MODELO SISTÉMICO DE EVALUACIÓN FINANCIERA DE PROYECTOS DE INVERSIÓN DE TECNOLOGÍA DE LA INFORMACIÓN EN VENEZUELA (MOSEFPIV)

1. IDENTIFICACIÓN DEL PROBLEMA

1.1. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA

“El ambiente de los negocios ha empezado a ser más y más turbulento que en las décadas pasadas, la tecnología de la información comienza a ser un riesgo, un impedimento para el motor del progreso.” (Shael, 1999, p. 7)

Las organizaciones modernas han transitado, desde sus inicios a finales del siglo XVII, hasta mediados del siglo XX, por un conjunto de cambios y trasformaciones en todos sus aspectos: estructurales, teóricos, entre otros. Esta evolución se fue dando en un ambiente relativamente estable, tal vez con excepción de las dos guerras mundiales y la gran depresión a principios del siglo XX. En este ambiente altamente predecible, las organizaciones lograban tener éxito al asegurar las maquinarías y la mano de obra necesaria. Esta realidad llego hasta mediados del siglo XX, cuando el ambiente que rodeaba a las organizaciones dejo de ser estable y los avances tecnológicos, los cambios en los sistemas socio-económico y políticos fueron abrumando a las organizaciones. Para Waterman, “en el ambiente empresarial contemporáneo la única constante es el cambio, y lo es más que nunca” (David, 1997, p. 20). Hoy en día, según French, muchos de los problemas de las organizaciones provienen de los rápidos cambios en las exigencias del ambiente, de las amenazas y de las oportunidades. A medida que cambia el entorno, la organización se debe adaptar; eso cada vez resulta más difícil de hacer, a medida que el ritmo del cambio es más rápido. [FRE 96].

Los cambios producidos en las Ciencias de la Computación y la Administración han sido para encontrar una manera de atacar este problema mediante acciones continuas y rápidas a través del desarrollo de nuevas interrelaciones entre la tecnología de la información y la de la comunicación, alineándolas tanto con las necesidades sociales del grupo de usuarios cooperativos, como con la administración de los requerimientos (financieros, administrativos, de negocio, etc.) de las Organizaciones formales.

Según Callaos, existe consenso entre los diversos autores de que las organizaciones no han sabido utilizar su fuerte poder y sus grandes recursos para “anticipar y gerenciar bien los cambios en su medio ambiente” (Callos, 1996, p.2), para este autor, en la medida que ha venido creciendo el ritmo de cambios en el ambiente tecnológico, socio-económico y político que rodea a las empresas, se ha venido haciendo cada vez más deseable –e incluso necesario- anticipar el cambio y gerenciarlo mejor [CAL 96]. Entonces, ¿Cómo se debe enfocar a la organización para anticipar y gerenciar mejor los cambio en su ambiente?. Para Senge, “el pensamiento sistémico es una disciplina para ver totalidades, y se necesita más que nunca porque la complejidad nos abruma” (Senge,1990, p. 9), para este autor, “el pensamiento sistémico es un marco conceptual, un cuerpo de conocimientos y herramientas que se ha desarrollado en los últimos cincuenta años, para que los patrones totales resulten más claros, y para ayudarnos a modificarlos” (Senge,1990, p. 10)

La Teoría General de Sistemas (TGS), base del pensamiento sistémico, otorga una nueva forma de pensamiento a las organizaciones que complementan las escuelas previas de la Administración. Ésta busca unir el punto de vista conductual con el estrictamente mecanicista y considerar a la organización como un todo integrado, cuyo objetivo es lograr la eficacia total del sistema, además de armonizar los objetivos en conflicto con sus componentes [GIG 81].

