Si los españoles nos dan en su mayoría la confianza necesaria, si llegamos alguna vez a gobernar España, intentaremos cumplir nuestro proyecto en un porcentaje tan alto como sea posible. Hay mucho que cambiar y se necesitan varias legislaturas para realizar algunos de esos cambios. Será difícil, será un camino lleno de obstáculos, pero seguro que conseguiremos hacer una sociedad más justa y más equilibrada, para los empresarios y para todos los ciudadanos de bien.

Caso de tener una representación suficiente como par a poder hacer de partido bisagra, no nos venderemos a cualquier precio con tal de arañar poder. Exigiremos cuando menos que se nos otorgue un peso importante en aquellas carteras ministeriales que afecten más directamente a los empresarios. Los asuntos que más nos conciernen son Economía, Energía, Hacienda, Seguridad Social, Trabajo, Industria, Comercio, Turismo, Transportes e Infraestructuras. Desde ellos lucharemos por cambiar todo en parte algunas leyes que perjudican al colectivo al que defendemos.

Pero si somos Oposición, los empresarios, comerciantes y trabajadores de España pueden tener a buen seguro que no cejaremos en nuestro empeño de luchar por sus intereses y denunciar cualquier irregularidad que detectemos en la gestión del gobierno de turno. Nosotros vamos a por todas y no nos rendiremos. Y si es necesario, llevaremos al parlamento español casos concretos de injusticia social sobre empresarios y T.A. en relación a trabajadores de otros colectivos. Nos van escuchar a aunque no nos quieran oír.

Aunque sólo tengamos un escaño, desde él procederemos a investigar y exigir la depuración de responsabilidades de cualquier asunto que contravenga a nuestros intereses políticos. Pondremos sobre la mesa cuantos argumentos lleguen a nuestra mano. No nos templará el pulso para acudir a cualquier medio de difusión para denunciar todas aquellas cuestiones que no sean de recibo, y que no hayan sido retransmitidas debidamente desde el Parlamento. Lo tienen muy claro aquellos grupos en el poder que  pretendan cerrarnos la boca con amenazas o concesiones personales. Seremos nítidos, transparentes y sobre todo firmes contra las decisiones de un gobierno que no trate a los empresarios y trabajadores autónomos con la debida consideración y respeto. Defenderemos sus derechos alto y claro, y tendrán que echarnos del hemiciclo para no decir todo lo que tengamos que denunciar desde el estrado.

En cualquiera de los casos, un triunfo nuestro en las elecciones, por pequeño que este sea, será una muy buena noticia para los empresarios y muy mala para los vividores del dinero público en España.