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CRONOLOGÍA DE MARTÍ
Martí
y su entorno familiar, político y social 1895
Cuba:
Las inversiones norteamericanas llegan a los 50 millones de dólares.
24/02 Grito de Baire. Inicio de la nueva guerra, con numerosos alzamientos. En ese momento la Gran Logia
de la Isla de Cuba cuenta con 35 logias y unos 1.300 masones. El General Callejas, Gobernador de Cuba,
suspende los trabajos masónicos. Recesan todas las logias, excepto "Padilla".
5/04 Fallece Guillermo (Guillermón) Moncada, mayor General del Ejercito Libertador, uno de los hombres más
destacados de las luchas independentistas cubanas.
Canarias:
Nueva logia en el Puerto de La Luz de la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria:
“Luz Marítima”.
8/08 Se funda, en Santa Cruz de Tenerife, la logia “Añaza”.
Fecha
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Hechos
/ acontecimientos
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Enero
2 Va a Boston, donde se
encuentra anclado el “Baracoa”.
10 Es delatado el objetivo "de los dos únicos barcos que en New
York conocían"
11 Decide enviar el Lagonda a Costa Rica, en sustitución del Amadís.
Se difunden rumores acerca de que el Lagonda transportaba contrabando, o
que estaba vinculado a una expedición armada. Sólo las acciones de
Nathaniel B. Borden -propietario del muelle donde se halla la
embarcación- impiden que se compruebe la verdad.
12 En horas de la tarde, próximo a zarpar, el yate es objeto de un
nuevo registro y se procede a su detención por orden del Secretario de
Hacienda. Quedan arrestados el capitán y algunos miembros
de la tripulación, no así los pasajeros Manuel Mantilla y Patricio
Corona, encargados por Martí, respectivamente, de viabilizar la
operación en Centroamérica y de llevar el dinero que necesitaba el
general Maceo en aquellos momentos.
13 Se reúne con varios de sus colaboradores en el Hotel Travellers, de
Jacksonville, donde reside. Analizan la situación y deciden
continuar la tarea emprendida, para lo cual es necesario comunicarse con
los revolucionarios de la Isla y proceder legalmente a fin de recuperar
las armas incautadas.
14 Se oculta en la casa del doctor Ramón L. Miranda, en la calle 64 no.
116 Oeste. Informa telegráficamente al general Gómez la
imposibilidad de realizar lo planeado y que próximamente irá a
Montecristi. Son embargadas las aproximadamente ciento treinta
cajas que se encuentran en el almacén de N. Borden, las cuales
contienen material bélico para unos seiscientos hombres.
18 Se suspende la orden de detención que retenía al Lagonda, y las
autoridades aduanales devuelven a Borden las cajas ocupadas en las
bodegas del barco. Pero continúan embargadas las que fueron
halladas en el almacén del comerciante floridano.
19 Informa al general Antonio Maceo los últimos acontecimientos y le
propone que organice su expedición, para lo cual le enviaría dos mil
pesos.
25 Se le comunica la suspensión del embargo del armamento que se halla
en el almacén de Borden; no obstante, al propio tiempo conoce que las
cajas han quedado retenidas con el pretexto de garantizar el pago de una
reclamación presentada por el dueño del Amadís, quien demanda a los
fletadores por violación de contrato.
28 Cumple cuarenta y dos años. Lo visitan sus amistades más
cercanas en la casa del doctor Ramón L. Miranda, donde se oculta de los
agentes españoles y yanquis que tratan de localizarlo.
29 Junto con el comandante Enrique Collazo y el coronel José María (Mayía)
Rodríguez valora las últimas noticias, informes y comunicaciones
recibidas de Cuba, y resuelven dar la orden para el alzamiento.
Redacta el documento que firma Rodríguez "con autoridad y poder
expresos del General en Jefe". Se hacen copias para los
generales Guillermo (Guillermón) Moncada, radicado en Santiago de Cuba;
Bartolomé Masó, quien vive en Manzanillo; Francisco Carrillo,
localizado en Remedios, así como para Salvador Cisneros, veterano con
arraigo en Camagüey, y Juan Gualberto Gómez, representante del
Delegado en La Habana.
