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¿Qué es el ocultismo?

El ocultismo es, sin duda alguna, la clase de tópicos del cual muchos hablan y pocos comprenden, esto es comprensible dado que el ocultismo ha, en varias ocasiones, aparecido en la escena pública como una doctrina filosófica atrayente a todo aquel que desee empaparse del espíritu de los antiguos, basta ver a los renacentistas como Pico de la Mirandola, Giordano Bruno, el mismísimo Agrippa en quien su honor existe este blog, en fechas más recientes podemos observar el fenómeno del New Age, falsamente catalogado como ocultismo, cuando en realidad es el hijo directo de Blavatsky y Bessant, con su ocultismo orientalista que perdió lo filosófico para convertirse en plataforma de diversas sectas, y sobre lo que Guénon tan repetidamente critica.

Pero entonces, ¿qué es propiamente el ocultismo? El ocultismo es una corriente filosófica, no se trata de una doctrina propiamente, dado que ha tenido diversas evoluciones, similar al idealismo, pero entonces, ¿qué le distingue de otras corrientes idealistas tales como el idealismo trascendental de Kant o el más clásico de Platón? La distinción es la característica fundamental del ocultismo, que se deriva de sus tesis principales, la proposición que se de para gnoseología debe aplicar igualmente para la teología, metafísica, ética y antropología, por ejemplo, el ocultismo abrazó el concepto de la Trinidad, sin embargo aplica a la Trinidad no solo a una cuestión teológica, sino como postulado metafísico, gnoseológico, antropológico, etc., esto se debe, decía anteriormente, a una de las tesis fundamentales del ocultismo, la máxima de Hermes, encontrada en la Tabla esmeralda:
<< “Es verdad y sin mentira, cierto y más verdadero:lo que está abajo es como lo que está arriba,y lo que está arriba es como lo que está abajo,todo, por el milagro de una sola cosa.”>>

Hermes, o Thot para los egipcios, es el padre del conocimiento y se le coloca como padre de los tres temas fundamentales y perennes de la filosofía, El Hombre, Dios y el mundo. Si bien todas las doctrinas, o corrientes, filosóficas abordan estos temas, el ocultismo se distingue porque la respuesta que se le da a una de esas cuestiones, es igualmente válida para las otras dos.

El ocultismo, ¿cuándo nació? Ésta pregunta es imposible de resolver por dos razones, la primera de ellas es que es difícil determinar quién fue el primer autor al que podríamos llamar propiamente un ocultista, es una corriente tan antigua como el Hombre mismo y trazar sus comienzos sería imposible. La cuestión de la edad del ocultismo me recuerda siempre a la pregunta ¿y cuándo nació la filosofía? Usualmente se menciona a Tales de Mileto como el primer filósofo, aunque siendo estrictos tal cosa es falsa, dado que el pensamiento filosófico, no en el sentido moderno, sino como la acción de cuestionarse acerca de la naturaleza de las cosas, de los dioses y de los Hombres, nace en Egipto, la aclaración que se hace, de colocar su origen en Grecia se debe a que fue ahí donde floreció con diversos autores y se conservan más textos de distintas corrientes. Igualmente el ocultismo habría de nacer en Egipto, aunque otros dicen que en India y más tarde se trasladó a Egipto, sea como fuese podemos concluir que es la corriente más antigua, sin embargo su concepción no fue registrada, lo que es más, podemos afirmar que el ocultismo nació en silencio, el mismo día que nació la idea del “algo” trascendente, es decir, la divinidad, dentro de la religión se encontraba el ocultismo, de modo implícito , es por ello que cuando el primer Hombre miró hacia la Naturaleza con reverencia, miedo o asombro, ese día había nacido el ocultismo.
La tradición oculta, o mejor dicho, la tradición ocultista, le es natural al Hombre, en teología se distinguen dos revelaciones, la primera de ellas es la revelación general, y es básicamente que el Hombre por Naturaleza cree en Dios, es capaz de sentirlo e igualmente sabe, o mejor dicho, intuye que existe el bien y el mal, es por ello que se habla del Hombre como naturalmente religioso y naturalmente moral, el ocultismo está dentro de esa revelación general, el estudiar y profundizar en el conocimiento ocultista es profundizar en Dios, en el Hombre y en el mundo, el ocultismo entonces le es natural al Hombre.

El prejuicio más común sobre el ocultismo es por supuesto el tema de la magia, de inmediato se adopta la postura más positivista y se cree que la magia, o el “pensamiento mágico” es en estos días el recuerdo vago de las fantasías de los antiguos “pre-científicos”, lo cual no podría distar más de la verdad, considerando sobre todo que el cristiano, o cualquier persona que crea en Dios y en cualquier clase de ritual con fines religiosos, cree en la magia. De todos modos la magia es abordada en el ocultismo occidental moderno, es decir, desde Eliphas Leví, de un modo completamente distinto al que uno pensaría, la magia es la moral para Leví, e incluso para Crowley la magia está repleta de tantas connotaciones éticas que para este magnífico autor la magia no es sino el ejercicio de la voluntad libre. Sería imposible que el ocultismo no estudiase a la magia, después de todo la religión es expresada por rituales mágicos, y siendo que el estudio de la religión como el nexo entre el Hombre y Dios es tarea del ocultismo, la magia no podía faltar.

