Dos llamadas de atención.
Antes de concluir esta reflexión, quisiera
referirme a dos importantes asuntos de reciente aparición en la prensa
internacional que constituyen, en mi opinión, dos dramáticas llamadas de
atención relacionados con el tema del "Desarrollo" pero a partir de visiones
reales y con enfoques "sostenibles o sustentables".
La primera fue publicada en Kaos en la Red
firmada por el profesor de Filosofía de la Universidad Complutense, Carlos
Fernández Liria, bajo el sugestivo título de "¿Quién
cabe en el mundo?".
Señala en su artículo el profesor Fernández Liria: "Si nuestros
sistemas políticos fueran lo que dicen ser, en todos los parlamentos se estaría
discutiendo ahora una gráfica elaborada por Mathis Wackernagel, investigador del
Global Footprint Network (California). Pero no parece que el asunto haya llamado
demasiado la atención. Y sin embargo, la gráfica resulta demoledora para las más
firmes certezas de nuestra clase política y, por supuesto, para los criterios
más evidentes de los votantes. Sobre todo, en un mundo político en el que
izquierda y derecha se llenan la boca con los objetivos del “desarrollo
sostenible”. En su artículo, el profesor muestra una imagen de la gráfica en
cuestión e indica que sus resultados "son estremecedores y sorprendentes. Si,
por ejemplo, se llegara a generalizar el estilo de vida de Burundi, nos sobraría
aún más de la mitad del planeta. Pero Burundi está muy por debajo del nivel
satisfactorio de desarrollo (0’3 de IDH). En cambio, Reino Unido, por ejemplo,
tiene un excelente IDH. El problema es que, para conseguirlo, necesita consumir
tantos recursos que, si su estilo de vida se generalizase, nos harían falta tres
planetas Tierra. EEUU tiene también buena nota en desarrollo humano; pero su
“huella ecológica” es tal que harían falta más de cinco planetas para
generalizar su estilo de vida".
Pero aún hay algo más sorprendente en lo expuesto por Fernández Liria:
"Hay un solo país en el mundo que –por ahora al menos– tiene un desarrollo
aceptable y sostenible a la vez: Cuba"
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La segunda llamada de atención, la hizo el
sacerdote católico, pensador e investigador francés Francois Houtart
recientemente en La Habana. Houtart declaró que "El desequilibrio
fundamental que conocemos ahora tiene dos orígenes, pero con una lógica: la
destrucción de la Tierra y de una gran parte de la Humanidad.... Las dos
responden a una lógica fundamental: la lógica del capitalismo, que es
transformar todo en mercancías, ganancias y acumulación del capital.... La
naturaleza se ha explotado para hacer fuentes de ganancia y acumulación....
Estamos avocados a una contradicción. Ahora el mundo capitalista tiene temor
porque estamos llegando a una situación donde la explotación de la naturaleza es
un obstáculo para la acumulación del capital.... Y es por eso que el capitalismo
empieza a reaccionar, pero de manera totalmente equivocada.... Esa reacción no
es para resolver el problema del clima de la Tierra sino para ver cómo continúa
la acumulación a pesar de eso y cómo aprovecharse de las contradicciones del
capitalismo para acumular más. De ahí toda la propaganda nueva que se ha
diseñado para mantener y garantizar la continuación del sistema... El segundo
aspecto es la ausencia de capacidad de contribuir a la acumulación del capital
de una gran parte de la humanidad.... Prácticamente el capitalismo se construye
sobre el 20 por ciento de la población, no más, y el resto, especialmente el 25
o 30 por ciento más pobres, son totalmente inútiles para el capital... En las
mentes de algunas personas, ese segmento pobre debe desaparecer porque son
inútiles, no contribuyen a la creación de valor agregado, es decir, a la
posibilidad de obtener ganancia y son tan pobres que no tienen poder de compra..
Así, dentro de esta lógica se debe disminuir la población, no la rica, no el 20
por ciento que consumen de manera desmedida y destruyen el planeta, sino los más
pobres, porque no contribuyen a la acumulación del capital... Desde esa lógica
general no podemos resolver ni el problema de la tierra ni el problema de la
humanidad..."
