Trabada, naturaleza viva
Una de las peculiaridades del Ayuntamiento Trabadense

CAPILLAS

CAPILLA DE SAN MARCOS Una de las peculiaridades del Ayuntamiento Trabadense, común a todas las tierras de MIRANDA, de las que aquél es parte integrante, es sin duda la de que existieron en tiempos, y que perduran aún algunas, manteniéndose en activo con culto público al menos una vez al año, gran número de Ermitas esparcidas al largo y al ancho de su ondulada orografía, hasta el punto de que apenas haya ahora un solo núcleo de población sin su pertinente y respecto santuario.

Es de advertir, que si bien pudieron ser y refulgir por estos andurriales, focos o centros de irradación religiosa, en fechas o eras lejanas, como la de los suevos, britones , etc., hasta los últimos reinados astures, en que Silo y Alfonso III (año 876) efectivamente organizaron parroquialmente sus dominios, el panorama histórico anda y antójase tremendamente intrincado y cubierto de sombras, difíciles de clarificar y desenmarañar, resistiéndose el investigador a admitir que durante toda la Edad Media proliferaran más que curatos, inicialmente Abadías, alternativamente dependientes de los monasterios de Meira y Lorenzana, como también de las Sedes de León o Lugo, según se colige del encabezamiento de legajos y manuscritos antiguos, y que es en lo que abunda el profesor Don Emilio González López en su Historia de Galicia, al aseverar que por estos pagos y muchos otros de la región se asentaron comunidades cristianas, con un abad al frente acompañado de monjes, o un presbítero y algunos clérigos (gasalines), que con licencia real, o sin ella (por presura), roturaron, colonizaron y evangelizaron distintos sitios deshabitados de estas latitudes, hoy relativamente localizables.