¿Cuál es la actualidad del e-learning en
Latinoamérica?
Al ser una tecnología relativamente nueva, se están
empezando a desarrollar diferentes tendencias y formas
de analizar esta metodología, no solo en Latinoamérica,
sino también en diferentes partes del mundo. En general,
percibimos un fuerte respaldo hacia la educación virtual
por parte de aquellas universidades que en algún momento
desarrollaron experiencias de educación a distancia por
otros métodos.
Siento que en América Latina hay distintos polos de
desarrollo, por ejemplo en Brasil, Ecuador, Venezuela,
Colombia, Argentina, Chile y Costa Rica. Estas
experiencias pueden darnos un panorama, pero no nos
revelan quien está más desarrollado en este tipo de
competencias. Creo cada país de la región tiene su
particular forma de realizar sus ofertas de educación
virtual con éxito. En México, por ejemplo, algunas
universidades ya están trabajando en la educación
multimedia, con metodologías electrónicas. Tal es el
caso de la UNAM o las universidades de Guadalajara,
Nueva León, el Instituto Tecnológico de Monterrey y la
Veracruzana, entre otras.
Sin duda, estamos frente a los inicios de una gran
revolución educativa.
¿Qué planes tiene la UNAM a corto plazo en
materia de e-learning?
Este sistema de enseñanza se ha convertido en un
programa prioritario para la UNAM. De hecho, estamos
inaugurando en este mismo momento nuestro Centro de Alta
Tecnología en Educación a Distancia, en Tlaxcala.
La idea es preparar personal para el montaje de
cursos; es decir: expertos en contenidos, en
computación, en diseño gráfico y en diseño
instruccional. Estos cursos se van a desarrollar con
talleres presenciales en algunos casos, pero también van
a estar disponibles on line, por lo que van a ser
accesibles para cualquier persona. Nuestra idea, con el
lanzamiento de este centro es apoyar primero a la UNAM,
pero simultáneamente a todas las universidades de
América Latina a las que podamos aportar nuestra
colaboración.
La UNAM, junto con la Unión de Universidades de
América Latina, así como las instancias y asociaciones
nacionales e internacionales más importantes del área,
contribuyen y contribuirán a una mejor comprensión de
los retos de la educación y el desarrollo profesional en
una era y un mundo altamente globalizados.
¿Es conveniente que las universidades de la
región celebren alianzas relativas a programas de
educación virtual?
Es muy importante, sobre todo para la vigilancia de
los contenidos, si es que deseamos evitar problemas de
calidad, algo que puede darse con relativa facilidad en
cursos y diplomados sin un fuerte aval académico.
Precisamente, hace algunas semanas, en Miami, se llevó
acabo un encuentro de universidades, al que asistieron
48 rectores de Latinoamérica. Allí se destacó la
importancia de la educación a distancia y la
colaboración entre instituciones de educación
superior.
En este sentido, debemos destacar la cooperación
estratégica entre la Unión Europea, los Estados Unidos y
América Latina, como garantía para el desarrollo pleno
de la educación a distancia. El e-learning puede ser un
medio de unión y cohesión entre las naciones.
¿El futuro de la universidad es el
e-learning?
La universidad tiene que asistir a los sistemas
escolarizados. Justamente, en la UNAM -con cerca de
240.000 alumnos- hemos detectado que en algunos
sectores, los apoyos basados en Internet pueden ser de
gran utilidad para los alumnos, principalmente respecto
de las materias básicas de las diversas carreras.
Por otra parte, resulta imprescindible prestarle
importancia a la construcción de objetos de aprendizaje,
esas pequeñas células del conocimiento que en un momento
dado puedan estar incluidas en asignaturas que se dictan
transversalmente dentro de los programas curriculares de
diferentes planes de estudio.
Otra de las prioridades reside en brindar apoyo a los
egresados y aquellos profesionales que necesitan de una
actualización permanente, aprovechando esta metodología
de aprendizaje. Al respecto, en la UNAM estamos pensando
en cursos de especialización, diplomados y maestrías,
con orientaciones específicas.
Por un lado, se dice que el e-learning democratiza el
saber, al acercar el conocimiento a personas aisladas
geográficamente o con poca disponibilidad de tiempo;
pero la brecha digital impide que, en muchos casos, se
efectivice esta mentada democratización.
¿Qué reflexión puede hacer al
respecto?
Respecto del e-learning, creo que hace posible una
mayor difusión de programas educativos y de la cultura.
Pero no debemos ignorar que en esta apertura se puede
perder la hetogeneidad propia de la región. Entonces, se
llegaría a un conocimiento muy democratizado, pero al
mismo tiempo muy homogéneo. Tenemos que procurar
mantener los programas en los contextos regionales, con
los valores propios de nuestra cultura.
Frente a la brecha tecnológica, en México hay un
programa gubernamental que tiene planeado abrir en todo
el territorio mexicano cerca de 20.000 centros
comunitarios con computadoras, a disposición del
público. El objetivo es reducir la brecha digital,
colocando recursos tecnológicos a menos de 5 kilómetros
de cualquier población. La idea es que en pueblos o
ciudades con más de 3.000 habitantes exista al menos un
centro con 20 computadoras. Si a esto le sumamos el
notable incremento de cibercafés, la brecha podría
superarse, siempre y cuando exista interés del alumno
por aprender.
De todos modos, a mí no me preocupa tanto la brecha
tecnológica de comprar computadoras, sino la que tiene
que ver con introducir los contenidos adecuados dentro
de esas computadoras. Por lo tanto, nuestra orientación
profesional es la formación de personal, que pueda darle
sentido a la presencia de una computadora en un pequeño
pueblo de montaña.
José Manuel Berruecos es coordinador de la
Universidad Abierta y Educación a Distancia de la UNAM.
|