30 Parte de Nueva York en el vapor Athos acompañado por Collazo,
Rodríguez y Manuel Mantilla. Deja listas para su envío numerosas
cartas, una de ellas dirigida al general Antonio Maceo, a quien reitera
la proposición hecha el día 19.
Febrero
3 Se hallan, de paso, en
Fortune Island, adonde habían llegado la noche anterior.
Continúan el viaje al siguiente día.
6 Llegan a Cabo Haitiano, donde recibe dos mil pesos. Al oscurecer
embarcan rumbo a Montecristi.
7 Son recibidos por Gómez, a quien informan los detalles del revés
sufrido. Deliberan sobre los siguientes pasos a emprender, y
determinan pasar a la Vega, a fin de entrevistarse con Eleuterio Hatton.
Mayía Rodríguez, cumpliendo órdenes del General, se encamina hacia
Santo Domingo, la capital.
14 Llegan a La Reforma. Se trasladan hacia Santiago de los
Caballeros, adonde llegan entrada la noche. Se alojan en la casa
del médico cubano Nicolás Ramírez.
19 Se halla con sus compañeros de viaje en Santiago de los Caballeros,
donde pernoctan en la casa de Nicolás Ramírez. Valora la
posibilidad de emprender un viaje hasta la capital con el objetivo de
distraer la atención de los agentes que los vigilan desde su arribo a
tierra dominicana.
24 Llegan a Montecristi. Tratan de conseguir una goleta para la
expedición. Se ocupan infructuosamente en gestionar la partida de
Collazo y Manuel Mantilla hacia Nueva York.
26 Reciben la noticia del levantamiento armado en Cuba. Le
comunica al general Antonio Maceo la imposibilidad de reunir los cinco
mil pesos oro que solicita, y que sólo puede enviarle los dos mil
prometidos anteriormente; por esta razón, concluye, decide que ambos
dejen a Flor Crombet la responsabilidad de la expedición que partiría
desde Costa Rica. Máximo Gómez ratifica al antiguo compañero de
luchas su coincidencia con esta medida. En reunión de los jefes
con sus más cercanos colaboradores se acuerda que regrese a Nueva York
para continuar los trabajos con las emigraciones, disposición que sólo
acata, luego de extensa discusión, en aras de mantener la disciplina y
la unidad.
Marzo
1 Parte a caballo hacia
Dajabón en compañía de Francisco (Panchito) Gómez Toro.
2 Continúa el viaje junto con un guía.
3 Llega a Cabo Haitiano, después de hacer escala en Petit Trou, en
horas de la tarde. Expone a Ulpiano Dellundé la necesidad de
conseguir armas para la expedición, y éste se compromete a enviarle
cuantas reúna.
4 De noche, en lancha, embarca hacia Montecristi, adonde llega en las
primeras horas del día siguiente.
9 El Listín Diario, periódico de la capital, publica un suelto que
reproduce párrafos de The York Herald en los que se expresa que él y
Máximo Gómez están en Cuba. Valora la repercusión que tendría
esta noticia y argumenta con fuerza irrebatible el criterio de que su
presencia en Cuba constituye una necesidad política, razonamiento que
sus futuros compañeros de expedición se vieron obligados a aceptar.
12 Solicita a Dellundé el envío de las armas y el parque reunidos en
Cabo Haitiano.
18 En compañía del General Gómez, organiza un nuevo proyecto
expedicionario: compran la goleta Mary John a J. Poloney, comisionista
de Montecristi, quien promete emplear al capitán y al contramaestre,
los que harían el viaje hasta Cuba.
25 Escribe cartas de despedida dirigidas a
la madre, a Carmen y María Mantilla, a Gonzalo de Quesada, a Federico
Enríquez y Carvajal, y a Benjamín Guerra. Los marinos que
debía contratar Poloney comunican que la tripulación se niega a
realizar la travesía. Cerrada aquélla vía y sin un nuevo plan
inmediato se entrega, de común acuerdo con el General en Jefe, Máximo
Gómez, a la redacción del documento que ha pasado a la historia con el
nombre de Manifiesto de
Montecristi
30 Compran la goleta de John Bastian, quien se compromete a llevarlos a
tierra cubana.
