CRUDO RESCATE

 

Una vez un monje viajaba por la India de regreso a la oficina central de Ananda Marga, pero el dinero se le terminó, decidió ir caminando a lo largo de la carretera hasta que le parase algún coche que fuese en esa dirección; siguió caminando varios kilómetros fuera de la ciudad pero no pasaba ningún coche, siguió caminando y llegó a una zona que era muy árida, como un desierto, no habían casas o alguna señal de vida humana a lo largo de la carretera en varios kilómetros. En India las distancias son muy largas y el ardiente sol del verano le daba de plano y su garganta estaba reseca de sed. Estuvo buscando agua por todos los alrededores pero sus intentos fueron infructuosos, todo era árido cómo la arena, cada vez estaba más cansado, sus pies empezaban a arrastrarse cuando caminaba, y ni siquiera venía un coche para recogerlo; cansado de tanto caminar bajo el sol abrasador y sin agua para beber, se desvaneció en el suelo exhausto y pensando por un momento si moriría de sed y agotamiento pero pensaba también que Bábá cuidaría de él y le salvaría de algún modo.

Cuando estaba pensando en Bábá, allí tumbado en el suelo, vio de pronto por encima de su cabeza y suspendido en el aire, un vaso de agua clara y fresca, que descendía hasta sus manos y tomándolo lo bebió ansiosamente ¡era tan deliciosa! de la misma forma vio descender un segundo vaso, éste lleno de leche fresca, y lo bebió también. Después de esto se puso a llorar emocionado, sintiendo alivio y alegría, y sintiéndose lleno de fuerza se levantó y empezó a caminar de nuevo a lo largo de la carretera, de pronto vio que venía un coche y que paró, además el coche iba muy cerca de dónde iba el monje; cuando llego el monje a la oficina central de Ananda Marga, Bábá estaba dando su clase del día con un discurso o mensaje, pero cuando el monje entró en el recinto, Bábá paró el discurso para saludarlo con el gesto de Namaskar * l monje fue llorando para postrarse a sus pies lleno de amor y gratitud. Bábá le miró fijamente sonriéndole y le dijo: "Hijo mío, tienes que perdonarme, excúsame por favor, porque fue muy crudo por mi parte, y siguió preguntando al monje ¿No lo fue? pero él seguía llorando emocionado. Bábá había dicho desde hace muchos años y en varias ocasiones: "No haré ningún milagro porque los milagros distraen la atención del practicante espiritual de su meta, de su objetivo que es Dios y sólo él. Es por eso, por lo que no me gusta hacer ningún milagro y no lo haré".

Esto era un caso de excepción y así que ése día para ayudar a alguien que estaba en gran dificultad en el desierto, sólo, exhausto, y muriendo de sed, hizo varios milagros para rescatarle con vida y es por eso que Bábá pidió perdón al monje y con un poco de ironía y broma le dijo: ¿No crees que fue un poco crudo por mi parte el rescate?


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