GERARDO DIEGO
Un día y otro día y
otro día.
No verte.
Poderte ver, saber
que andas tan cerca,
que es probable el milagro de la suerte.
No verte.
Y el corazón y el
cálculo y la brújula,
fracasando los tres. No hay quien te acierte.
No verte.
Miércoles, jueves,
viernes, no encontrarte,
no respirar, no ser, no merecerte.
No verte.
Desesperadamente
amar, amarte
y volver a nacer para quererte.
No verte.
Sí, nacer cada día.
Todo es nuevo.
Nueva eres tú, mi vida, tú, mi muerte.
No verte.
Andar a tientas (y
era mediodía)
con temor infinito de romperte.
No verte.
Oír tu voz, oler tu
aroma, sueños,
ay, espejismos que el desierto invierte.
No verte.
Pensar que tú me
huyes, me deseas,
querrías encontrarte en mí, perderte.
No verte.
Dos barcos en la
mar, ciegas las velas.
¿Se besarán mañana sus estelas?