En este sentido, la TGS como marco teórico referencial de la investigación, enfoca la Organización como un conjunto de entidades con ciertos atributos, los cuales mantienen relaciones entre sí, localizados en un determinado ambiente de acuerdo con ciertos objetivos interactuando con su medio importando energía, transformándola y exportándola; y que aunque poseen una característica que las lleva a organizarse y, por lo tanto, a la supervivencia, operan en forma inconsciente (automáticamente) o consciente (acción planificada) siempre y cuando exista el carácter suficiente para que los mecanismos naturales o artificiales que conducen a la autoorganización puedan actuar. [JON 97]

El modelo de la organización como un sistema abierto (ver  Figura 1, anexos) permite apreciar a la organización desde un enfoque sistémico, de la integración con la tecnología (T) como variable interna que soporta a los procesos principales (P) del negocio y los procesos de apoyo (A), y de la adaptación externa con la asimilación de nuevas necesidades de los mercados, nuevas tecnologías, apreciar la búsqueda del equilibrio a través de la eficiencia y de la efectividad de los procesos del negocio, la sinergia que emerge cuando se observan propiedades que aparecen en el todo que no se encuentran en ninguna de sus  partes.

El apreciar a las organizaciones como un sistema abierto, permite -a través de los mecanismos de retroalimentación obtener la información que refleje los resultados de actuaciones pasadas y los cambios en el ambiente, para anticipar y gerenciar los cambios en base a los objetivos deseados. Este manejo de información, bien sea para las operaciones cotidianas o para la toma de decisiones, se debe realizar de una manera sistemática, constante y segura. Para ello se necesita de tecnologías que reduzcan los ciclos de tiempo de recolección, procesamiento y distribución de la información en la organización. Entonces, ¿Cuáles tecnologías debe usar la organización para manejar efectivamente los flujos de información ambiental e interna? Según Cornella, “la empresa que quiera sobrevivir a largo plazo debe utilizar las tecnologías de la información para asimilar mejor la información que requiere para el desarrollo de su negocio. Es decir, debe explotar adecuadamente sus recursos de información” (Cornella, 1994, p.76). Lo que refleja que las organizaciones, además de usar un enfoque sistémico que le permita gerenciar mejor los cambios, deben usar las Tecnologías de la Información (TI) para manejar efectivamente la información que los cambios generan.

Las Tecnologías de la Información (TI) son el producto de la combinación de los avances de la informática (hardware y software) y las telecomunicaciones [COR 94]. Las TI se han convertido en una variable determinante para la adaptación de las organizaciones a los cambios del ambiente. Las transformaciones en las organizaciones para finales de la década de los ochenta y a lo largo de la década de los noventa, se ha logrado por la aplicación de un conjunto de TI, llamadas TI posibilitantes -ya que permiten a la organización alcanzar las promesas o metas trazadas-  a los diferentes niveles [TAS 97].  La aplicación de estas TI ha traído cambios fundamentales en la naturaleza del trabajo,  los cuales están  llevando a las organizaciones por una revolución - tanto de estructuras como de paradigmas - en la manera de hacer las cosas y de relacionarse con su entorno.  Esto le permitirá a las organizaciones abiertas e interconectadas (ONO),  manejar los profundos cambios en el ambiente externo (ver  Tabla 1, anexos). Para lograr alcanzar estos cambios, la organización debe desplazarse a ritmos distintos, por algunos o todos los niveles de transformación (ver  Tabla 2, anexos) 

 En este camino, la organización debe lograr cumplir las promesas,  desde el nivel inferior, para asegurar el éxito en el nivel siguiente, apoyada por las TI posibilitantes (TI que permiten alcanzar las promesas) para lograr los cambios esperados.  Estas promesas son:

 ·         El Individuo Efectivo:  es aquel que haciendo uso de las herramientas disponibles, en especial el Computador Personal (PC, por sus siglas en inglés) logra desempeñar con mayor eficiencia las tareas.  

·         El Equipo de Alto Desempeño : Son los grupos que surgen por el avance de las telecomunicaciones en la organización alrededor de los procesos del negocio.

