HADA

 

De tanto extrañarte...

De tanto extrañarte

se me quedaron congeladas

las lágrimas en los ojos,

formaron cauces mis mejillas

y se volvió gris mi mirada

tan lejos de tu orilla.

 

De tanto extrañarte

se me quedaron los músculos entumecidos.

En todo ellos hiciste mella;

se le olvidaron a mis brazos

la posición exacta de los abrazos,

y andan mis pies, como escondidos

de tanto buscar bajo tierra tus huellas.

 

De tanto extrañarte

se le olvidaron las sonrisas a mi boca.

Anda, como yo, ya medio loca

con un gesto perenne de lamento

porque olvidó besar

y olvidó reír,

porque olvidó, parece, que no estás aquí

y olvidó tanto en tan poco tiempo

y sin embargo, parece que olvidó olvidar

que no estás para llamarte

¿Qué le puedo reprochar?

Si yo misma no hago otra cosa que extrañarte...

no hago otra cosa, que extrañarte...