Abril
1 Escribe
carta a su hijo
- Escribe a Gonzalo de Quesada su "Testamento
Literario"
- Parte de Montecristi en la goleta Brothers junto con Gómez,
Francisco Borrero, Ángel Guerra, Cesar Salas y Marcos del
Rosario. Este día llega a Cuba la goleta Honor, que conduce la
expedición al mando de Crombet. Al pisar tierra, el general Maceo
asume la jefatura del pequeño contingente.
2 Arriban a Gran Inagua en horas de la noche.
3 Evita un registro minucioso que se proponían hacer las autoridades
del puerto y logra que los revólveres que portan los expedicionarios
sean considerados como efectos personales. Bastian, quien había
bajado a tierra horas antes, les comunica que dos de los tres marinos se
han negado a continuar el viaje
4
Hace gestiones, pero no consigue enrolar a nadie. Logra que
Bastian devuelva casi la totalidad del dinero cobrado. En horas de
la tarde Barbes, cónsul de Haití en Gran Inagua y simpatizante de la
causa cubana, lo presenta a Heinrich J. Th. Löwe, capitán del carguero
alemán Nordstrand, a quien el Delegado trata de convencer para que los
tome como pasajeros y los desembarque cerca de Maisí cuando el vapor
hiciera la travesía desde Cabo Haitiano a Puerto Antonio,
Jamaica. Luego de la negativa inicial, y tras conocer que el
marino simpatiza con los luchadores contra el colonialismo español,
decide revelar a Löwe la trascendencia del servicio que le solicita y,
además, le ofrece quinientos pesos como recompensa por los riesgos y
para asegurar el silencio acerca de la operación. Sin embargo, en
el folleto La expedición Gómez-Martí, el Dr. Bernardo Gómez
Toro, hijo del Generalísimo Máximo Gómez, brinda información precisa
que permite establecer que fue la condición de masones de Martí y
Gómez lo que indujo a Löwe a transportarlos hasta las costas cubanas (ver
en Martí en el
Recuerdo, Bernardo Gómez Toro "La Famosa Expedición
Gómez-Martí. Un eslabón perdido en su cadena de vicisitudes").
Son aceptados como viajeros semiclandestinos.
5 Abordan el Nordstrand provistos de pasaportes con nombres falsos,
documentos que les facilitara el cónsul de Haití.
6 Desembarca junto con sus acompañantes en Cabo haitiano después del
mediodía. Se hospeda en la casa de Dellundé;
9 Se traslada de nuevo a la embarcación.
- Lleva fecha de este día una carta
a María Mantilla
10 Parten de Cabo Haitiano a las dos de la tarde con destino a Inagua.
Durante la travesía conocen que un buque de guerra inglés los busca,
por lo que Löwe desvía su barco de la ruta habitual y se aproxima en
la madrugada a la Isla, sin ser advertido, con el fin de comprobar si
aquella nave continuaba el acoso.
11 Atracan en el puerto de Matheu Town, capital de Inagua, en horas de
la madrugada. Barbes se une a sus amigos, a quienes informa que el
navío británico que los persigue zarpó rumbo a Cabo Haitiano, donde
suponían se hallaba el Nordstrand. Como última fase de los
preparativos del pequeño grupo izan un bote, comprado anteriormente,
hasta la cubierta del vapor. A pesar de la actuación sigilosa del
grupo expedicionario, el cónsul norteamericano radicado allí conoce de
su presencia y lo comunica a las autoridades inglesas que, desde Nassau,
envían el cañonero Partridge con la misión de apresarlos; pero el
Nordstrand leva anclas a las diez de la mañana y parte hacia Puerto
Antonio, Jamaica, desviándose de la ruta con el doble objetivo de
alejarse de un posible encuentro con el navío que los busca y de
esperar la protectora oscuridad de la noche.
A las ocho se encuentra aproximadamente a una milla de la costa sur de
Oriente. En medio de un torrencial aguacero bajan el bote y lo abordan.
