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La Física del azote

¿Pero cómo? ¿Es que interviene la física al azotar?

La física interviene en casi todos los aspectos de la vida diaria, aunque para muchos física sea sinónimo de "aburrido". Espero que este pequeño estudio sirva para convencer a algunos practicantes del arte del BDSM de que no necesariamente es así. Armados con algunos conocimientos básicos de física, intentaré demostrar el porqué de determinadas técnicas de azotar y porqué unos azotes son más dolorosos que otros.

Planteo

Para simplificar el problema, me limitaré a los azotes que no cortan la piel ni causan abrasión. Es decir: los que solamente se basan en el golpe sobre la piel. Por tanto valen: la mano, la paleta, la palmeta, los látigos de tiras, el gato, la fusta, la vara, la caña, etc., pero no el gato lastrado ni el látigo trenzado, por ejemplo.

Como se menciona en la fisiología del dolor, estos tipos de azotes estimulan los nociceptores (receptores de estímulos de alta intensidad que causan el dolor) sensibles a la deformación o desplazamiento de la piel. Dicho de otro modo, a la presión causada por el impacto del azote.

El estudio detallado es muy complejo, pero puede simplificarse con algunas aproximaciones. Primeramente distinguiremos entre los golpes dados con azotes poco flexibles, como la paleta, la fusta o la caña, y los golpes dados con azotes flexibles como palmetas, látigos de tiras, gato, etc. Nos centraremos en las nalgas por ser una zona anatómicamente muy adecuada para azotar, aunque como sabemos el dolor producido dependerá de la zona del cuerpo que se azote.

Azotes poco flexibles

En este caso se azota de tal manera que la paleta, la fusta o la caña impacten sobre las nalgas repartiendo el golpe uniformemente (Figura 1). Es decir que la paleta, fusta o caña impactan paralelas a la superficie de las nalgas, con una cierta velocidad v, cubriendo la mayor extensión longitudinal de las mismas.

Figura 1.- Azote poco flexible.
Figura 1.- Azotando las nalgas con un azote relativamente poco flexible como una fusta. Se azota perpendicular a las nalgas, repartiendo el impacto uniformemente sobre las mismas y dejando el extremo del azote fuera por unos pocos centímetros.

¿Cómo ve la física la presión que estos azotes causan sobre la piel?

La presión P es igual a la fuerza F que actúa dividido por la superficie S sobre la que actúa:

y la fuerza F es igual a la masa m multiplicada por la aceleración a de dicha masa,

donde la aceleración es igual a la variación de la velocidad v del azote desde que impacta en el cuerpo hasta que el cuerpo lo detiene, dividido por el tiempo t en que ha tardado el cuerpo en detenerlo,

Por tanto, combinando las anteriores ecuaciones se obtiene:

La intuición nos permite interpretar esta fórmula con facilidad. La masa m es la masa del azote, que en azotes poco flexibles incluye la masa de la mano y antebrazo del dominante. La velocidad v es la del azote en el momento de golpear la piel. La superficie S es la de contacto del azote con la piel en el momento del impacto, y el tiempo t es el tiempo transcurrido entre que el azote empieza a tocar la piel y que se detiene. Todos estos términos expresan lo que ya sabemos en BDSM: que el dolor producido aumenta con la masa (peso) del azote, con la velocidad del azote y al disminuir la superficie de impacto. Por ejemplo:

  • Los agujeros de una paleta permiten aumentar la velocidad y disminuir la superficie, lo que incrementa la sensación dolorosa con respecto una paleta de igual masa y forma pero sin agujeros.
  • Una fusta o una caña tienen menor superficie de impacto que una paleta, por lo que son más dolorosas a igual masa y velocidad.
  • La paleta, la fusta y la caña son relativamente rígidas (sobretodo la primera), por lo que a su masa hay que sumar la masa de la mano y antebrazo (y quizás parte de la masa del cuerpo si al azotar se carga parte del peso haciendo un giro del cuerpo).

Dos aspectos importantes y que la fórmula anterior no tiene en cuenta debido a su complejidad, son la elasticidad del material y la forma del azote. La mano tiene una cierta elasticidad, mientras que la goma es menos elástica y la madera menos aún. Como más elástico sea el material con el que se golpea menor será el dolor, a igualdad de masa, velocidad y superficie de impacto. Esto es debido a que el material elástico absorbe parte del golpe y se deforma, disminuyendo la presión ejercida. Por eso duele la mano si se azota con ella. En cuanto a la forma, las fustas y cañas son cilíndricas, por lo que el impacto inicial sobre la piel tiene lugar en una zona más estrecha y por tanto ejercen más presión que si fueran planas y del mismo calibre.

Azotes flexibles

En el caso de azotes flexibles el impacto no es uniforme. No lo produce la mayor parte de la superficie del azote sino solamente el extremo, en una longitud mayor o menor. Es el caso del látigo de tiras, o la lengüeta o correa. Lógicamente, la falta de rigidez de estos instrumentos hace que sea difícil azotar eficientemente de forma uniforme con ellos.

