Se
extiende la mancha de sangre
por
la tensa piel del carnero.
La
mano en alto empuñando
el
mazo de madrera y cuero.
Suena
el bombo visceral
Telúrica pasión
aragonesa
Junto
a la catedral
por
históricas calles
desfila
la Hermandad Dolorosa.
Florida
y luminosa la
Virgen sola.
Resbalan
lágrimas de plata
por
su bello rostro
El
manto negro,
serena la mirada
Hachones
de luz fría
dotan
al tercerol negro
de
un halo misterioso
y
patético
Y
el fino redoble
y
el repiqueteo
de
las baquetas
otorgan
al momento
la
intemporalidad buscada
Acompaña el incienso
Y
el bombo telúrico
expande
su vibrar por Zaragoza
Resuenan
los tambores,
oración
sin palabras,
que
los negros cofrades
magnifican.
Explosión
de emociones
puñales
en las almas.
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