·         La Organización Integrada : Sobre los cambios realizados por la reingeniería de procesos de negocios, las TI proporcionaron las herramientas para enfocar los recursos y esfuerzos a los proceso principales.

·         La Empresa Ampliada: Es la que logra enlazar los sistemas computacionales con los proveedores, clientes, competidores y organizaciones afines.  La computación inter-empresarial está comenzando a eliminar las fronteras entre las organizaciones, posibilitando nuevos tipos de relaciones de negocio.

·         El Negocio Interconectado en Red : Con la llegada de la red pública llamada Internet ó autopista de la información, ésta novedosa tecnología y su aplicación a los SI, transforman a la empresa ampliada a una empresa interconectada en red. 

    Esta imagen de la organización abierta e interconectada (ONO), es una estado ideal de la adaptación de las TI a la organización.   La realidad demuestra que muchas  organizaciones no han logrado ver a las TI como un aspecto estratégico, sino más bien como herramientas tácticas que ayudan a reducir costos al automatizar las labores manuales, y básicamente, lo que esperan de ellas, como cualquier otra tecnología, es que aumente la productividad [COR 94]. 

Las expectativas de reducción de costos, o de aumento de productividad, posibilitadas por la adopción de tecnologías de la información ha llevado a las empresas occidentales a  aumentar progresiva e imparablemente sus inversiones en las mismas. Así, mientras las inversiones en tecnologías de la información que las empresas realizaron en los años 60 representaban tan sólo el 3% del total de inversiones en equipo, en 1996 la cifra aumento hasta representar el 45%. Más aún, en algunos sectores, como en telecomunicaciones o seguros, las inversiones en TI constituyen más de las ¾ partes del total de inversiones en equipo. [MAC 98]

A pesar de que los análisis económicos indican que las TI deben tener un claro impacto positivo en el aumento de la eficiencia de las empresas, la verdad es que algunas cifras ponen este hipotético impacto en duda. Quizás el ejemplo más conocido sea el de la denominada Paradoja de la Productividad [COR 94]: cómo podía explicarse que a pesar de la continua inversión en tecnología, y en especial en tecnologías de la información, durante los años 70 y 80, no se consiguió un crecimiento de la productividad similar al que se había conseguido en los años 50 y 60, cuando tales tecnologías apenas existían. El crecimiento de la productividad, en términos de Producto Interno Bruto (PIB) por hora trabajada, fue en promedio de algo más del 1% en el período 1973-1993, cuando había sido de casi el 2,5% en el período 1950-1973 (ver Figura 2, anexos). Algunos expertos han indicado que quizás haya que buscar la razón del menor crecimiento de la productividad en la progresiva importancia del sector servicios en el conjunto de la economía de los países occidentales. Los incrementos de productividad en el sector servicios en los Estados Unidos durante los 80 fueron mucho más pequeños que los conseguidos en el sector industrial (ver Tabla 3, anexos), a pesar de que absorbieron una mayor proporción del total de inversiones en tecnologías de la información.

Algunos investigadores han intentado encontrar explicaciones más profundas de la paradoja de la productividad. Así, Landauer (1995) señala que la historia de la informática muestra dos aplicaciones correlativas de los computadores. En una primera etapa, de “automatización”, se aplicaron a tareas rutinarias fácilmente automatizables (aquellas que se reducen a operaciones numéricas o lógicas). Más tarde, se han empezado a aplicar a tareas "más humanas" o al menos más cercanas a actividades humanas, como por ejemplo a ayudar a la toma de decisiones o a organizar la información, a hablar o escribir, etc. Esta etapa de "aumentación" se corresponde con tareas que no pueden ser reducidas a operaciones numéricas o lógicas. Estas dos etapas coinciden con lo que Zuboff (1951) denominó "automate" e "informate". La tesis de Landauer es que esta segunda aplicación de los ordenadores, la que va más allá de la automatización de tareas, no esta dando los resultados esperados. Por muchas razones, que el comenta con extensión, pero que quizás se podrían resumir en las siguientes: los computadores son aun difíciles de utilizar, y más aún si se aplican mal o a las tareas equivocadas.