En este caso (simplificando el problema), lo que cuenta es la velocidad de giro (o angular) del extremo del azote w y la masa m de la sección del azote que impacta sobre la piel.

Figura 2.- Azote flexible.
Figura 2.- Azotando las nalgas con un azote flexible como un látigo de tiras. Se azota con las puntas. Ahora no interviene el peso de la mano y antebrazo sino la longitud del azote.

La masa de la mano y antebrazo no cuentan al ser el azote flexible y no transmitir esta inercia. Sin embargo, la longitud del antebrazo aumenta la longitud l del azote, y como la velocidad de giro w está relacionada con la velocidad v de la forma,

La fórmula 1 se puede escribir,

Ahora, además de la masa, la superficie de impacto y la velocidad de la mano, interviene la longitud. La velocidad de giro vendrá limitada por la velocidad de la mano que empuña el azote, pero ahora un azote más largo aumentará la presión de forma proporcional a la longitud, a igualdad de masa, superficie y velocidad de la mano. Por eso un látigo de tiras largas es más doloroso que uno de tiras cortas aunque las tiras sean en el mismo número y tengan la misma forma. Hay que señalar que azotar con el brazo estirado solamente aumenta en unos 20 cm la longitud l, puesto que esa es más o menos la longitud del húmero. Esta pequeña ganancia no compensa la disminución en la precisión del golpe y la posibilidad de producir lesiones en el codo del dominante, por lo que hacer eso no es recomendable.

Algunos ejemplos

La fórmula anterior permite estimar lo doloroso que puede ser un sistema de azotar con respecto a otro. Para simplificar supongamos que la velocidad de la mano v y el tiempo de detención del azote t es la misma en todos los casos. Con estas suposiciones compararemos la presión que se ejerce al azotar con la mano con respecto una palmeta de cuero y al azotar con una caña con respecto la mano. La mano será por tanto la "unidad patrón" de azote puesto que es una forma de azotar muy utilizada y sencilla, que permite regular fácilmente el dolor producido, y cuya velocidad determina la velocidad de los distintos instrumentos utilizados para azotar.

La mano más el antebrazo pesa unos 3 kg = m
La mano mide aproximadamente 15 cm x 8 cm = 120 cm2 = S

Por tanto, según (1) la presión que ejerce la mano al azotar (en unidades arbitrarias) es:

Pmano = 3 v / 120  t

Supongamos que la parte de la palmeta que impacta pesa unos 0.1 kg = m
Una palmeta de 3 cm de ancho de la que impactan los últimos 5 cm = 15 cm2 = S
Consideremos que desde el codo hasta el extremo de la palmeta la longitud es de 70 cm = l

Ahora bien, si desde el codo hasta el centro de la mano tenemos 35 cm, entonces, la velocidad angular de la mano será,

w = v / 35

donde v es la velocidad a la que se mueve la mano. Esta será, por tanto, la velocidad de giro del extremo de la palmeta. Entonces, aplicando (3) se obtiene,

Ppalmeta = 0.1 v 70 / 35 t 15

Por tanto, aproximadamente,

Pmano / Ppalmeta = 3 x 35 x 15 / 120 x 0.1 x 70 = 2

En el caso de una caña de 1 cm de diámetro se obtendría:

El peso de la caña más la mano y antebrazo es de unos 3.1 kg
La superficie de impacto sería de unos 30 cm x 0.75 cm = 22.5 cm2

¿Porqué en el caso de la caña he puesto 0.75 cm en vez de 1 cm cuando he dicho que el diámetro es de 1 cm? Debido a la geometría: como ya he comentado la caña es cilíndrica y el impacto inicial tiene lugar sobre una superficie menor que el diámetro, lo que incrementa la presión.

Luego, aproximadamente,

Pcaña / Pmano = 3.1 x 120 / 3 x 22.5 = 5

Lógicamente la mano y antebrazo no son tan rígidas como la caña, por lo que realmente la presión que ejerce la caña con respecto la mano es todavía mayor.

De forma aproximada puede concluirse que la mano ejerce unas 2 veces más presión que una palmeta debido al peso de la mano y antebrazo, pero al menos 5 veces menos que una caña debido a que la superficie de la caña es menor.

Como se discute en el apartado de fisiología del dolor, la respuesta dolorosa al estímulo, que en este caso es la presión, es aproximadamente igual al cuadrado del estímulo. Por tanto golpear con la mano es unas 4 veces más doloroso que con una palmeta, mientras que la caña es unas 25 veces más dolorosa que la mano, golpeando en todos los casos con la misma velocidad y la misma zona del cuerpo (las nalgas en este caso).