Reman desesperadamente; pierden el timón y, tras muchos esfuerzos,
después de las diez de la noche, llegan a La Playita, punto cercano a
Cajobabo, municipio de Baracoa. Cada uno toma un arma y dos mil
cápsulas, así como sus mochilas y demás equipos. Se internan en
el monte y caminan hasta las afueras del poblado. Duermen en
el suelo, cerca de un bohío.
12 En horas de la madrugada tocan a la puerta de la vivienda. Después
de las vacilaciones iniciales, el general Gómez es reconocido y les
dispensan una magnifica acogida. Habían llegado a la casa del
cubano Gonzalo Leyva. Con los primeros claros, un jovencito
llamado Secundino los guía hasta un sitio conocido como la cueva de
Juan Ramírez, en realidad un repecho a modo de alero natural, a la que
el viejo mambí bautiza como "el templo", donde pasan la
noche. Gómez escribe a un soldado de la guerra anterior pidiéndole
ayuda.
13 Casi al mediodía llega Secundino con el hermano del soldado a quien
Gómez escribiera. El antiguo compañero de armas les envía
comida y les ofrece un práctico, que llega a las cuatro de la tarde, y
media hora después se les incorporan dos soldados de la tropa del
comandante Félix Ruenes con la misión de ponerse a las órdenes de los
expedicionarios. Con estos combatientes, el general envía un
mensaje a su jefe, citándolo para el próximo día en Vega Batea.
Pasan otra noche en la cueva.
14
A las cinco de la mañana abandonan el refugio y caminan por el río
Tacre y por escarpadas montañas hasta el Sao de Nejesial, donde se les
unen varios miembros de las fuerzas mambisas. Avanzan hasta el rancho de
Miguel Aguirre, conocido por el apodo de Tavera, en Vega Batea, adonde
poco después llega el comandante Ruenes con sus hombres. El Delegado y
el General en Jefe hablan a la tropa. Allí pasan la noche.
15 Escribe su primera carta desde tierra insurrecta, dirigida a
Benjamín Guerra y Gonzalo de Quesada (la que concluye al día
siguiente). Al caer la tarde, el general Gómez, con Borrero, Guerra y
Ruenes se reúnen en una cañada cercana. "A poco sube,
llamándome, Ángel Guerra, con el rostro feliz. Era que
Gómez, como General en Jefe, había acordado, en consejo de Jefes, a la
vez que reconocerme en la guerra como Delegado del Partido
Revolucionario, nombrarme, en atención a mis servicios y a la opinión
unánime que lo rodea, Mayor General del Ejército Libertador"
16 Marchan loma arriba hasta El Jobo. Acampan en la casa de José
Pineda. M Gómez escribe a Gonzalo de Quesada: "Tu recuerdo me
sigue, ya ves que cumplo tu encargo y más de una vez, jadeantes,
fatigados, trepando la escarpada sierra te he recordado con Martí. Este
veterano de la tribuna lo está haciendo aquí ahora con la misma fuerza
y valentía. La prueba ha sido dura, pero no ha cedido él ni un punto a
los que de viejo sabíamos quebrar las montañas y dominar la sed y el
cansancio. Todos queremos a tu Maestro como él se merece que lo quieran
y lo cuidemos". Martí, por su parte, escribe una carta
dirigida con destinatario A... "Es muy grande mi felicidad: sin
ilusión alguna de mis sentidos ni pensamiento excesivo en mi propio, ni
alegría egoísta y pueril, puedo decir que llegué al fin a mi plena
naturaleza; que el honor que en mis paisanos veo, en la naturaleza a que
nuestro valor nos da derecho, me embriaga de dicha, con dulce
embriaguez. Sólo la luz es comparable a mi felicidad. ...¡Ah! si me
vieran por esos caminos contento y bien cargado con mi rifle al hombro,
mi machete y revólver en la cintura, a un hombro una cartera con cien
cápsulas, al otro, en un gran tubo, los mapas de Cuba, y a la espalda
mi mochila con sus dos arrobas de medicinas y ropa y hamaca y frazada y
libros".
