ðHwww.oocities.org/es/nereocs/leon.htmlwww.oocities.org/es/nereocs/leon.htmldelayedx¬pÕJÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÈ@/€âOKtext/html߸y,âÿÿÿÿb‰.HSat, 20 Oct 2001 11:17:13 GMTŽMozilla/4.5 (compatible; HTTrack 3.0x; Windows 98)en, *¬pÕJâLeon Felipe

Leon Felipe

DAME TU OSCURA HOSTIA

No te apiades de mí, luz cenicienta. Dame tu oscura hostia, tu último pan... Un sueño sin retorno y sin recuerdo. Déjame hundirme en ese pozo negro, más abajo del limo y de la larva... Donde la vida es un fantasma verde que nadie vio jamás. León Felipe

QUIERO... SUEÑO

No me contéis más cuentos, que vengo de muy lejos y sé todos los cuentos. No me contéis más cuentos. Contad y recontadme este sueño. Romped, rompedme los espejos. Deshacedme los estanques, los lazos, los anillos, los cercos, las redes, las trampas y todos los caminos paralelos. Que no quiero, que no quiero, que no quiero, que no quiero que me arrullen con cuentos, Que no quiero, Que no quiero, Que no quiero, Que no quiero que me sellen la boca y los ojos con cuentos, que no quiero, que no quiero, que no quiero, que no quiero que me entierren con cuentos, que no quiero, que no quiero, que no quiero, que no quiero verme clavado en el tiempo, que no quiero verme en el agua, que no quiero verme en la tierra tampoco, que no quiero, a su ovillo, como un hilo de barba sujeto. Quiero verme en el viento, quiero verme en el viento, quiero verme en el viento, quiero verme en el viento... quiero... ¡quiero!... sueño... ¡sueño! Soy gusano que sueña... y sueño verme un día volando en el viento. León Felipe

EL CRISTO... ES EL HOMBRE

¿Y si el Hombre, no Dios, se llamase jesucristo?... ¿Si la sangre del Hombre... fuese la sangre divina del Sol... la esencia luminosa de los astros? ¿Si con su sangre el Hombre pudiese salvar y redimir a los Dioses? Estoy preguntando... ¿No puedo yo preguntar? ¿No han arrojado sobre mi todas las sombras? ... Y ¿no puedo yo levantar todas las preguntas? Y... ¿si hubiese dos clases de hombres? Y... ¿si hubiese dos Españas, por ejemplo? ¿La España del poeta doméstico y retórico... y la España del poeta prometeico, heroico y revolucionario?... ¿La España de las formas que se desgastan y la de las esencias eternas? ¿La de las formas que se mueren y la de las esencias que comienzan a organizarse de nuevo? ... Y afirmo, ya no pregunto: En la España de las formas desgastadas están los símbolos obliterados... los ritos sin sentido... los uniformes inflados las medallas sin leyenda los hombres huecos los cuerpos de serrín el poeta doméstico y retórico, la exégesis farisaica, el verso vano y la oración muerta que van contando las avellanas horadadas de los rosarios. Dios, la fuerza original y creadora, se ha ido de este mundo y todo se ha quedado sin sustancia. En la España de las esencias que quieren organizarse de nuevo están las ráfagas primeras que mueven las entrañas de la tierra, los huracanes incontrolables que sacuden la sustancia dormida, la sustancia prístina de que está hecho el árbol y el cuerpo del hombre. Y están también los terremotos que rompen la tierra, desgarran la carne y desbordan los ríos y las arterias de nuestra anatomía para dar salida al espíritu encadenado y mostrarle su camino hacia la renovación y hacia la Luz. Ésta es la España de los héroes. La España prometeica, la España en que todo se deforma y se revuelve: las exégesis se cambian del revés, los presagios de los grandes poetas se hacen realidad. Prometeo se liberta, aparecen nuevos cristos ... y las viejas parábolas evangélicas se escapan de la in- genua retórica de los versículos para venir a mover y a organizar nuestra vida. Ahí están, ahí están en el aire todavía, temblando de emoción, cruzando los cielos desde hace veinte siglos, en la curva evangélica de una parábola poética, estas palabras revolucionarias, estas palabras prometeicas: "Es más fácil que pase un camello por el ojo de una aguja, que entre un rico en el reino de los cielos." Esta parábola originó nuestra lucha, nuestra guerra, nuestra revolución hace diez años... Porque frente al poeta doméstico que venía diciendo que estas palabras evangélicas no eran más que retórica ... una manera retórica de hablar, se le- vantó el Poeta Prometeico el hombre heroico y revolucionario que dijo: No hay retórica. El verbo lírico de Cristo y de todos los grandes poetas del mundo no es retórica. Es un índice luminoso que nos invita a la accón y al heroísmo. Y esta parábola del camello y de la aguja, del pobre y del rico tiene un sentido que desentrañado y realizado, puede llenar, si no de alegría ... de dignidad la vida del hombre. Y esa es la exégesis heroica, la exégesis prometeica, la exégesis revolucionaria. Es- cuchad: Hay que salvar al rico, hay que salvarle de la dictadura de su riqueza, porque debajo de su riqueza hay un hombre que tiene que entrar en el reino de los cielos, en el reino de los héroes. Pero también hay que salvar al pobre porque debajo de la tiranía de su pobreza hay otro hom- bre que ha nacido para héroe también. Hay que salvar al rico y al pobre ... Hay que matar al rico y al pobre, para que nazca el Hombre. El Hombre, el Hombre es lo que importa. Ni el rico ni el pobre importan nada ... Ni el proletario ni el diplomático ni el industrial ni el arzobispo ni el comerciante ni el soldado ni el artista ni el poeta en su sentido ordinario y doméstico impor- tan nada. Nuestro oficio no es nuestro Destino. "No hay otro oficio ni empleo que aquel que enseña al hombre a ser un Hombre". El Hombre es lo que importa. El Hombre ahí, desnudo bajo la noche y frente al misterio, con su tragedia a cuestas, con su verdadera tragedia, con su £nica tragedia... la que surge, la que se alza cuando preguntamos, cuan- do gritamos en el viento. ¿Quién soy yo? Y el viento no responde... Y no responde nadie. ¿Quién es el Hombre?... Tal vez sea Cristo... Porque el Cristo no ha muerto... Y el Cristo no es el Rey, como quieren los cristeros y los católicos políticos y tramposos... El Cristo es el Hombre... La sangre del Hombre... de cualquier Hombre. Esto lo afirmo. No lo pregunto. ¿No puedo yo afirmar?... Leon Felipe

Yo no sé muchas cosas

Yo no sé muchas cosas, es verdad Digo tan sólo lo que he visto. Y he visto: Que los gritos de angustia del hombre los ahogan con cuentos. Que el llanto del hombre lo taponan con cuentos... Que los HUESOS del hombre los entierran con cuentos... Y que el miedo del hombre ha inventado todos los cuentos. Yo sé muy pocas cosas, es verdad. Pero me he dormido con todos los cuentos.... Y sé todos los cuentos. Leon Felipe
[poesia]