El poeta

Índice de parte de la obra poética martiana

10 de octubre
I Brigada - 113
A Adelaida Baralt
A bordo
A Enrique Estrázulas
A Fermín Valdés Domínguez
A Hortensia Lechuga
A Isabel Esperanza Betancourt
A Isabel Aróstegui de Quesada
A la palabra
Al buen Pedro
Al Doctor Ulpiano Dellundé
A Leonor García Vélez
Al extranjero
A Melitina Azpeitía
A mi madre 
A mis hermanos muertos el 27 de noviembre
A Néstor Ponce de León
A Nicolás Domínguez Cowan
Cada uno a su oficio
Cocola: La tormenta
Dolora griega
Dos milagros
En estas pálidas tierras
En ti encerré mis horas de alegría
Haschisch
Ismaelillo
Juguete
Los dos príncipes
Linda hermanita mía 
La perla de la mora
Los zapaticos de rosa
María
¿Qué quieres tú que te escriba?
Rimas
Tamanaco, de plumas coronado
Tienes el don
Yugo y estrella
Mis padres duermen
Versos Sencillos

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Martí, el poeta.

Ipágina dedicada a los insignes Ariguanabenses Ángel Valiente y Ana Núñez Machín
Con especial cariño a  Roberto Alemán, poeta  repentista

 A Enrique Estrázulas

 

Téngame amistad mayor
Por no escribirle, que ese
Silencio, aunque a Ud. le pese,
No es silencio, que es pudor.

Sabe Ud. que para mi
No hay agua, ni pan, ni sol,
Mientras mande el español
En la tierra en que nací.

Y no por aquel brutal
Odio, que en mi alma no cabe;
Sino porque España sabe
Vivir bien y mandar mal.

Esto que en gorja le charlo,
Lo voy en gorja diciendo;
¡Pero se me van saliendo
Las lágrimas al contarlo!

Hallé -que a poner corría,
So capa de santa guerra,
La libertad de mi tierra
Bajo nueva tiranía.

Hallé -¡oh cállelo!- que aquellos
A quienes todo me di,
So capa de patria, ¡ay de mí!
Sólo pensaban en ellos;

Y gemí, por la salud
De mi pueblo, y trastorné
Mi vida, mas les negué
El manto de mi virtud.

De mi, a nadie cuenta di:
A nadie en mi ansia llamé,-
¡Siempre la soberbia fue
Defecto muy grande de mi!.

 

El plan que urdí con cuidado
Se me vino de a tierra, y miento
En eso del llamamiento;-
¡A un amigo si he llamado!.

Púseme a tajo y destajo
a buscar trabajo, - y digo
Que, amén de Ud., no hay amigo
Más constante que el trabajo.

Por él en paz desafío
A cuanto torpe quisiera
Que al mundo prostituyera
El limpio espíritu mío;

Por él me quedo otra vez
Libre del odioso influjo
De los pueblos donde el lujo
Se compra con la honradez.

Viva yo en modestia oscura;
Muera en silencio y pobreza;
¡Que ya verán mi cabeza
Por sobre mi sepultura!

¿Que en cuál cárcel mis ideas
Pongo ahora en duro recinto?
¿Que dónde  me aprieto el cinto
Para mayores peleas?

No ría, amigo, no ría:
¡Tiene el silencio batallas
Donde suenan más ferallas
Que en la mayor ferrería!.