17 Permanecen en el lugar, en espera de algunos prácticos.
18 Se despiden de Ruenes y el grueso de sus soldados, quienes parten de
operaciones a fin de distraer al enemigo por sitios alejados de la ruta
de los expedicionarios. Acompañados por seis solados de la
guerrilla baracoense cruzan varias veces el río Jobo y suben la loma de
Pavano, una de las más altas de la región. Luego de atravesar otras
alturas, bajan hasta Palmarito, donde acampan en un claro que abren con
sus machetes.
19 Emprenden la marcha a las cinco de la mañana. Penetran en la zona
llamada de los Carderos y llegan a la casa de Ángel Castro, donde
descansan. Continúan la marcha a las dos de la tarde. A una legua de
Imías cambian los prácticos y siguen por el camino del Palenque hasta
el río Guayabo, en cuyas orillas pasan la noche.
20 A las tres de la madrugada, alumbrándose con velas, comienzan la
jornada del día. Anota en su Diario: "Un montero trae de Imías la
noticia de que han salido a perseguirnos por el Jobo". Siguen hasta
Palenque, donde acampan en espera de un práctico.
21 Caminan hasta la zona de San Antonio, jurisdicción de
Guantánamo. Conocen la noticia de la muerte del general Flor
Crombet, herido el día 10 en un encuentro con uno de los grupos
enemigos que perseguían a los expedicionarios de la goleta Honor.
Acampan a la orilla del río Sabanalamar.
22 Reciben noticias inquietantes acerca del movimiento de tropas
españolas y de guerrilleros a su servicio, quienes les siguen el
rastro.
23 Se desplazan por los montes al norte de San Antonio y se detienen en
las Cabezadas de Jiguato.
24 Se encaminan hasta el lugar conocido como Cabezadas de Yuraguana,
donde pasan la noche. En las anotaciones del día expresa: "Se
siente el peligro. Desde el Palenque nos van siguiendo de cerca las
huellas".
25 Se adentra en la región de Guantánamo, en compañía del General y
el pequeño grupo, y llegan a la zona de Arroyo Hondo, donde se escucha
ruido de combate: José Maceo y sus hombres se baten con el enemigo que,
derrotado, se retira. Poco después, los dirigentes
revolucionarios son agasajados por el jefe oriental y sus victoriosos
soldados. Les entregan caballos, de los que han carecido desde el
desembarco. El general José le obsequia el corcel bayo claro,
casi blanco, que utiliza durante el resto de sus días mambises. A
las cinco de la tarde prosiguen la ruta hasta las doce de la noche,
cuando descansan en las márgenes del río Jaibo. Cura heridos.
26 Marchan hasta Yguanábana, donde acampan a las once de la
mañana. Escribe al general Antonio Maceo, quien se halla
cerca, con el fin de concertar una entrevista, que no llega a realizarse
en esta ocasión.
27 Parten hacia Vuelta Corta, campamento de tropas cubanas en la zona de
Filipinas. Una vez instalados en el lugar se dedican al trabajo
organizativo del territorio.
28 Arenga a la tropa formada, a la que también habla el general
Gómez. Prosigue las labores preparatorias de la Asamblea de
Representantes que elegiría al gobierno, para la que convoca mediante
circulares.
29-30 Por el camino de Filipinas llegan hasta Aguacate. Pasan la
noche en la casa de Luciano García.
Mayo
1 Por el camino de
Filipinas llegan hasta Aguacate. Pasan la noche en la casa de
Luciano García.
2 Temprano, emprenden la marcha, y sólo se detienen a descansar en el
cafetal Kentucky. Ya entrada la noche llegan a la finca Leonor,
donde se les une el corresponsal del periódico The New York Herald,
George Eugene Bryson. Luego de entrevistarse con este comienza
a redactar la carta manifiesto para el diario estadounidense.
3 Se desplazan hasta la finca Las Mercedes, en Jarahueca.
Termina el documento dirigido al director del periódico neoyorquino y
lo firma conjuntamente con el general Gómez. Este decide continuar la
marcha hacia Camagüey y dejarle instrucciones por escrito a Maceo, a
quien aún no han podido ver.