Si la productividad se mide por la facturación por empleado (por ejemplo), entonces resulta que ciertas evidencias (que el expone con detalle) demuestran que los computadores han conseguido aumentar la productividad de las fábricas, pero no la de los servicios, lo cual tiene un efecto importante en la productividad media de las sociedades occidentales en las que los servicios son ya más importantes que la manufactura. Quizás una razón quepa buscarla en que la productividad aumenta principalmente cuando se sustituye hombres por máquinas (trabajo por capital, en términos económicos), pero en los servicios no es aun posible sustituir masivamente personas por máquinas. Sencillamente, no hay máquinas suficientemente "inteligentes".

Una frase de Landauer lo resume a la perfección: "(en los servicios) las tecnologías de la información (TI) han hecho posible hacer más trabajo, pero no necesariamente de manera más productiva. Cada dólar gastado en TI ha generado un dólar en términos de valor añadido; y no más que eso" (Laundauer, 1995, p.22), de manera que la balanza final es que la inversión en TI ha dejado la productividad igual. Se argumenta que en servicios no tiene mucho sentido hablar en términos convencionales de productividad, porque el efecto de la inversión en TI va más allá de conseguir mayor output. El efecto se nota en relación a los activos intangibles: mayor calidad, mejor atención al cliente, más rapidez de producción de los servicios, etc. Pero el problema es que la productividad, en términos clásicos (output/input) sigue siendo una variable utilizada para medir la evolución económica de una sociedad.

En una línea similar, Paul Strassmann, conocido consultor norteamericano que ha estudiado con profundidad el impacto de las tecnologías de la información en las organizaciones, señala que no hay una relación directa entre la inversión de las empresas en TI y el retorno que consiguen de esa inversión [STR 97]. No existe tal correlación, y que lo que hace rentable las TI en una empresa no es el mero hecho de tenerlas, sino "cómo" se utilizan, (ver Figura 3, anexos).

Reuters, una gran empresa de la "industria de la información", desde la perspectiva de los contenidos, llevó a cabo en el período 1994-96 un estudio sobre los hábitos informacionales de los directivos (en el primer año, de los del Reino Unido, y en el ultimo, también de otros países como los Estados Unidos). [OPE 97]

En el estudio de 1995, el tema era hasta que punto la información es un activo en las organizaciones. Una gran mayoría estaban de acuerdo en que si que lo era, pero también la mayoría no tenían ni idea de como ese "valor" se podía evaluar. Interesante resultado el de la pregunta sobre por qué el valor de los "activos" de información no aparecen en el balance: 50% creen que hacerlo seria demasiado difícil, 30% creen que la información de la dispone la empresa no "merecería" estar en el balance como activo, un 8% cree que los auditores no lo permitirían (va contra las practicas contables actuales), e incluso el 3% cree que la "capitalización" de la información (ponerla como activo en el balance) es ilegal. En fin, que se precisan directrices que ayuden a valorar la información como activo.

Las tecnologías de la información han tenido hasta ahora un claro efecto positivo en algunos sectores de la economía, en especial en el industrial y en algunos segmentos de servicios (como operadores de telecomunicaciones y servicios financieros). La faceta automatizadora de las tecnologías han tenido bastante protagonismo en este efecto. Sin embargo, la dificultad de automatizar tareas en una gran parte de los servicios implica que el efecto en el conjunto de la economía, en términos de incrementos de la productividad, no son los esperados. Para que tal efecto se produzca, quizás será preciso desarrollar la segunda faceta de las tecnologías, su capacidad de aumentación de las habilidades humanas, especialmente, de las mentales. En este sentido parece discurrir el crecimiento del empleo en el sector información, en el que se pierden trabajos rutinarios en beneficio de los más creativos.

