego vino Safira su mujer, sin saber lo ocurrido con su esposo; y Pedro le preguntó si era el total del precio de lo vendido lo que trajo su esposo; y ella mintió, entonces también cayó muerta. Hech. 5: 1-11

Ananías tenía la libertad de vender o no vender su propiedad, porque nadie se lo estaba pidiendo. Si él decidió venderlo, no tenía la obligación de donar el dinero obtenido de la venta; si quería lo donaba todo y si quería donaba una parte.

El pecado que no pudo tolerar el Espíritu Santo es atreverse a mentir al siervo de Dios que estaba lleno del Espíritu Santo y esto es ofender al Señor en su propia cara.

Hoy en día también algunos hermanos pecan al aparentar que están dando todos los diezmos de su ganancia, cuando en realidad solo dan una parte de ello.

Pero lo hacen porque les exigen y les convencen que es un mandato de Dios para este tiempo.

Menos mal que sus pastores no son llenos del Espíritu Santo, porque si no caerían muertos también, pero por mentir muchos están enfermos en la congregación.

 

OFRENDA PARA LOS HERMANOS DE LA IGLESIA EN JERUSALÉN

Cuando los hermanos de Antioquia supieron que los de Jerusalén estaban pasando hambre, acordaron enviarles ofrendas para ayudarles. Hech. 11: 28-30.

Pablo instruyó a los hermanos de Corinto, que cada primer día de la semana debían apartar algo según el Señor les haya prosperado, para ofrendar con este mismo propósito. 1 Cor. 16: 1-3.

Los Macedonios (Filipenses y Tesalonicenses) a pesar de ser pobres dieron por su propia iniciativa y dieron aún más allá de sus posibilidades. Ellos se ofrendaron primero a sí mismos al Señor y luego a los hermanos. 2 Cor. 8: 1-5

Si alguien de veras quiere dar, Dios acepta su ofrenda que él da conforme a lo que tiene ; Dios no le pide lo que no tiene. Así nadie se ve apretado mientras otros se van de alivio, sino que todos dan en verdadera igualdad. 2 Cor. 8:12-15.

Esta es la llamada “ofrenda para los santos que están en Judea”

Lo que podemos observar es que los hermanos de Jerusalén no supieron manejar bien su economía y por eso necesitaron ayuda. Esta fue la oportunidad de los hermanos extranjeros de poder recompensarles  de alguna manera a los que habían iniciado la predicación del evangelio que les trajo la salvación.

 

LAS OFRENDAS DADAS POR LOS FILIPENSES A PABLO

Los Filipenses fueron los únicos que apoyaban a Pablo con sus ofrendas. Aún cuando Pablo se fue a predicar a Tesalónica y Corinto, ellos le enviaban para sus necesidades.

Por un tiempo se habían descuidado de hacerlo, pero volvieron a enviarle cuando estaba en prisión.

Pablo se alegra por esto, no porque tenía escasez sino porque sabe que esta ofrenda viene a ser un fruto de amor que el Señor va ha tomar en cuenta a favor de los Filipenses.

Pablo sabía sobreponerse ante cualquier situación, a padecer hambre  como para tener abundancia. Pero al recibir la ofrenda de ellos, lo recibe como un olor grato, un sacrificio aceptable ante el Señor.

Entonces allí es que afirma que “su Dios”, es decir el Dios a quien él servía, supliría todo lo que les faltaba a los que le ofrendaron. Fil. 4: 10-20.

¿Participas tú en razón de dar y recibir? ¿o no has recibido la gracia de dar?

 

ENSEÑANZAS DE JESÚS Y LOS APÓSTOLES ACERCA DE DAR Y RECIBIR

Jesús dijo:

Dad y se os dará, medida buena, apretada, remecida y rebosando darán en vuestro regazo, porque con la misma vasija que mides te volverán a medir”  Luc. 6: 38.

 “Cualquiera que da un vaso de agua fría solamente a uno de éstos pequeños por ser discípulo, de cierto no perderá su recompensa. Mateo 10: 40-42

Con esto el Señor se compromete a recompensar a los que colaboran materialmente  con los que trabajan a su servicio, por más insignificantes que sean.

 “El obrero es digno de su alimento” Mat. 10: 10; Luc. 10: 7

 Esto les dice a sus enviados, para que no se sientan mal cuando les den alguna ofrenda o servicio cuando están trabajando en la obra del Señor.