4 Contesta una comunicación del general Antonio Maceo, quien los cita
para Buebuey. Parte el corresponsal Bryson. El bandolero Masabó es
fusilado, luego de habérsele juzgado por un consejo de guerra.
5
Avanzan por el camino de Zamora para ir a reunirse con Maceo; éste les
sale al encuentro y, con el pretexto de estar en operaciones, no los
conduce al campamento donde se hallan sus fuerzas (unos dos mil hombres)
sino al demolido ingenio
La Mejorana, donde se reúnen. Se presume que en la entrevista se
trataron tres temas fundamentales: 1.- El momento oportuno de realizar
la invasión a Occidente; 2.- La distribución de los mandos del
ejército; y 3.- Las características del gobierno que debía formarse y
el modo de elegir los delegados a la asamblea que se efectuaría para
constituirlo. La decisión de convocar esta asamblea, compartida
plenamente por Martí y Gómez, no parece adecuada a Maceo, que
considera prematura la formación de un gobierno y es partidario de que
la dirección la ejerza una Junta de Generales con mando y una
Secretaría General subordinada a esta. Tal estructura es rechazada por
Martí, quien insiste en deponer su autoridad sólo ante la Asamblea de
Representantes. Finalmente, Maceo acata los criterios de Martí y Gómez
y decide enviar cuatro delegados por la provincia bajo su mando, pero
expresa, según recoge Martí en su Diario, que "serán gentes
que no me las pueda enredar allá el doctor Martí" (ver en Martí,
Periodista "De Cabo Haitiano a Dos Ríos", página 2).
Alrededor de las cuatro de la tarde, Maceo conduce a Gómez y a Martí
hasta los límites de su campamento, donde los deja con una pequeña
escolta.
6 Continúa la marcha al lado del recio veterano y, casualmente, se
encuentran con una avanzada de las fuerzas de Maceo, la que los invita a
entrar al campamento, donde son recibidos con gran entusiasmo por la
tropa. El general Antonio se disculpa, y sostienen una cordial
entrevista. Dos horas después continúan la ruta hasta Jagua,
donde pernoctan.
7 Parten por el camino de Barajagua, atraviesan las sabanas de Pinalito
y Río hasta la de Hato Enmedio, donde se encuentra el campamento del
general Quintín Banderas, quien los recibe con la tropa formada.
8 Se trasladan a otro alojamiento situado en una altura vecina.
Despachan correspondencia y circulares a los jefes, y personas
prominentes de Holguín, hacia donde parte el coronel Ángel Guerra,
nombrado jefe de operaciones de ese territorio, quien los acompañaba
desde Montecristi.
9 Se despiden de Banderas y parten con una pequeña escolta. Pasan cerca
de Mangos de Baraguá. Cruzan el Cauto. Los alcanza un pelotón mambí
encabezado por el general José Miró, uno de los jefes en la zona de
Holguín, que ha ido a conocerlos. Continúan juntos hasta
Altagracia. Pasan la noche en la casa de Manuel Venero.
10 Marchan hasta Travesía, donde pasan el día dictando órdenes e
instrucciones a los jefes. Esperan noticias del general Bartolomé
Masó.
11 Trasladan el campamento hacia un lugar menos fangoso. Miró y
sus acompañantes se dirigen a su zona de operaciones.
12 Parten hacia la Jatía. Por la mañana hacen un alto en la casa de
Rosalío Pacheco. Atraviesan la zona denominada Boca de los Dos Ríos,
cruzan el Contramaestre y pasan por la finca La Vuelta Grande. De La
Jatía sale una comisión para averiguar el paradero de Masó, a quien
envía una misiva. Suscribe junto con Gómez una circular dirigida a los
jefes y oficiales de la comarca de Jiguaní, en la cual ordenan prohibir
el paso de alimentos para el enemigo.
13 Retroceden hacia la zona de Dos Ríos. Después de pasar por los
potreros recorridos el día anterior, acampan en los ranchos abandonados
de Rafael Pacheco. Esperan al general Masó, quien ya ha sido
localizado.
14 Redacta instrucciones para los jefes y oficiales.
15 Escribe a Masó, lo que también hace Gómez, y le reitera la
urgencia de verlo antes de proseguir hacia Camagüey.
