CIENCIA
Obtienen un girasol transgénico capaz de tolerar la sequía
Un
equipo de científicos de la Universidad Nacional del Litoral (UNL)
aisló un gen capaz de sobrevivir a condiciones extremas de escasez
de agua. Al parecer, no disminuye su producción
Luego
de tres años de trabajo, científicos de la Universidad Nacional
del Litoral (UNL) generaron plantas transgénicas de girasol capaces
de tolerar sequías extremas. Para ello tuvieron que aislar y caracterizar
el Hahb4, un gen que le confiere girasol una alta tolerancia a condiciones
de estrés hídrico.
Los
investigadores, del Laboratorio de Biología Celular y Molecular
de la Facultad de Bioquímica y Ciencias Biológicas (FBCB)
ubicaron el gen “anti sequía” en una planta de Arabidopsis,
una variedad utilizada universalmente para la experimentación mediante
técnicas de transformación de plantas.
“Las
plantas de Arabidopsis pasaron a tener un gen que no les es propio, un
transgen, y de esta forma se convirtieron en plantas diferentes a las
que comúnmente se conocen (denominadas salvajes)” explicó
Raquel Chan codirectora del proyecto junto a Daniel González, ambos
del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas
(Conicet).
Ambos
profesores, que tienen a cargo de la Cátedra de Biología
Celular y Molecular de la FBCB, explicaron que “sometimos estas
plantas a extremísimas condiciones de sequía, tan o más
graves que las que pueden detectarse en el medio, y observamos que funcionaba
muy bien: no sólo soportaron el fuerte estrés sino que produjeron
una cantidad de semillas similar, y en algunos casos superior, a la que
produce una planta salvaje en condiciones normales de crecimiento”.
En
síntesis: el descubrimiento reveló que las plantas transgénicas
toleran la sequía y no disminuyen su nivel de producción,
una combinación que promete muy buenas perspectivas para la actividad
agropecuaria. El próximo eslabón de este singular trabajo
pasa por el patentamiento, una operación que cuesta entre 12.000
y 15.000 dólares. Como se trata de una cifra difícil de
reunir para este grupo de investigadores, la UNL indicó que se
aceptó una propuesta de la empresa Bioceres, que financiará
los costos de la patente.
“Arabidopsis
constituye un modelo excelente para hacer ensayos, pero no tiene interés
agronómico”, indicó Chan. Es por eso que, en el marco
del convenio –firmado entre la empresa, la UNL y el Conicet-, Bioceres
financiará en el futuro cercano ensayos en soja, maíz y
probablemente en trigo. En tanto, el acuerdo establece que los beneficios
futuros de la patente serán compartidos por las instituciones públicas
y el socio privado.
“Si
la planta es capaz de tolerar un período de sequía prolongado,
puede recuperarse ante una lluvia y mantener su nivel de producción”,
indicó Chan. Los investigadores anunciaron que seguirán
trabajando en el proyecto y extenderán las prácticas a otras
especies como soja, maíz y trigo. Pero lo harán en conjunto
con otros grupos, como la Estación Experimental Castelar del Instituto
Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA). “El sistema base
que logramos es mejorable. En este momento estamos cambiando estos promotores,
para determinar de qué manera puede lograrse mayor productividad
y tolerancia a la sequía, para poder ensayar esa construcción
final en una planta de uso agronómico”, explicó Chan.
La
idea es experimentar con plantas para cultivo hasta obtener la “fórmula
perfecta”, que según indican los investigadores, pueden pasar
“al menos tres años”. Es decir que ese es el lapso
para que las plantas estén listas para ingresar el mercado, un
espacio que deberá incluir la gestión de los permisos correspondientes
para el estudio de transgénicos por parte de los organismos que
se ocupan de estos temas. “Para la empresa es una inversión
a largo plazo; para nosotros, la posibilidad de seguir Investigando en
el país”, concluyó Chan.
Fuentes:
Universidad Nacional del Litoral
www.unl.edu.ar
Universia
www.universia.com.ar
conexiones@claringlobal.com.ar |