Las señales en el Evangelio de Juan

 

Introducción

 

            ¿Por qué acercarnos al tema de las “señales”? Definitivamente, es de suma importancia, pues ayer y hoy los “milagros” o “señales” son vistos por la mayoría como algo espectacular e inexplicables.  Además de que muchos usan supuestos milagros para autenticar su ministerio y engañar a muchos incautos.

 

            Los puntos a tratar en el presente ensayo, son: las Señales en la Biblia, las señales de Jesús en Juan, un acercamiento a cada señal, y la conclusión.

 

 

Las Señales en la Biblia

 

            Aquí notaremos el significado de las señales en las Sagradas Escrituras, viendo un panorama amplio de ellas en el Antiguo  y  Nuevo Testamento.

 

Las Señales en el Antiguo Testamento

            A través de todo el AT, vemos que Dios se manifestó a la humanidad con “milagros” o “señales” en diferentes ocasiones.  Podemos notar que al menos tres fueron las épocas de más actividad milagrosa.

 

Época de Moisés y Josué

            Estos milagros se dieron para confirmar la liberación del pueblo escogido, la promulgación de la Ley y del Pacto, el establecimiento del culto al Dios único y verdadero y la conquista de la Tierra Prometida.

            Según Éxodo 9:16 el objetivo de los milagros en Egipto fue mostrar a Faraón que Dios era un Dios de poder.  Asimismo, el Salmo 111:6 manifiesta que los que fueron ejecutados durante la conquista de Canaán estaban dejando ver el poder de Dios, pero ahora ante los israelitas.

 

Época del ministerio de Elías y Eliseo

            También en esta época se dejan ver una serie de milagros cuyo objetivo era sostener a los creyentes en la lucha implacable contra el triunfante paganismo.

 

Época del Exilio

            Dios manifiesta su poder y superioridad sobre los dioses paganos, mediante los milagros que hizo con Daniel y sus amigos, con el objetivo principal de salvaguardar la fe de los que habían sido deportados.[1]

 

Las Señales en el Nuevo Testamento

            El NT designa los milagros con los términos siguientes:

1.      dunamis:  “poderes”

2.      terata: “prodigios”, “hechos asombrosos”

3.      semeia: “señales”[2]

 

La palabra “señal” (gr. F0:g4") puede traducirse también como “milagro” o “signo”.  Parece significar o enfatizar lo que el milagro enseña y no tanto el milagro en sí.[3]

En el NT la palabra “señal” aparece a menos 78 veces.[4]  Podemos decir que señal o milagro es: un acto de poder como en Hechos 3:6,12,16, donde se demostró con esa curación el poder infinito del nombre de Jesucristo, también es un prodigio que suscita el asombro.  Aunque toda la naturaleza está llena de manifestaciones inexplicables del poder y de la sabiduría de Dios, a veces Dios hace prodigios inesperados para provocar que el hombre se admire y se detenga a pensar en Su poder (Mr.2:12; Hch.3:10).  Por último es una señal, es decir, el milagro no es un fin en sí mismo, sino que desea revelarnos la presencia de Dios.  Demuestra que el instrumento milagroso está en directa relación con lo espiritual, y viene a ser un ello de su autoridad como mensajero de Dios (Jn. 2:18; Hch.14:3; II Cor, 12:12).[5]

 

 

Las Señales de Jesús en Juan

 

            En el Evangelio de  Juan, la palabra “señal” denota una actividad realizada por Jesús, que al ser visible ella misma lleva a los que la ven a un conocimiento de una realidad superior.  En Juan la señal supone la presencia de espectadores (12:37) y al ser visible hace que ellos comprendan la señal (2:23; 6:2).[6]

            En este evangelio se le da gran importancia a las señales de Jesús.  De hecho “el libro de las señales” (Capítulos .2-12) es la sección mayor.  Estas señales tienen como propósito enseñar que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios.  Todo el Evangelio persigue escribir las “señales” que hizo Jesús para promover la fe o el creer de parte de los lectores (7:31; 20:30-31).  Esta sección avanza en gran manera ese propósito, pues muestra como Jesús el Verbo hecho carne, hace un exégesis (1:18) de Su persona y obra.  Están van a explicar al lector por  qué debe creer en Él (20:31).[7]

