Nosotros también queremos llevar escolta
Roberto Delgado

El pasado 20 de abril, se aprobó destinar 2.500 millones de pesetas de los fondos públicos para la seguridad privada de los concejales del PP y PSOE en Euskadi. Como este presupuesto es legalmente inalcanzable por un partido político, lo pagaremos todos.

Lo que a nadie se le ocurre preguntar es por qué no les proporcionamos escoltas a los obreros que mueren diariamente en accidentes laborales evitables. O a los inmigrantes que son discriminados en la calle, explotados ilegalmente por sus patrones y golpeados en las comisarías. O a las 3.500 mujeres que denunciaron en los tres primeros meses de este año maltratos por parte de sus maridos y a las que son asesinadas, culpa de esta sociedad de exclusión y precariedad que fabrican los mismos políticos que estamos protegiendo y financiando de manera tan indiferente.

Los dirigentes del PP y PSOE no hacen más que decir lo imposible que sería disponer de un guardía para cada mujer maltratada. Sin embargo no hacen ascos a disponer de miles de millones para pagarse sus propios guardias.

¿Por qué no ponemos escoltas en el Coto Doñana para que los empresarios hambrientos de beneficios dejen de explotarlo y contaminarlo, y podamos conservar al menos parte de nuestra naturaleza?

Yo soy joven, y cualquier fin de semana me puede apuñalar un cabeza rapada, o me puede alcanzar la bala perdida de algún policía, dirigida a un carterista desesperado por vivir.

Nosotros también necesitamos llevar escolta.

La clase política y empresarial que lleva escolta financiada públicamente no han pensado en todas las miles de personas que mueren diariamente y que necesitan escolta de manera mucho más urgente que ellos, o sí lo han pensado, pero así es la libertad (de comercio) y la democracia (burguesa): el rico puede controlar el debate social, los espacios culturales e informativos, y de esta manera llegar a conseguir que a la gente le sea indiferente o que incluso le parezca bien estar financiándoles la seguridad privada, mientras ellos con su política neoliberal son los asesinos de esas "minorías" tan mayoritarias, como son las mujeres, los trabajadores, los inmigrantes, los jóvenes, etc.

Aquí hay una cosa que debe quedar muy clara: O hay escolta para todos o no hay escolta para nadie.