SAMUDRAS
Es
igual que mi boca cierre tu boca
si
como un insecto rondador e incesante
no
paran de hablarle tus ojos a mis ojos.
Como
parar la primavera que suprimo por tus manos
si
estar a tu lado es un constante abril.
Y
esa batalla de cuerpos, alegre quietud
de
horas muertas de fuegos y lanzas
que
me repito en sueños indelebles.
Me
gusta verte sucumbir en estertores de sangre
cuando
las armas nos traspasan los costados
y
subimos a ese otro mundo donde nos rompe el deseo;
luego
caemos en silencios, forzosamente
como
la hoja caduca se mece hasta el lago
y
por un instante revive el agua sus nervios heridos de muerte.
Así,
amada, así es el amor contigo,
ahogarse
en el torrente de tu cascada
y
resucitar, aún sonriente, a tus brazos bellos.