Con posterioridad, Houtart volvió sobre el tema
en una entrevista que le
hicieran Eduardo Tamayo G. y Helga Serrano Narváez y que fuera publicada por
la Agencia Latinoamericana de Información (ALAI). Así, a una pregunta de los
entrevistadores ("¿Esto implicaría que el socialismo del siglo XXI tiene
que ser fundamentalmente anticapitalista?"), Houtart responde:
"Exacto, porque uno de los defectos del socialismo del siglo XX, es, como lo ha
dicho el antropólogo francés Maurice Godelier, que ha tenido que empezar a
caminar con las piernas del capitalismo. No ha podido o no ha sabido cambiar.
Por ejemplo, toda esta perspectiva cientista de la explotación de la naturaleza
ha provocado tantos daños a la naturaleza como el capitalismo, porque justamente
no se ha distanciado de este tipo de lógica. Salir de la lógica del capitalismo
significa básicamente privilegiar las necesidades humanas y no la ganancia, es
decir, no transformar toda la realidad en mercancía porque si no son mercancías
no contribuyen a la acumulación del capital como se ha hecho con la
privatización de los servicios públicos, con la destrucción de la agricultura
campesina, etc. Así, es una tarea fundamental luchar no solamente contra los
abusos o excesos del capitalismo o contra, como dice la doctrina social de la
Iglesia, el capitalismo salvaje, como si existiera un capitalismo civilizado.
Siempre digo que el capitalismo es salvaje cuando puede, y “civilizado” cuando
debe, es decir, cuando hubo bastantes fuerzas sociales para obligarlo a
transformar un poco sus prácticas, pero no su lógica. Y es por eso que debemos,
en una perspectiva de un socialismo del siglo XXI o de un poscapitalismo, mejor
dicho que posneoliberalismo -porque el neoliberalismo es solamente la fase
actual del capitalismo-, tener como principio orientador pensar justamente en
superar esta lógica. Y eso me parece la obligación moral fundamental, porque el
capitalismo está llevando a la humanidad a la muerte".
Una esperanza y un recordatorio.
Con los elementos que he aportado en esta
reflexión, tengo la impresión que los lectores habrán podido comprobar el motivo
de mi aseveración ("Va a ser que Cuba tenía razón"), en lo
relacionado con el concepto y las acciones del "desarrollo", enfocado desde la
óptica capitalista y las diferencias necesarias a la hora de su abordaje, en
ambos sentidos, desde otra óptica más progresista. Mantengo la esperanza
-y tengo la convicción de que así será-- de que el denominado Socialismo del
Siglo XXI logrará sobrepasar tanto el enfoque capitalista del desarrollo como
los defectos y las limitaciones del "Socialismo real" del S XX y para ello, me
parece muy importante que se tengan en consideración los "5 ejes" o
"direcciones" que ha enunciado Houtart en tal sentido (1˚ la utilización
sustentable de la naturaleza; 2˚ privilegiar el valor de uso sobre el valor de
cambio; 3˚ una democracia generalizada a todas las relaciones humanas, no
solamente políticas, sino económicas, de género, democracia en las
instituciones; 4˚ la multiculturalidad y 5˚ el Estado como instrumento para
promover estas direcciones).
Es necesario, sin embargo, que haga también un
recordatorio: si queremos mayor efectividad en las acciones que se lleven a cabo
para la consecución de tales metas; si queremos que las masas se incorporen de
forma activa y entusiasta a la lucha por su obtención, no olvidemos que las
mediciones macroeconómicas -como el PIB- bastante frecuentemente, utilícese el
método que se utilice, no necesariamente reflejarán la realidad de la economía
individual ni familiar y en este sentido llamo la atención sobre las
palabras de Raúl Castro en su discurso ante la Asamblea Nacional del Poder
Popular: "Es innegable el avance en la economía expresado en el
crecimiento del Producto Interno Bruto en los últimos años, pero nos interesa,
especialmente, que el comportamiento positivo de los indicadores macroeconómicos
se refleje lo más posible en la economía doméstica, donde están presentes
carencias cotidianas".
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