 “Más dichoso es dar que recibir”  Hech. 20: 35.

En realidad un hijo de Dios experimenta un mayor gozo, cuando el Señor le concede poder dar.

 “¡Ay de vosotros, escribas y Fariseos hipócritas! Porque diezmáis la menta, el eneldo y el comino, y dejasteis lo más importante de la ley: la justicia, la misericordia y la fe; esto era necesario hacer sin dejar de hacer aquello. ¡Guías ciegos, que coláis el mosquito mas tragáis el camello!”

Esta dura exhortación la hace el Señor los judíos que aparentaban servir a Dios siendo rigurosos en detalles externos, pero que dejaban de hacer cosas más importantes.

Ellos según la ley vigente todavía hasta la muerte de Cristo, debían dar los diezmos, pero más importante que eso era la justicia, la misericordia y la fe. No vallamos a cometer ese mismo error. Comencemos por lo más importante y luego seamos minuciosos con los pequeños detalles.

  El apóstol Pablo escribió:

“Pero esto digo, que el que siembra escasamente, escasamente segará, y el que siembra abundantemente, abundantemente segará. Cada uno de cómo propuso en su corazón, no con tristeza ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre”.         2 Cor. 9: 6,7. La recompensa siempre será proporcional a lo que se da.

 “Así estableció el Señor que el que predica el evangelio que viva del evangelio” 1 Cor. 9: 14.

 Este es un derecho que todo obrero del Señor tiene por su trabajo en la obra de predicar y enseñar el evangelio, siempre y cuando no haga mal uso de él : el apóstol Pablo prefirió no usar este derecho para no poner obstáculo al evangelio.

“El que es instruido en la palabra debe compartir todo bien con el que lo instruye” Gál. 6:6 

“Los ancianos que gobiernan bien, sean atendidos como dignos de doble honra... “No pondrás bozal al buey cuando trilla y digno es el obrero de su salario” 1 Tim. 5: 17.18

Esta recomendación la da a Timoteo para que se preocupe de recompensar a los que trabajan en la obra del Señor de acuerdo a su trabajo.

  

CONCEPTOS BÁSICOS  RELATIVOS A LA OFRENDA

  1. CONSAGRAR.- Dedicar o separar algo o alguien para un uso sagrado.
  2. OFRENDA.- Todo aquello que se consagra para ofrecerlo a Dios.
  3. LIMOSNA.- Ayuda que se da al necesitado, al pobre que no tiene recursos.
  4. DIEZMO.- La décima parte de lo que produce la tierra o de las ganancias de una persona.
  5. PRIMICIAS.- El primer fruto, la primera parte de la cosecha, la primera ganancia.
  6. PRIMOGÉNITO.- La primera cría del ganado, o el primer hijo.
  7. VOTO.- La promesa que un hombre hace voluntariamente, de darle una ofrenda a Dios.
  8. NAZAREO.- Alguien que ha hecho un voto de consagración según la ley. La señal de este voto era raparse el cabello y luego no cortárselo hasta que acabe el tiempo del voto. Asimismo no debían beber vino ni algún derivado de la vid.
  9. SACRIFICIO.- Degollar un animal ofrecido a Dios, en un altar.  Ya sea por el pecado, por la culpa, expiatorio o de paz.
  10. HOLOCAUSTO.- Sacrificio que se consume totalmente en el fuego.
  11. ALTAR.- Objeto donde se ofrecían los sacrificios. Eran de piedra o de madera cubierto de bronce.
  12. TEMPLO o SANTUARIO.- Casa hecha para ofrecer los sacrificios a Dios.
  13. TABERNÁCULO.-Templo hecho de cortinas, a manera de una carpa; fácil de transportar. Fue hecho por Moisés para usarlo en el desierto.
  14. SACERDOTE.- El hombre consagrado para ofrecer los sacrificios a Dios.
  15. LEVITA.- Descendiente de Leví, el tercer hijo de Jacob. Los levitas fueron separados por Dios para el servicio exclusivo en las cosas sagradas, mediante la ley de Moisés.
  16. EXPIACIÓN.- Perdón de pecados, liberación de la culpa.
  17. REDENCIÓN.- Rescate mediante el pago de un precio.
  18. PACTO.- Testamento dado voluntariamente de parte de Dios para el hombre.