GUIA COMPLETA DE ADITIVOS AUTORIZADOS EN ESPAÑA

¿Qué estamos comiendo? Conservantes, colorantes, edulcorantes, antioxidantes, emulgentes, acidulantes, neutralizantes, endurecedores, gasificantes, ..

El hombre moderno no sabe lo que come ni lo que bebe. Pan, leche, carne, pescado, embutidos, vino, cerveza...La mayoría de los alimentos que cada día nos echamos a la boca contienen toda una serie de sustancias cuyas propiedades ignoramos. Son los llamados "aditivos" presentes en casi todos los productos de la industria alimentaria. Si prestamos atención a la letra pequeña de los envases, encontraremos misteriosos componentes codificados

carne.jpg (6829 bytes)

LAS AUTORIDADES SANITARIAS NO ADVIERTEN QUE LOS ADITIVOS PUEDEN PERJUDICAR SERIAMENTE A LA SALUD

Según el Codex Alimentarius los aditivos son los conservantes, colorantes, exaltadores de sabor, antioxidantes, emulsionantes, hormonas, antibióticos, edulcorantes, coadyuvantes técnicos, solventes, etc. y en general todo tipo de sustancias que no se consumen directamente como alimento. Si atendemos a la definición oficial española, aditivo es "toda sustancia que, sin constituir por sí misma un alimento ni poseer valor nutritivo, se agrega intencionadamente a los alimentos y bebidas en cantidades mínimas con objeto de modificar sus carácteres organolépticos o facilitar o mejorar su proceso de elaboración y/o conservación" (BOE 11/3/75). Es obvio que los aditivos son utilizados con una finalidad económica: un producto que resulte más atractivo para el consumidor y que se mantenga durante más tiempo, siempre será económicamente más rentable para la empresa que lo comercializa. Pero a menudo esos aditivos no son inocuos, incluso pueden resultar peligrosos. Sin embargo, ésta es una información que las empresas se cuidan mucho de suministrar a los consumidores. Y las autoridades sanitarias, que son las que otorgan las autorizaciones para el uso de aditivos, tampoco ponen al consumidor sobre aviso. ¿A qué riesgos estamos expuestos? ¿Porqué los medicamentos advierten sobre las contraindicaciones o efectos secundarios y los productos con aditivos no dicen nada sobre los posibles efectos nocivos de los mismos

UNA GUíA PARA NO MORIR ENVENENADOS

El consumo de aditivos alimentarios ha existido siempre pero no de la forma masiva y agresiva en que ahora se produce. En la antigüedad los alimentos se conservaban con humo, sal, vinagre o especias. El desarrollo de la industria química y la expansión del mercado de alimentos manufacturados ha propiciado que, en la actualidad, sean más de 2.500 las sustancias que se añaden a los alimentos, en su mayoría artificiales, lo que supone un volumen de negocios de primer orden. Ya en 1980, el mercado de los aditivos en Estados Unidos superaba los 1.000 millones de dólares. La información disponible sobre aditivos es muy escasa y a menudo errónea o desfasada. La poca bibliografía existente es anterior a los últimos decretos legislativos que establecen las "listas positivas". Por eliminación, los productos no incluidos en esas listas deben considerarse prohibidos. El consumidor interesado en averiguar cuáles son los aditivos actualmente autorizados en España (unos 300), en qué cantidades se pueden usar y para qué tipo de alimentos, no tendrá otro remedio que recurrir al Boletín Oficial del Estado (BOE del 12-1-96 para los edulcorantes, BOE del 22-1-96 para los colorantes y BOE del 22-3-97 para todos los demás). Claro que no es allí donde encontrará información sobre los posibles riesgos que su uso conlleva. La guía que publicamos a continuación incluye íntegramente la lista de aditivos actualmente autorizados en España y puede ser muy útil a quienes quieran saber lo que compran, lo que comen, lo que beben y los riesgos que conlleva ingerir ciertos productos

dioxinas.gif (1287 bytes)

CINCO CONSEJOS PARA EVITAR RIESGOS

Hasta hace algunos años, la permisividad de las autoridades sanitarias fue enorme. Gracias a la necesidad de adaptar nuestra legislación a la de la Europa comunitaria, algunos aditivos habituales han sido definitivamente prohibidos, aunque aún podemos encontrarlos en productos ilegales o extranjeros. Sin embargo, todavía son numerosos los conservantes, colorantes, edulcorantes, antioxidantes, etc. que se comercializan en España y que pueden ocasionar serios trastornos por su toxicidad o que, sin llegar a ser tóxicos, resultan inadecuados o no se conocen suficientemente sus efectos sobre el organismo.

El primer consejo a seguir será, lógicamente, evitar el consumo de aditivos prohibidos, es decir, todos los que no están incluidos en esta guía.

El segundo, sospechar de aquellos aditivos que, aunque están autorizados en España, han sido prohibidos en otros países por diferentes razones. Como veremos más adelante, son muchos, muchísimos.