Si es cierto que vamos a entrar en una era de la información, es preciso entender mejor las características diferenciales del “bien” información, aprender a manejarlo como recurso, identificar cómo sacar provecho de las tecnologías para hacer un uso más inteligente de la información existente en las organizaciones, aprender a gestionar los flujos de información en las mismas, etc. Porque, como demuestran los hechos, disponer de tecnologías de la información no garantiza que se haga un buen uso de la información en las organizaciones. Invertir mucho en tecnologías no se corresponde con obtener mayores retornos de la inversión; el retorno depende de cuan inteligentemente se usen los sistemas, de cuan conectada esté la estrategia de tecnologías con la estrategia del negocio.

En este sentido, es ampliamente conocida la demanda por buenos instrumentos de evaluación de proyectos de inversión de tecnología de la información dentro del contexto organizacional. En general, los criterios que se utilizan para evaluar un proyecto de este estilo en las organizaciones, son más bien cualitativos, sin presentar una estandarización que permita a los especialistas valorar aspectos y evidenciar criterios mínimos de confiabilidad [FLA 90]. Al respecto, cabe señalar que, aunque este es un problema ampliamente reconocido, existen escasas instancias de evaluación de proyectos de inversión de tecnología de la información que permitan determinar su influencia positiva sobre la Organización.  [CAM 96 et al].

Entre las muchas propuestas y modelos de evaluación financiera de proyectos de inversión de TI existentes, en forma general es importante identificar dos grupos: Evaluación Ex-ante y Ex-Post, y Evaluación Formativa [REM 00]. Con ellos es posible agrupar todas las propuestas de evaluación de proyectos e inversiones existentes.

En la evaluación Ex-ante se consideran estimaciones y pronósticos financieros, de costos y beneficios. Este tipo de evaluaciones contribuyen a decidir si el proyecto en cuestión será o no realizado. En cambio, las evaluaciones Ex-post, evalúan aquellos temas críticos de la inversión una vez realizada ésta, la idea es confirmar o refutar el valor que alcanzó el desarrollo del proyecto. En ambos casos, se utiliza, o propone, el análisis de las inversiones en TI en términos de un indicador o de un conjunto de indicadores, tales como el VAN, la TIR, el EVA, etc.

La Evaluación Formativa y sumativa "involucra monitorear el proceso y los resultados del sistema de desarrollo, y retroalimentarse con las opiniones de los usuarios para ser utilizado en su refinamiento y en nuevos sistemas. La evaluación sumativa, involucra analizar el impacto, la usabilidad y efectividad del sistema; el rendimiento completo del usuario y del sistema” (Hewett, 1986, p. 3).

En los países subdesarrollados (como es el caso de Venezuela) se requiere de esfuerzos de evaluación financiera de proyectos tecnológicos, orientados a obtener un equilibrio adecuado entre la adquisición de la tecnología del exterior, el desarrollo y utilización de la capacidad tecnológica de la propia empresa y, la selección, adaptación y generación de la tecnología que se demanda para producir; ya que, en estos países, las empresas no poseen capacidad ni tradición suficientes en el desarrollo de tecnologías, siendo la principal opción el recurrir a la transferencia de tecnología, provenientes éstas de países desarrollados. [PAR 91].

En muchas áreas de Tecnología de la Información (TI), a menudo, es más económico adquirir, que desarrollar. Los Gerentes de TI se enfrentan a una decisión, de hacer-o-comprar, que se puede complicar con varias opciones de adquisición: 

(1)   Se pueden adquirir Tecnología de la Información (o una licencia de uso).

(2)   Se pueden comprar Tecnología de la Información y modificarla luego para que se ajuste a las necesidades específicas.

(3)   Se puede encargar a una tercera parte la construcción de la Tecnología de la Información que se ajusten a las especificaciones del comprador.

