La Dirección General de Empresa de la Comisión
Europea publica un informe anual sobre la competitividad en la Unión
Europea. Dicho análisis utiliza buena parte de las estadísticas
oficiales, especialmente, empresariales y macroeconómicas. El
análisis de la competitividad está muy vinculado a los indicadores
de innovación e investigación. |
El Reglamento relativo a las estadísticas estructurales
de las empresas (CE, EURATOM n° 58/97) tiene por objetivo evaluar la
"competitividad (...) de las empresas en la Comunidad". Sin embargo, no
deja claro qué es exactamente la competitividad de las empresas. ¿Hasta
qué punto pueden un estadístico o un economista determinar si las empresas
de un país dado o de una industria dada son competitivas? O, dicho más
llanamente: ¿qué es una empresa competitiva? Un primer enfoque no
exhaustivo puede girar en torno a tres cuestiones.
A nivel de
compañía, una empresa competitiva se puede definir, en primer lugar, como
una empresa que crece, por ejemplo en términos de valor añadido o de
empleo, a un ritmo superior al de otras empresas, o como una empresa cuya
cuota de mercado aumenta. Pero estas definiciones suscitan diversas
preguntas. Así, el patrón de referencia que se usará para las "otras
empresas" depende de la estructura del mercado con el que se ha de
enfrentar la compañía. Si se trata de una empresa internacional (por
ejemplo, una fábrica), el patrón será el mercado global de esa industria,
sea cual sea el país donde se encuentre la compañía. Si no es tan
internacional (por ejemplo, una empresa de construcción), un patrón más
pertinente se limitaría a la industria nacional o incluso al mercado
regional.
En segundo lugar, no cabe duda de que la productividad
(la producción generada a partir de unos medios determinados) es también
un componente importante de la competitividad. Este es el caso de algunas
empresas que se ven obligadas (por ejemplo, por sus accionistas) a mejorar
su competitividad reduciendo costes (por ejemplo, los de personal), ya
que, si bien es cierto que un aumento de la producción puede dar lugar a
una mayor productividad, ésta también puede derivar de una reducción de
los medios de producción. Por lo tanto, la competitividad no siempre está
ligada al crecimiento económico de la empresa: si el aumento de la
productividad se debe a una reducción de los medios de producción, la
competitividad relacionada con la productividad mejora, pero no así la
relacionada con el crecimiento.
Por último, para que las empresas,
y en especial las que se enfrentan a la competencia internacional, sean
competitivas, han de mantener los precios de sus productos al nivel de los
"precios del mercado". No obstante, esta cuestión depende en gran medida
de la estructura de la industria: cuanto menos concentrado esté un sector
industrial, más "seguidora de precios" será la empresa y más competencia
habrá. Por otra parte, si la cuota de mercado de la empresa es elevada, su
mercado no estará muy expuesto a la competencia y la competitividad
mejorará más aumentando la calidad de los productos que manteniendo los
precios.
Desde una perspectiva macroeconómica, el concepto de
competitividad se aplica principalmente a escala nacional e internacional.
Una vez más, el enfoque de la competitividad difiere de una industria a
otra. Así, uno de los porcentajes que pueden calcularse a partir de las
estadísticas estructurales de las empresas a nivel de la industria es el
de los costes de personal por persona empleada, es decir, el cociente
entre los costes de personal y el número de personas empleadas en una
industria dada.
En las industrias que utilizan una gran
cantidad de mano de obra en el proceso de producción, el precio del
producto depende en gran medida del coste de la mano de obra. En este
caso, un país A será más competitivo que un país B si en A los costes de
personal por persona empleada son inferiores a los de
B.
Consideremos ahora una industria que requiera una innovación
permanente. En ella, ese cociente (costes de personal por persona
empleada) se puede considerar una representación de las competencias
medias del personal. Cuanto mayores sean las competencias del personal,
más innovadora será la industria (en particular en el sector de la I+D).