El tercer consejo es reducir al máximo el consumo de aditivos, elegir siempre productos frescos y naturales, no manufacturados, y en todo caso, optar por los productos con menos aditivos, sobre todo si se trata de colorantes, que son perfectamente prescindibles, y en general los aditivos sintéticos o artificiales. Debemos ser conscientes del abuso que, sin apenas darnos cuenta, hacemos de los aditivos. Imaginemos que salimos a cenar algo ligero. Tomamos una pizza de cuatro ingredientes y un refresco. ¿Cuántos aditivos habremos ingerido? Nos sorprenderá saber que pueden haber sido más de veinte: dos ó tres por ingrediente, más los de la masa y hasta ocho del refresco (si es, por ejemplo una Coca-Cola light).

El cuarto consejo sería evitar sobre todo los aditivos acumulativos, es decir, aquellos que el organismo absorve pero no elimina en su totalidad. En este caso lo que importa no es la cantidad diaria ingerida sino la que consumimos a lo largo de toda nuestra vida

. Por último, el quinto consejo a tener en cuenta es prestar atención a aquellos aditivos que pueden provocar intoxicaciones cuando se combinan con otros aditivos antagónicos. Por ejemplo, el E210 (ácido benzóico) cuando se consume junto con el E222 (bisulfito de sodio) puede provocar problemas neurológico

LA CONTROVERTIDA LISTA DEL HOSPITAL DE MAJADAHONDA

pedros.gif (11529 bytes)

Los riesgos del consumo abusivo de aditivos habían pasado casi desapercibidos para el consumidor hasta que en 1973 se publicó en París una lista de aditivos supuestamente cancerígenos. Esta lista, inicialmente atribuida al Hospital de Villejuif, prestigioso centro de investigación y tratamiento del cáncer, provocó un gran revuelo en la sociedad francesa. Los posteriores desmentidos del citado Hospital no pudieron evitar que cundiera la alarma entre los consumidores y empezara a crecer la demanda de información. Pocos años después, listas similares de aditivos cancerígenos empezaron a proliferar en otros países. En España se dió a conocer una lista falsamente atribuida al Hospital de Majadahonda. Aunque se ha demostrado que algunos datos de esta lista no son del todo correctos, en la presente guía hemos incorporado en algunos casos la coletilla "aparece como cancerígeno en la controvertida lista del Hospital de Majadahonda" con el único objeto de no hurtar esa información al lector. Como dato anecdótico cabe recordar que la primera guía de aditivos publicada en España en 1985 desató las iras de la Federación de Industrias Alimentarias y de Bebidas, que se querelló contra la empresa editora, la editorial Obelisco, y logró que la policía secuestrara la edición. Finalmente, la denuncia fue archivada por el juzgado. Obelisco reeditó la guía con algunas modificaciones y vendió diez ediciones de la misma, más de 20.000 copias. La última edición, de 1997, aún está disponible en librerías

Dos cosas quedaron claras: que existe una creciente demanda de información por parte de los consumidores y que quien se atreva a satisfacer esa demanda sobre los posibles riesgos de los aditivos tendrá que arriesgarse a padecer la persecución de empresas y entidades poderosísimas que pueden ver peligrar sus intereses. Pues bien, frente a esos intereses nosotros optados por anteponer la salud de los consumidores y su legítimo derecho a estar bien informados.

La confección de esta guía es fruto de una extensa labor de investigación que nos ha llevado a consultar fuentes diversas y contrastar informaciones a menudo contradictorias, obligándonos a elegir entre aquellas que nos parecían más fiables. Es posible que algunos datos sean discutibles o no se ajusten del todo a la realidad, pero debe tenerse en cuenta que todos ellos han sido publicados y nuestra labor se ha limitado a recopilarlos de la forma más aséptica posible para ofrecer al lector un información que pueda permitirle orientarse en el cenagoso terreno de los aditivos alimentarios y sus posibles riesgos para la salud.

COLORANTES. LA PELIGROSA COSMÉTICA DE LOS ALIMENTOS

Los colorantes alimentarios se usaban ya en el antiguo Egipto. Algunos fabricantes y comerciantes sin escrúpulos han hecho un uso fraudulento de estos aditivos desde épocas remotas. Ya en 1.820, F. Accum publicó en Londres un libro denunciando el uso de compuestos de cobre, plomo y arsénico en los alimentos.

Su utilización en la coloración fraudulenta de alimentos en mal estado para engañar a los consumidores llevó a los gobiernos a regularizar su producción y consumo. La primera legislación de ámbito europeo data de 1962. En España, la primera lista de colorantes autorizados se publicó en el BOE el 13-10-64. Entonces la lista sólo incluía 13 productos. Actualmente son 43 los colorantes autorizados (BOE del 22-1-96). Pueden ser naturales o artificiales y se les identifica porque sus códigos están entre el E-100 y el E-180.

Para el Comité Consultivo de los Consumidores, que agrupa a diversas asociaciones de toda Europa, "las materias colorantes constituyen el ejemplo perfecto del aditivo inútil. Su uso no se debe a ninguna justificación tecnológica. Contribuyen a dar a los alimentos un aspecto particularmente adulador que, de hecho, constituye un engaño. La coloración artificial de los alimentos es una práctica inaceptable.     VER    lista de aditivos

1