El ocultismo es pues la corriente filosófica natural al Hombre, por ende es la más antigua de todas y no siempre es fácil trazar una línea recta de autores ocultistas, por suerte la tradición fue acogida por diversas instituciones y sociedades, algunas de las cuales sobreviven hasta nuestra época, me refiero por supuesto a la masonería libre y aceptada que permanece inalterada luego de siglos y aún continúa guardando fielmente la tradición. El ocultismo le debe mucho a la masonería, y a las sociedades que siguen el mismo modelo, sean rosacruces o de la Ordo Templis Orientalis, como López de Rojas, el contemporáneo autor de Liber Zion y estudioso de la figura de Baphomet, pero aquello es tema para otro día.

Habíamos dejado en claro anteriormente que el ocultismo no es una doctrina, sino una corriente, aquello implica que dentro del ocultismo puedan existir diversas doctrinas, ¿cuál sería un mapa, más o menos detallado, del ocultismo moderno? Debemos comenzar para ello por Eliphas Leví, padre del ocultismo moderno, Leví fue el primero en plantear conceptos tales como el “plano astral”, para referirse al alma y al espíritu, en el sentido de la dimensión de la mente y la voluntad, reintrodujo al ocultismo occidental al “Baphomet” como arquetipo del Hombre, fue el primer ocultista en satisfactoriamente relacionar la cábala al Tarot, aunque Crowley perfeccionó su doctrina, igualmente hizo gran hincapié en el cristianismo como apoteosis de la evolución esotérica, es decir, como la religión más perfecta, entre otras varias características de su pensamiento. Luego de Eliphas Leví ocurre lo que yo llamo “el crimen contra el ocultismo”, a manos de Madame Petrovna Blavatsky y Annie Bessant, quienes representan el contrario de Eliphas Leví, él colocaba a occidente y a Egipto como madre del pensamiento oculto, relacionando a la esfinge como máximo símbolo de la realidad, es decir, la respuesta a la cuestión de Dios, de la religión, del Hombre, de la gnoseología, de la ética y del Mundo, Blavatsky por el contrario trasladó el centro a Oriente, introduciendo concepciones por completo nuevas al pensamiento oculto, mientras que esto pudo haber sido una gran ventaja, como más tarde lo fue, basta con conocer la doctrina del Ordo Templis Orientalis para observar el punto de unión entre oriente y occidente en el sentido esotérico, sin embargo no respetó una de las máximas ocultistas, según la cual todo es simbólico y trascendental, es decir, cuando autores como Leví o Crowley hablan sobre los dioses lo hacen de modo figurado, como un arquetipo (piénsese en el sentido de Jüng), lo mismo ocurre con las eras, etc., sin embargo cuando Blavatsky habla sobre las siete razas, quiere decirlo de modo literal, cuando habla de los dioses no lo dice en un sentido figurado, cuando aquello ocurre ya no se hace filosofía, se hace una religión donde no se puede cuestionar nada, o buscar sus causas últimas, y la teosofía fue lo más cercano a una teología de esta religión, con la diferencia que la teología es el discurrir racional sobre la dialéctica entre Dios y el Hombre, mientras que la teosofía es más cercano a la místico y menos racional.

Lo que la teosofía y el New Age provocaron fue contraproducente a la tradición ocultista, la cual siempre se había mantenido en el mismo nivel intelectual gracias al lenguaje enigmático de sus autores y a la hermetismo de su enseñanza, una vez que el New Age cobró fuerza y se disparó por todos los círculos donde normalmente se enseñaba el ocultismo, fue necesario que el ocultismo occidental regresara a la oscuridad, manteniendo la prosa enigmática y las afirmaciones implícitas, me refiero claro a Aleister Crowley, filósofo, demente, místico y controvertido autor del Libro de la Ley, considerado desde su aparición como el libro indispensable para cualquier estudiante de ocultismo junto con el corpus hermeticum y el kybalion, uno de los mayores éxitos de Crowley fue el de regresar el ocultismo a las sociedades filosóficas secretas, o discretas, lo más lejos posible de cualquier charlatán, aunque siempre los hay, superó la doctrina del Tarot de Leví, se alejo de su terminología cristiana y la reemplazó por la egipcia, es el padre de la Ley de la Thelema, una doctrina ética que, como es costumbre en el ocultismo, tiene ramificaciones ontológicas e incluso teológicas. El ocultismo posterior a Crowley se supo mantener oculto, sobreviviendo los estragos del New Age, que con mayor insistencia fue disfrazándose de ocultismo. El último de los grandes autores es Gabriel López de Rojas, el actual gran maestre de la Ordo Templis Orientalis, un ocultista fascinante que ha ahondado en la figura de Baphomet como Dios arquetípico del iniciado, haciendo un interesante estudio de la simbología iconográfica, es el primer gran ocultista en exitosamente hacer todo un sistema “luciferino”, lejos de ser “satánico” como podría considerarse en un principio se trata de la visión ocultista del diablo, no como persona espiritual, sino como intrínseco al Hombre, que era la postura del judaísmo antiguo, y que aún lo es.

Para concluir sería interesante formular unas últimas preguntas, ¿por qué el ocultismo? Porque el ocultismo es la filosofía que estudia, no solamente a Dios, o exclusivamente al Hombre, como por separado sino que emprende la búsqueda del Hombre viendo hacia Dios, y busca al mundo viendo hacia el Hombre, y a Dios en los ojos de los Hombres. La pregunta del alquimista es la misma que se plantea el teólogo moderno, el físico o el psicólogo, la respuesta es la que dio el griego “conócete a ti mismo”. El ocultismo sostiene que basta con estudiar una pizca de arena para entender al Universo, como escribió el poeta estadounidense William Blake:


“Para ver un mundo en un grano de arena
Y un cielo en una flor silvestre.
Ten el infinito en la palma de una mano
Y la eternidad en una hora”.

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