Probert [PRO 99], presenta un modelo para la gerencia de la tecnología provista de cinco procesos generados a partir de dos procesos primarios: adquisición y uso. De la primera se derivan los procesos de identificación, selección y adquisición propiamente dicho y del segundo se derivan los procesos de protección y explotación de la tecnología. Este modelo proporciona una forma consistente de ver la tecnología dentro del negocio corporativo, las unidades de negocio y en los niveles operacionales, en un contexto estructurado.

Por su parte, Porter (1996) establece que la gerencia de las Tecnologías de Información (TI) es una de las actividades organizacionales más importantes de apoyo para la cadena de valores.

La tecnología de los Sistemas de Información es particularmente penetrante en la cadena de valores, puesto que cada actividad del valor crea y utiliza información... El reciente y rápido cambio tecnológico en los Sistemas de Información está generado un profundo impacto sobre la competencia y las ventajas competitivas, debido al enorme papel de la información en la cadena de valores... El cambio en la forma como se pueden realizar las funciones de la oficina es uno de los tipos más importantes de tendencias tecnológicas que ocurren hoy para muchas firmas, aunque pocas estén dedicando recursos sustanciales... Una firma que pueda descubrir una tecnología mejor para realizar una actividad de sus competidores, a un menor costo, logra así una ventaja competitiva. (p.62)

Según Dallmeier [DAL 94], para el caso particular de Venezuela, los factores que estuvieron y están presentes en las experiencias exportadoras de la industria de las TI venezolanas, y que la caracterizan, son: el aumento de cantidad y calidad de usuarios, el aumento de la oferta de mano de obra especializada en programación, el afianzamiento de los conceptos de arquitectura abierta y de programas de desarrollo de terceros, aunado a las especificidades de la industria y del mercado local. Por otro lado, indica que es importante tener en cuenta las marcadas diferencias que existen entre las características del mercado foráneo y el local y, el grado de apreciación de nuestros productos, con la finalidad de poder establecer las ventajas y desventajas competitivas que presenta la industria del desarrollo de TI en Venezuela.

Por su parte, los gerentes venezolanos que dirigen organizaciones asociadas a la TI, enfrentan algunos dilemas cuando tienen que decidir acerca de la adquisición y el manejo de las modernas herramientas de la tecnología [KAS et al. 89], debido fundamentalmente a la ausencia de una adecuada Gerencia de Tecnología (GT) y del proceso de evaluación financiera. A pesar de los errores que se han cometido en el desarrollo y la adquisición de las TI en Venezuela, las organizaciones venezolanas se encuentran en una posición relativamente ventajosa para hacer uso de las modernas TI, puesto que el país cuenta con los recursos básicos para ello -recursos humanos formados en el área, la capacidad instalada de equipos y la experiencia acumulada durante casi tres décadas de uso relativamente generalizado de la computación-. [KAS et al. 89] Sin embargo, esto no es suficiente; es necesario, además, que los dirigentes de las organizaciones venezolanas comiencen a pensar en el aprovechamiento de estas tecnologías, desde puntos de vista más amplios y ambiciosos que los que han prevalecido hasta ahora, incluyendo el análisis financiero consistente que debe respaldar el desarrollo o adquisición de estas tecnologías.

En concordancia con lo anterior, es posible afirmar que las empresas en Venezuela toman innumerables decisiones referentes a la tecnología que utilizan, pero sin tener mucha conciencia ello, especialmente en el ámbito financiero, gerencial y tecnológico; se utilizan enfoques que tienden a subestimar o ignorar aspectos importantes de la selección y uso de la tecnología que compran, y con modelos financieros inapropiados, que en muchos casos descuidan factores que causan perdidas millonarias. Esto, obviamente repercute de manera sensible sobre el rendimiento económico de las empresas y sus posibilidades de desarrollo futuro. En contraste, el éxito de empresas de otros países (por ejemplo: Alemania y Japón), radica en su visión de largo plazo, lo cual estimula el desarrollo de una estrategia tecnológica que compromete a todos los niveles de la empresa, especialmente el financiero. Tal estrategia supone, entre otras cosas, algo que aquí interesa destacar: una concepción más amplia de lo que significan las tareas financieras y de producción de la empresa. Desde este punto de vista, la creación de capacidades tecnológicas ocupa un lugar de vital importancia, ya que es la condición que permite aumentar la eficacia, diversificar los productos y, preservar o ampliar los mercados. [AVA 89].