            Juan cita en el “libro de las señales” de su evangelio, siete señales en particular.  En ellas se percibe la fuerza de la asistencia de Dios (3:2), y que un pecador, por estar lejos de Dios, no puede realizar (9:31-33).  En Juan se nota la necesidad del Mesías por renovar las señales del éxodo, de ahí que ante la muestra mesiánica de Jesús en el templo, los judíos le piden una señal (2:18).  Por consiguiente, la declaración de los dirigentes al final de la actividad de Jesús (11:47) los acusa a ellos mismos (7:31; 9:16; 12:37).  Aun en Capernaum, la multitud que ha entendido que Jesús  pretende ser el Mesías le pide una señal haciendo mención explícita  de Moisés y del éxodo (6:30ss).

            La señal mesiánica que Jesús propone a los dirigentes en el templo es la de su resurrección (2:19), esto manifestará su victoria sobre la muerte infligida por ellos y la presencia del amor de Dios accesible en Él al hombre.  Sin embargo, a la multitud que le pide una señal mesiánica (6:39) Jesús responde que ya se ha verificado, pues Él es el pan de vida que ha dado a ellos(6:35) y que anticipa su entrega en la cruz, donde dará su carne y su sangre.  Es interesante notar que en Juan y en los otros evangelios, Juan el Bautista no hace ningún milagro o señal, pues no es el Mesías (1:20).  Esto demuestra que las señales tienen aquí un carácter mesiánico.[8]

 

 

Un Acercamiento a las Señales

 

            Como se mencionó anteriormente, Juan cita siete señales importantes, y a continuación se verá cada una.  Se estudiará el pasaje en su contexto, qué tipo de señal es, la enseñanza de ella, y algunas aplicaciones.

 

El Nuevo Vino

            Esta primera señal se encuentra en  los versículos 2:1 al 11.  Sólo aparece en este Evangelio.  Los evangelios sinópticos no lo mencionan.

 

Contexto y pasaje

            El pasaje 2:1-11 se encuentra en el inicio de la porción de Juan 2:1-4:54 que va a enseñar cinco cosas nuevas, que Jesús introducirá.

            Aparentemente la madre de Jesús era la encargada de la cena, por el hecho de que es ella la que toma la iniciativa cuando se acaba el vino.[9]  Además, el que no hubiese vino podía ser considerado como falta de cortesía.  Jesús abordado por su madre sobre el asunto, le contesta con una expresión que podría tomarse como idiomática, significando: “tus ideas o intereses no son los míos.  Mi tiempo para actuar como tú sugieres, no ha llegado”.[10]   La referencia a la hora podría significar que el momento de poner su vida para expiar pecados y de resucitar no ha llegado.  Esta hora determinaría cuándo él iba a empezar a hacer sus señales. Jesús pide que llenen las tinajas de agua con agua de pozo, a pesar de que estaban llenas de agua.[11]  Después, les pide que la saquen y la lleven al maestresala.  El agua era el mejor vino.

 

Tipo de señal

            Fue una señal semi-pública.  Pues aparentemente sólo los discípulos y los sirvientes observaron el hecho en sí.[12]  También es considerada como una señal programática, es decir, que da la clave para interpretar la actividad que sigue.[13]   Por últimos, muchos la catalogan como una señal de naturaleza.[14]

 

Enseñanza

            Los elementos usados por Jesús nos dan cierta enseñanza.  Por ejemplo, las tinajas de piedra para el agua, eran usadas para el rito de la purificación, lo que sugiere un significado simbólico.  El agua que ella contenía y que no fue usada, representa lo viejo,[15] que algunos comentaristas dicen que se refiere al Torá.  El vino recuerda el banquete escatológico del reino, representa lo nuevo, es decir, el Reino escatológico que ha venido y está presente.[16]

            La señal en sí, nos enseña que lo nuevo es mejor que lo viejo.  Jesús sustituirá la antigua alianza basada en la Ley, por la nueva basada en el Espíritu (1:17).  Con esta señal, se explica las siguientes sustituciones que Jesús hará: el templo  (2:13-22) por uno nuevo: Jesús;  la ley (3:1-21)  por el nuevo nacimiento para entrar al reino; los mediadores de la antigua alianza (3:22-4:3) por Jesús, único mediador; el culto ritual (4:4-42) por una adoración en Espíritu.

