Existe, por
otro lado, un modelo emergente que es contrario al anterior. Se caracteriza por
una
participación
fragmentada, llamada por éstos individualista, no se conecta con lo comunitario
al
perderse el
sentido de compromiso con el otro. En este caso la participación apunta a lo
concreto a
cuestiones que
son tangibles.
A juicio de los
funcionarios existe una participación real que representa una forma de
aproximarse a
la gente. Para
lograrla es necesario ampliar los elementos reflexivos de discusión, que den
cuenta la
problemática
comunitaria. Este estilo está más presente en los municipios pobres y medios;
en
éstos se ha
ampliado (especialmente en los últimos tiempos) la incorporación de la comunidad
a la
discusión de
temas importantes relativos a la calidad de vida de las personas.
En los
municipios de niveles más altos, la participación es consultiva- presencial. Son
básicamente
consultas a la
comunidad, es decir, la comunidad es invitada a asistir y acude en un acto que
sienta
presencia. Esta
asistencia es considerada como participación.
Para los
funcionarios este es un tipo de participación ocasional, se observa
fundamentalmente en los
sectores
urbanos acomodados. La comunidad se hace presente en un acto electoral tendiente
a
resolver
necesidades acordes con el sector socioeconómico al que pertenecen.
Estos estilos
de participación diferenciados de acuerdo a los distintos niveles
socioeconómicos, dan
origen a
diversos mecanismos de participación. Las comunas de mayores recursos utilizan
las
consultas y
encuestas. Los sectores medios bajos hacen uso de mecanismos participativos
tipo
proyecto,
utilización de los fondos concursables. Entonces, según el discurso de los
propios
funcionarios,
la participación varía según el estrato socioeconómico de la comuna y ello
influye en
la calidad de
organización de la comunidad.
El modelo
pragmático de participación al cual nos referimos con anterioridad, se ubica en
sectores
más altos. Aquí
se tiene una representación mas individualista de la participación, es decir, la
participación
se comporta individualmente, es inmediatista y concreta para la consecución de
cosas.
También
encontramos aquellos tipo cabildos, en donde los vecinos juegan un papel
relevante en la
definición de
la forma en que se invierte el presupuesto municipal. El vecino juega un papel
importante en
el desarrollo de actividades tendientes a definir este tema.
En cuanto al
nivel organizativo existen, según los funcionarios entrevistados, dos tipos
de
participación.
En la comunidad organizada, la participación es más demandante y exige la
solución
de los
problemas que presenta la comunidad. Mientras tanto, en la comunidad no
organizada, la
participación
es de tipo interrogativa, es decir, se concurre de manera individual al
municipio a
pedir
información de cualquier índole. Hay un desconocimiento respecto al municipio y
la gestión
de las
organizaciones sociales.
Otro tema
abordado, se refiere a los facilitadores y los obstaculizadores de la
participación.
Respecto a
estos últimos se distinguen tres ámbitos, relacionados con las organizaciones
sociales,
los
funcionarios y el municipio.
En primer lugar
existe una crisis de representatividad de los dirigentes y por ende de
la
organización.
Dicha crisis se manifiesta en la escasa convocatoria que tienen, por ejemplo,
las
Juntas de
Vecinos. Esta situación es cuestionada por los funcionarios, quienes plantean
que no es
posible que
dirigentes con escaso nivel de representatividad, en relación a la participación
en sus
organizaciones,
tomen decisiones que afectan a una comunidad entera.