YO SOY DE DONDE HAY UN RÍO.

Una ciudad cubana fundada por canarios:

 San Antonio de los Baños

Personajes y Personalidades de San Antonio de los Baños..La Villa del Humor

El tiempo

En el cielo de cristal

que veo el Ariguanabo

las agujas que le clavo

tienen puntas de coral.

Mi sangre al agua es igual

o el agua es la sangre mía,

el río y mi poesía

van hacia los mismos puntos,

como dos hermanos juntos

haciendo la travesía.

 

En las piedras de la arena

está incrustado mi nombre,

como protegiendo al hombre

cuando llueve y cuando truena.

Y ahora cuando cada vena

con el tiempo se me enfría,

como en una enfermería

el río de mis pasiones

le está haciendo transfusiones

a la decadencia mía.

 

No se multiplican flores

en el jardín de la vida

cuando está la tierra herida

por los años destructores.

No hay quien venza los rigores

del tiempo en su andar de fuego,

el tiempo es un monstruo ciego

con omnímodos poderes,

te da todo lo que quieres

pero te lo quita luego.

 

Te hablo del tiempo y de mí,

no del genio en paz y en guerra,

¿cuántos hombres en la tierra

se parecen a Martí?

El sigue incólume, allí

como un tiempo detenido;

y yo quien soy, quien he sido,

uno más con los tamaños

que nos dan los mismos años

y los años me han vencido.

 

Las nuevas generaciones

esperan por otros besos,

ojalá sirvan mis huesos

para fabricar botones.

Combatí las opresiones

es cierto, pero después,

el tiempo, que ingrato es,

con una púa caliente

me abre heridas en la mente, 
en las manos y en los pies.

 

Pero ese mismo retrato

que no tiene el mejor brillo

se irá poniendo amarillo

por el mismo tiempo ingrato.

Será el recuerdo de un rato,

en aquellos de más fe,

y no faltará, lo sé,

quien me nombre y me analice

por las décimas que hice

y las luchas que libré.

 

En los discos del futuro

quedarán otras canciones,

no mis improvisaciones

saladas como el cloruro.

El tiempo es ingrato y duro,

matador y despiadado;

de lo que tengo grabado

quedará el tenue reflejo

en un tocadiscos viejo

que pertenece al pasado.

 

Ahí tienes la mano ingrata

del tiempo, con un desliz

mata un momento feliz

y no sabe lo que mata.

Detiene la catarata

de tu mar y de mi río;

y ojalá que un hilo frío

lleve este adiós suspirando

a donde están reposando

los huesos del padre mío. 

 

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