16 Continúa en el campamento, donde escribe, lee y conversa con los
soldados. El General ha salido a inspeccionar los alrededores.
17 Se queda al frente del campamento, pues Gómez parte a hostilizar un
convoy enemigo. Trabaja con los escribientes, quienes hacen copias de la
circular titulada Instrucciones a los jefes y oficiales.
18 Comienza la conocida como su testamento político, carta
a Manuel Mercado
19 Notifica al General en Jefe que la noche anterior había llegado
Masó, quien, para dar descanso a la caballería, había continuado la
marcha hasta la finca La Vuelta Grande, donde acampó. Se dirige
hacia este sitio y allí lo espera. Gómez se les une poco
después de las doce del día y en medio de gran entusiasmo los tres
jefes arengan a la tropa.
Mientras, el coronel José Ximénez de Sandoval, al mando de una columna
de más de seiscientos hombres, recibe informes sobre la presencia de
fuerzas cubanas en la zona de Dos Ríos, hacia donde se encamina,
confiado en la superioridad numérica y de armamento a su
disposición. Después del paso de Limones, la extrema vanguardia
detiene al campesino Carlos Chacón, quien se acobarda y traiciona a los
mambises: declara que recibió dinero para adquirir artículos y
comestibles, y además sirve de guía a Ximénez de Sandoval. La
tropa española avanza hasta Las Bijas, en el centro de los potreros de
Boca de los Dos Ríos, donde se despliega estratégicamente y ocupa los
posibles pasos de acceso y los flancos.
Una patrulla mambisa detecta al enemigo y avisa al campamento de Vuelta
Grande. Gómez ordena montar y dice a Masó que lo siga con
su gente. Se forma un grupo de vanguardia que cubre al galope los
aproximadamente dos kilómetros que los separan del río
Contramaestre. Al llegar a este, aunque está crecido, lo cruzan
y, en la ribera opuesta, chocan con una avanzada enemiga de unos
cuarenta hombres, la mayoría de los cuales cae en combate. Hacen
dos prisioneros. El resto del contingente mambí continúa
venciendo el obstáculo natural. Gómez ordena a Paquito Borrero
cargar por el flanco derecho, mientras él lo hace por el izquierdo,
pero las descargas cerradas de la fusilería española impiden el avance
del General en jefe, quien intenta reorganizar sus hombres para volver a
la carga. El combate se desarrolla por más de treinta
minutos, pero se evidencia la falta de unidad y plan, por lo que el
experimentado veterano ordena la retirada.
Antes de emprender la acción, el General había ordenado a Martí que
permaneciera a la zaga; no obstante, este continúa la marcha al lado de
Masó y dos de sus ayudantes, los hermanos Doimeadiós y Ángel de la
Guardia. Junto con este último, el Maestro realiza un movimiento
que los aproxima a una escuadra española oculta por la alta
hierba. Revólveres en mano, ambos patriotas avanzan, sin
percatarse del peligro, hacia los emboscados, que disparan cuando los
tienen cerca. El Delegado cae de su caballo, herido por tres
disparos que ponen fin a su vida.
Ángel de la Guardia escapa ileso, aunque su caballo resulta
herido. Cuando logra salir del lugar donde los
sorprendieron, ya una parte de las fuerzas cubanas se está retirando y
el joven mambí se encuentra con Gómez, a quien comunica que el Maestro
ha quedado herido en el terreno. El General se lanza hacia donde
supone que encontrará a su compañero, pero las descargas del enemigo
lo obligan a detenerse y retroceder hasta juntarse con el general Masó,
a quien ordena acelerar la retirada de la línea de ataque emprendida.
Una patrulla española encuentra el cadáver. Los papeles y el
dinero que hallan en sus ropas les indican que se trata de una persona
relevante, por lo que avisan a su jefe. Este ordena el traslado
del cuerpo hasta donde lo identifica el capitán Enrique Satué, oficial
que conocía al dirigente revolucionario desde su estancia en Santo
Domingo. Luego de atar el cadáver al lomo de un caballo, la
columna se pone en camino.
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