Si en esa industria la capacidad de innovación es el componente primordial
de la competitividad, los costes de personal por persona empleada no se
podrán considerar una medida básica de la competitividad. Un indicador más
adecuado podría ser la parte de los gastos en I+D en el volumen de
negocios total, o mejor aún, la parte correspondiente a las ventas de
productos innovadores en el volumen total de negocios, pues esta cifra
sirve para evaluar los resultados del proceso innovador en la
industria.
La productividad laboral aparente, es decir, el valor
añadido por el empleo, es otro índice de gran interés, si bien se debe
utilizar con cierta precaución: aunque un nivel alto de productividad
laboral aparente en un país dado podría significar que ese país posee una
clara ventaja competitiva en la industria en cuestión, en realidad la
situación puede revelarse más compleja: por ejemplo, la productividad más
elevada de la mano de obra puede resultar de mayores esfuerzos de
inversión en el país durante varios años. Teniendo en cuenta el capital,
además de la mano de obra, la productividad global del país (también
llamada productividad total de los factores) podría no ser tan
alta.
Los problemas con que se topa el estadístico al medir
la competitividad no significan que la tarea sea inviable, sino que todo
índice de competitividad se ha de usar con precaución. Además, el análisis
de la competitividad resulta de gran interés para los usuarios en general,
y en particular para los políticos.
Informe sobre
competitividad
La tarea de analizar la competitividad de la
industria comunitaria corresponde a la Dirección General de Empresa de la
Comisión Europea, que publica un informe anual sobre competitividad, el
último de los cuales se titula European competitiveness report 2000
(Informe sobre competitividad europea del 2000), ISBN Nº 92-829-0523-3).
Este último informe se centra en cuestiones como el cambio estructural, la
competitividad y el papel de los servicios, la competitividad basada en la
calidad y el papel de los servicios, los servicios externos y la
producción industrial, y la internacionalización de los servicios
europeos. El informe utiliza en gran medida estadísticas oficiales
(principalmente, empresariales y macroeconómicas), en las que basa su
análisis.
También el nº 23/2000 de la publicación Statistics in
Focus de Eurostat, titulado EU economy in the Triad with contrasted
results (Economía de la UE en la Tríada con resultados contrastados),
trata aspectos determinantes de la competitividad de los Estados miembros.
Al hacerlo menciona factores relacionados con la competitividad tales como
las TIC, la I+D, el comercio exterior y la especialización
industrial.
Indicadores estructurales
Otra
perspectiva desde la que enfocar la medición de la competitividad es la
adoptada en el Consejo Europeo extraordinario que se celebró en Lisboa en
2000, en el que la propia UE estableció "el objetivo estratégico para la
próxima década: convertirse en la economía basada en el conocimiento más
competitiva y dinámica del mundo, capaz de crecer económicamente de manera
sostenible con más y mejores empleos y con mayor cohesión
social".
Se han fijado 35 indicadores estructurales para medir el
progreso de la economía en general, el empleo, la innovación y la
investigación, la reforma económica y la cohesión social. La noción de
competitividad está, en particular, vinculada a los indicadores de
innovación e investigación y de reforma económica.
Bajo el primero
de estos epígrafes se pueden encontrar indicadores como el gasto en I+D,
el gasto en TIC y los indicadores de capital-riesgo. El otro epígrafe
incluye principalmente indicadores referidos a la integración comercial,
la inversión empresarial y los precios en las industrias que funcionan en
redes. Los resultados de estos indicadores se utilizan sobre todo en el
ámbito político, pero también en otras
esferas.
Conclusión
Medir la competitividad de
las empresas o de los países es una tarea compleja. Eurostat y la
Dirección General de Empresa de la Comisión Europea han realizado grandes
esfuerzos para medir la competitividad ligada a los diversos objetivos
políticos. Esto da lugar a una interpretación dinámica del concepto de
competitividad.
*Eurostat |