En este sentido, las organizaciones venezolanas que invierten en TI, deben implementar estrategias que permitan, al adquirir nuevas TI, saber si ésta será plenamente aprovechada (capacidad tecnológica), basándose, principalmente, en las características de la estructura organizativa de la empresa, de las habilidades y destrezas de su personal, del proceso de producción y de la calidad y aceptación de los productos desarrollados; sin perder de vista, en ningún momento, el entorno y las tendencias económicas, financieras y tecnológicas.

Según todo lo antes expuesto, se puede apreciar un problema fundamental: las Organizaciones en general fallan en los procesos de evaluación financiera de proyectos de inversión de tecnología de la información, es así como se ha pensado estudiar modelos que permitan subsanar esta debilidad. Hasta ahora se desconoce un Modelo Sistémico para la Evaluación Financiera de Proyectos de Inversión en Tecnología de la Información en las Organizaciones que utilizan este tipo de tecnología en Venezuela.

A continuación se describe el objetivo general y los objetivos específicos del trabajo de investigación.

1.2. OBJETIVOS

1.3. ALCANCE Y JUSTIFICACIÓN

En este Trabajo de Grado se plantea un modelo sistémico de evaluación, buscando establecer las relaciones y condiciones necesarias entre el pensamiento sistémico y la perspectiva de evaluación financiera, dentro de un modelo diferenciador que permita obtener una buena estimación, ofreciendo a las Organizaciones Venezolanas (con especial énfasis en la empresa de Telecomunicaciones CANTV caso de estudio), que invierten en este tipo de tecnología , un conjunto de criterios para evaluar exitosamente el uso o la compra de la TI en el marco de los intereses del negocio.

El proceso de Gestión Tecnológica requiere de esfuerzos en cualquier organización para buscar un cambio en condiciones favorables y así poder realizar transferencia de tecnologías e innovaciones tecnológicas, en función de los recursos financieros y de las necesidades económicas de cada organización y país. Los mercados han dejado de ser locales para convertirse en mercados globales, impulsados por los avances obtenidos en la TI, factor fundamental para la toma de decisiones al momento de implantar nuevas tecnologías en las organizaciones, y que afecta de forma significativa la inversión financiera de la empresa y por ende del país.

Las empresas en Venezuela toman decisiones referentes a la tecnología que utilizan, pero sin tener mucha conciencia de ello; se utilizan enfoques que tienden a subestimar o ignorar aspectos importantes de la selección y uso de la tecnología que compran. Esto, obviamente repercute de manera sensible sobre el rendimiento económico de las empresas y sus posibilidades de desarrollo futuro. Comúnmente la tecnología de información en las organizaciones venezolanas y mundiales se adquieren por moda, sin previo estudio, a los mayores costos, sin un análisis o evaluación financiera, y solo después que se adquiere el producto y se exige una métrica de la gestión del mismo, o una justificación de los costos asociados, es que se comienza a evaluar tanto el producto, como su efecto sobre los procesos del negocio y los aspectos financieros de la empresa.

La carencia de un enfoque de evaluación financiera de proyectos de inversión de tecnología de la información en estas organizaciones ha generado problemas en el rendimiento financiero, la productividad y la calidad. En el marco de esta aseveración, la justificación de esta investigación se refiere a los aportes y beneficios que tendrá la empresa en cuanto a un modelo formal a seguir para la evaluación financiera de los proyectos de TI.

