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Daniel
Vallés En este artículo subrayaremos la importancia de
la innovación como motor de la economía europea e identificaremos
diferentes aspectos claves para favorecer que la innovación sea una
estrategia competitiva de nuestras empresas. El Observatorio de
las Ciencias y de las Técnicas, en su último informe, indica que
Norteamérica dedica más recursos a investigar que la Unión Europea y
que logra más patentes. Así, EE.UU. recoge los frutos de su afán
investigador e incrementa su preponderancia mundial tanto en
cantidad como en calidad. Dado que la investigación y la
tecnología representan entre una cuarta parte y la mitad del
crecimiento económico, la Comisión Europea ha propuesto seguir el
modelo norteamericano para no perder competitividad.
Igualmente,
desde otros organismos y programas nacionales y regionales, se está
incitando a seguir dicho recorrido. En Aragón, el programa RIS
(Estrategia Regional de Innovación), trata de aunar esfuerzos para
incrementar la capacidad innovadora de las empresas de nuestra
comunidad. Para que la empresa sea capaz de transformar esta
«moda de la innovación» en un elemento estratégico de
competitividad, es preciso que refuerce los aspectos que a
continuación se identifican. Es fundamental invertir en la
formación de las personas que trabajan en la organización, dado que
cada vez más se exige una mayor cualificación en todas las áreas
para poder hacer frente al cambio continuo de organización y
tecnológico. Comienza a ser verdad que el capital humano constituye
el recurso más importante de que disponen las
empresas. Igualmente, es imprescindible sistematizar «la
vigilancia» de las fuentes de obtención de información con el
objetivo de descubrir las oportunidades y las amenazas. Las últimas
cotizaciones alcistas en bolsa de las empresas que invierten en
Internet han dado el pistoletazo de salida a la denominada sociedad
del conocimiento. Pero, no basta con disponer de información
privilegiada y de personas cualificadas, sino que es preciso que se
tenga éxito en las ventas. Por ello es importante desarrollar un
espíritu empresarial y emprendedor en la organización, que
posibilite la ejecución de las ideas más valoradas por el mercado.
Esto supone asumir riesgos, ser proactivo, compartir las
responsabilidad y tener confianza en uno mismo. Todas las personas
de la organización tienen que tener una actitud orientada al mercado
y al cliente. La cooperación con otras empresas es necesaria para
las empresas innovadoras, tanto para obtener información como para
desarrollar nuevos productos. Este mantenerse permeable a otras
compañías facilita la creación de las denominadas «empresas
virtuales», cuyo activo más importante es la red de
cooperación. Sin embargo, ninguno de los aspectos hasta ahora
mencionados se sostiene sin un cambio en la cultura de la empresa.
Lograr una cultura de la innovación, conlleva establecer y
desarrollar valores y actitudes favorables a la generación de ideas:
capacidad de la dirección para asumir riesgos, predisposición a la
cooperación y tolerancia.
CITAS DE INTERÉS Esta semana
podemos acudir a dos actos que pueden ayudarnos a
profundizar en la necesidad de establecer la innovación
como una estrategia de la empresa:
- Seminarios informativos sobre el Modelo EFQM de
calidad y el Premio a la Excelencia Empresarial en
Aragón. Tendrán
lugar los días 8, en Huesca, 9, en Teruel, y 10 de
febrero, en Zaragoza. Para inscribirse llamar al
teléfono 976 702106.
- I
Foro para la competitividad empresarial, Innovación
2000. Tendrá lugar del 8 al 10 de febrero en el
Palacio de Congresos de Madrid. Consultar el programa
en Internet: http://www.gplanner.com/innovacion2000/programa.htm
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