            El resultado de esta señal es la manifestación de la gloria de Jesús y el desarrollo de la fe en los discípulos.  Es clave para interpretar las demás señales.

 

Aplicación

            Debemos valorar a Jesús como un ser único, el Hijo de Dios que es único mediador entre Dios y los hombres.  NO tenemos que ser legalistas o vivir bajo la ley, pues Cristo la abolió y dijo que Él era mejor y suficiente para que entráramos al reino ofrecido por él.

La Sanidad del hijo de un noble

            Esta señal narrada por Juan, se encuentra en los versículos 4:46 al 54.  Este incidente es mencionado por Mateo y Lucas en sus evangelios.

 

Contexto y pasaje

Estos  versículos cierran la porción donde Jesús introduce cosas nuevas.  Este milagro o señal se realiza en Caná de Galilea, al igual que la primera señal, aunque el enfermo estaba en Capernaum.  Esta curación se distingue de la del siervo de un centurión, por la referencia al oficial y al hijo.

La petición urgente del oficial del rey para que Jesús fuera a ver a su hijo provocó en Jesús una respuesta sorprendente: “si no viereis señales y prodigios, no creeréis”.  Jesús, por supuesto, conocía la mente del hombre y sabía que no tenía una fe verdadera, sino tan sólo una creencia mágica, de esas que sólo por la vista son alimentadas.  Esto muestra que las señales por sí solas son ineficaces.  Sin embargo, el hombre insiste en su visita, y Jesús le dice que se vaya que su hijo estaba vivo.  Parece que la queja del v.48 dio efecto, pues el oficial creyó sin necesidad de ver.  Al darse cuenta que su hijo había sido sanado a la misma hora que Jesús había declarado que vivía, el oficial y su casa tuvieron fe.[17]

 

Tipo de señal

            Es de tipo pragmática.[18]   Explica lo que Jesús hará.  Es una curación, en la que se requiere fe y petición.  Aunque no hubo necesidad de que Jesús le impusiese manos al enfermo, como en otras curaciones.

 

Enseñanza

            Esta segunda señal continúa el “principio de señales”, es decir, es una explicación de este solamente que en clave antropológica.  Jesús explica el efecto del amor manifestado en toda señal: dar vida al hombre enfermo y a punto de muerte.  Por otra parte, en Juan 4:48 Jesús excluye cualquier falsa interpretación de su mesianismo; su gloria pues, no va a manifestarse por  medio de señales portentosas.  Juan orienta al lector sobre la verdadera índole de lo que viene en los siguientes pasajes.[19]  Esta señal produjo que muchos tuviera más fe en Jesús.

 

Aplicaciones

            Debemos estar conscientes que Jesús auténtica con señales, pero no necesariamente.  Sus milagros no deben ser la causa para que nosotros creamos en Él.  Él exige una fe verdadera sin que necesitemos ver para creer.

 

 

La Sanidad de un paralítico en la fuente de Betesda

            Esta señal la encontramos en los versículos 5:1 al 18.  Esta señal es relatada también en los otros evangelios.

 

Contexto y pasaje

            Este pasaje se encuentra en la sección de “oposición y controversias” (5:1-7:52), donde a pesar de la creciente oposición, Jesús continua presentándose a Israel como el Hijo de Dios (5:19ss), el pan de vida (6:51) y como el único dador del Espíritu (7:37-39).  Esta señal servirá de base para el discurso que sigue.

