JORDI COTS

Es mi cuerpo el que roza tu piel,
son mis dedos los que con sus caricias,
recorren cual araña sigilosa cada poro
de tu cuello, son mis labios los que besan tu nuca, es mi tacto el que se desliza suavemente por tus hombros, es mi desnudez la que se aproxima lentamente a ti, acariciando con mi torso tu espalda liberada de ropajes, en esas mis caricias tu deseo aumenta pues sin verme sabes que estoy trás de ti.
Coges mis dedos entre los tuyos y haces que los mios trazen delicados círculos, en los que roce cada centimetro de tus pechos.
Siento como oprimes el arco saliente de tu espalda contra mi desnudez erguida.
Con esas mis caricias, una llama se consume encendida en tus ojos, deseas que la contemple y te girás hacía mi para qe la observe.
Veo el deseo en tus pupilas contraidas y te sientas ante mi para ofrecerme el placer de tu desnudez.
Abres lentamente tus piernas mientras tus caricias mesan mis cabellos, me inclino ante ti y puedo percibir el aroma del deseo que hierve entre nosotros.
Cierras tus muslos oprimiendo lentamente mis oidos, para que con ellos pueda escuchar el fluir de tu sangre alterada por mis caricias.
Me has ofrecido el manjar que colma mis deseos y sorbo de el para conseguir beber de tu placer.