Si se azotase con la punta de la caña o de la fusta, en vez de mantener la caña o la fusta paralelas a las nalgas, no valdría entonces la fórmula (1), para azotes rígidos, sinó la (3) para azotes flexibles. Entonces el castigo sería todavía mayor por dos motivos: aumentaría la longitud l y disminuiría la superficie de azote S. Además, la terminación de la caña o fusta, debido a su forma, causaría un dolor todavía mayor y produciría marcas intensas e incluso lesiones. Por este motivo hacer esto se considera una mala práctica y no se azota con la punta de azotes rígidos, sino que se deja que el extremo del azote rígido sobresalga unos pocos centímetros de la parte de las nalgas más alejadas del dominante, como se muestra en la Figura 1.

Otros ejemplos:

Una paleta de azotar de la misma superficie será más dolorosa que la mano debido a la mayor rigidez del material.

Un gato también será más doloroso que la mano debido a la menor superficie que abarcan las puntas de las colas, a la mayor longitud y también al hecho de golpear con las puntas de las colas.

Azotar envolviendo

Otra mala práctica, salvo que se haga adrede con finalidades muy concretas y mucha habilidad, consiste en azotar envolviendo (Figura 3). Mientras que la anterior mala práctica se refería a los azotes rígidos, esta se refiere a los azotes flexibles.

Figura 3.- Azotar envolviendo.
Figura 3.- Azotando las nalgas envolviendo con un azote flexible como un látigo de tiras. El extremo falla la puntería y golpea el abdomen o los genitales, lo que debe evitarse.

El principal motivo por el que se considera mala práctica es que los extremos del azote pueden golpear zonas indeseadas, como el hueso sacro, los genitales o el abdomen, produciendo lesiones que pueden ser graves. Si el objeto del azote es la espalda en vez de las nalgas, puede llegar a azotarse la cara, con los desgraciados y serios resultados que ello implica.

Algunos adeptos señalan que al envolver aumenta la velocidad del extremo del azote, lo que incrementa el dolor y la posibilidad de producir lesiones. Esto no es correcto, como demostraré seguidamente. La razón de evitar envolver es la que he mencionado anteriormente: se pierde el control de la zona que se azota y se azotan zonas más delicadas con resultados que pueden llegar a ser muy graves.

Es cierto que al envolver aumenta la velocidad de giro del extremo del azote, de la misma manera que una patinadora que gira sobre sí misma con los brazos extendidos aumenta su velocidad de giro al cerrar los brazos. Técnicamente este efecto es debido a la conservación de la energía cinética de rotación y a la variación del momento de inercia de la patinadora. Sin embargo, a medida que aumenta la velocidad de giro w disminuye en la misma proporción el radio de giro l de las manos de la patinadora. Intuitivamente, si la patinadora al girar nos diera un cachete, nos causaría el mismo dolor si tuviera los brazos extendidos que si los tuviera pegados al cuerpo, aunque en este último caso gire más rápido.

Sucede lo mismo con un azote: al envolver, el extremo del azote aumenta su velocidad de giro w, pero disminuye de la misma forma su radio de giro l, por lo que la velocidad v con la que el extremo del azote impacta sobre la piel es la misma.

Para demostrar esto, consideraremos el caso más simple: un gato lastrado que solamente tuviera una cola y cuyo lastre pesara mucho más que el resto del gato. Entonces el momento de inercia I de este gato de una cola sería,

donde m es la masa del lastre y l es la longitud del gato desde el final de la empuñadura. La energía cinética de rotación E del gato es,

donde w es como siempre la velocidad de giro del extremo del gato. Por tanto, de ambas ecuaciones tenemos,

Si la energía cinética de rotación E se mantiene constante, la anterior expresión indica que al disminuir l, w debe aumentar en la misma proporción (caso de la patinadora). Sin embargo en la fórmula 3 vuelve a aparecer l multiplicando, por lo que la disminución de l compensa el incremento de la velocidad de giro w, manteniento constante la presión ejercida por el extremo que envuelve. Dicho de otro modo: en este caso la fórmula 2 garantiza que la velocidad v permanece constante puesto que w aumenta y l disminuye en la misma proporción.

Sin embargo, azotar en las nalgas envolviendo, estando sumiso y dominante casi frente a frente, permite ver la cara del sumiso al recibir el impacto del azote, lo cual tiene su morbo. Requiere, eso si, de cierta técnica. Ese sería un caso en que azotar envolviendo es correcto.

Conclusiones

Utilizando física básica hemos visto la razón de que el dolor producido al azotar dependa del peso del azote, de la velocidad (fuerza) con que se azota, de la superficie del azote que impacta en la piel y de la longitud.

Además el dolor producido también dependerá del material utilizado (un material menos elástico absorbe menos el impacto y es más doloroso), de la forma del azote y de la parte del cuerpo que se azote.

También hemos visto como se puede cuantificar groseramente el dolor producido por los distintos tipos de azote utilizando la nalgada con la mano como "patrón" de comparación (ver fisiología del dolor).

Finalmente, no es cierto que el dolor producido al azotar envolviendo sea mayor, siempre que la velocidad de la mano sea la misma.

Espero que os haya gustado, pervertidos.