1.4. IMPORTANCIA

El éxito de la empresa depende en buena medida de la evaluación de sus productos, e igualmente, de su fuerza de creatividad y de su facultad para dominar los costos. Sin embargo, los medios para lograr estos objetivos continúan siendo imprecisos para muchos responsables de empresa, que consideran que la intuición sigue siendo aún la mejor actitud a adoptar para resolver los problemas planteados.

El modelo que se propone a través de esta investigación es de particular importancia para cualquier empresa que desee evaluar financieramente proyectos de inversión de tecnología de la información. Aunque el modelo está dirigido a un tipo particular de tecnología y un país especifico, su aplicabilidad a otros tipos de tecnología y países puede inferirse a partir del mismo.

En el ámbito venezolano, el modelo contribuirá a resolver problemas, ampliamente reconocidos en la mayoría de las empresas, relacionados con la dificultad para justificar las altas inversiones en tecnologías de información que ellas realizan.

1.5.  BENEFICIOS Y LIMITACIONES

Al hablar de evaluación financiera de proyectos de inversión de tecnología de la información, lo más sencillo y fácilmente manejable que viene a la cabeza es una lista de cotejo en la que se verifica la existencia o ausencia de determinadas características o procesos involucrados en el uso de los productos o servicios. Es también fácilmente justificable que no se puede hablar de una evaluación aislada del contexto y los procesos por los que transita el proyectos de inversión antes de llegar a generar un producto o servicio, o bien, divorciada de los objetivos que tiene quien conduce la evaluación. Puede ser que se evalúe para justificar el diseño de una nueva tecnología, o para su adquisición y puesta en marcha de acuerdo con un modelo previamente definido, o bien para explotarla en su uso. En este proceso de evaluación, se evidencia claramente la existencia de entidades, atributos, y relaciones que afectan en gran medida a la organización, y que sugieren la utilización del enfoque sistémico, a través del cual la evaluación pueda ser modelada como un sistema abierto.

Graham y Harvey (2001) realizaron un estudio completo del estado de las diferentes técnicas y modelos enunciados en la "teoría financiera de la empresa" por parte de 392 directivos de un amplio espectro de compañías norteamericanas sus principales conclusiones son:

Las grandes empresas confían firmemente en las técnicas de valor actual y en el modelo de valoración de activos de capital mientras que las empresas pequeñas están relativamente a gusto utilizando el criterio del plazo de recuperación. Un sorprendente número de compañías utilizan el riesgo de la empresa más bien que el riesgo del proyecto en la valoración de nuevas inversiones. Las empresas están preocupadas acerca de la dilución de los beneficios por acción y la apreciación del precio del título cuando emiten acciones. Encontramos algún apoyo a las hipótesis de la estructura del capital de las teoría de la jerarquía de las fuentes de financiación (pecking-order theory) y el uso de radios de apalancamiento óptimos (trade-off theory), pero hay poca evidencia de que los directivos estén preocupados por la sustitución de activos, la información asimétrica, los costos de transacción, los flujos de caja libres o los impuestos personales, lo que puede llevar al fracaso de muchos proyectos (p. 14)

Por otro lado, existe una doble perspectiva para evaluar este tipo de tecnología: la constatación de características, funciones y procesos relacionados con su calidad de producto-soporte, y el planteamiento de criterios de análisis de acuerdo con los propósitos y contextos particulares de la evaluación. El producto representante de la primera perspectiva es la lista de cotejo; el de la segunda, el modelo de evaluación. Y aunque pertenecen a paradigmas de evaluación diferentes, las dos perspectivas en realidad son complementarias.

La formulación del Modelo constituye un aporte original tomando en cuenta los modelos existentes. Con este modelo se estudia la organización desde la teoría general de sistemas, como un sistema abierto que es influenciado por muchos factores en su eficacia y se evalúa en especial el impacto de la complejidad de la Gerencia de TI y de los factores asociados a la evaluación financiera.

  Seguidamente se presenta el Capitulo II, correspondiente al Marco Teórico que sustenta la Investigación.