            El detalle de mencionar las fiestas probablemente es para explicar la presencia de Jesús en Jerusalén.  Es interesante notar que Jesús es quien toma la iniciativa para sanar al paralítico, pues es Él quien pregunta: “¿quieres ser sano?”.  El enfermo no le contesta directamente, sino que hace referencia a las aguas del estanque del cual se creía que tenía propiedades curativas.  Esto era una superstición israelita.  En el verso 8 no se requiere la fe del hombre, Jesús simplemente lo sana al decirle que se levante y camine.  Se enfatiza que es día de reposo.  En el verso 16 se acusa a Jesús de violar el sábado y quieren prenderlo.  Pero en el verso 17 Jesús dice que su Padre trabaja hasta ese día y que Él también lo hace.  Este es un motivo de acusación, decir que Dios era su padre, pues se  estaba haciendo igual a Dios.

 

Tipo de señal

            Es una señal en público, ya que posiblemente en el templo había muchos espectadores.  También puede decirse que es una señal de legitimización.  En estas no se requiere la fe del sanado ni antes ni después del milagro.  Este tipo de milagros tiene la función de defender contra los malvados la realidad del don de la vida.  Pero en sí justificará las palabras o el comportamiento del que hace el milagro.[20]

 

Enseñanza

            Como se ha dicho anteriormente, por ser una señal de legitimización, Jesús busca avalar su comportamiento de trabajar en el día de reposo.[21]  Así como su Padre trabaja, Él también lo hace.  Es algo constante y presente.  Debe trabajarse para avanzar el Reino.  Pero Jesús se presenta como dador de vida y sanidad, para afirmar que Él es Dios.  No hay pues, diferencia entre las obras de Dios el Padre y de Dios el Hijo.  Jesús enfatizó su unidad con el Padre.[22]  En los siguientes versículos seguirá afirmando su autoridad divina como Hijo de Dios, y la señal realizada lo demuestra.

 

Aplicaciones

            Jesús es Dios y no hay duda alguna al respecto.  Él lo demuestra a través de una señal y por su  palabra.  Él da vida y sanidad aunque el hombre no tenga fe, pues su poder no depende de la fe de los hombres, sino de su divinidad.

 

 

La Alimentación de los Cinco Mil

            Esta cuarta señal la encontramos en Juan 5:5-14.  Es narrada por los otros evangelios.

 

Contexto y pasaje

            Esta señal sirve como introducción al discurso sobre Jesús, el pan de vida (6:22-71) y la necesidad de comer su carne para tener vida.  Otra vez Jesús está en Galilea e irá al otro lado del mar.  Jesús era seguido por muchos, pero  por las señales en los enfermos.

            El pasaje menciona la Pascua, posiblemente para conectar el milagro con la enseñanza espiritual del pan.  Juan presenta a Jesús tomando la iniciativa y no a los discípulos como lo hacen los otros evangelios.  Andrés es presentado por Juan como el que introduce al niño con los panes y los peces.  Jesús manda a recostar a la gentes, después de dar “gracias” los da a los discípulos para que ellos los repartan.  Sobraron doce cestas, deduciéndose que todos se saciaron.  Después de ver la señal, identifican a Jesús con el profeta que había de venir en alusión a Deuteronomio 18:15.  La gente lo quería hacer rey mesiánico, pero Jesús se va.[23]

 

 

Tipo de señal

            Es pública, al menos habían cinco mil hombres y los discípulos de Jesús.  Por supuesto, había mujeres y niños, aunque no se sabe la cantidad exacta.  Esta es considerada como una señal de “donación”.  En las cuales no hay petición, ni fe, sino iniciativa del que hace el milagro.  No se menciona el proceso ni se hace con palabras, sólo con acción de gracias.  El hombre debe reconocer la gratuidad divina.[24]

           

Enseñanza

            Algunos aspectos en la señal nos dan cierta enseñanza.  La mención de la pascua, nos dice que Jesús tendrá que sufrir.  En el discurso siguiente se enfoca el tema: el pan que él dará es su carne.  El énfasis en los doce, muestra que el pan que Jesús da es suficiente para Israel, y alcanza para  otros.  El hecho de que son los discípulos los que reparten, enseña que ellos serán los primeros que darían la enseñanza que Él es el pan.  Los entrena para que sepan que Él es el pan que deben dar al mundo.

            La señal conecta con el éxodo de Egipto, por la pascua, el número doce, organizados por grupos, pan y maná.  Jesús no enfoca el pan material, sino que enseña tocante a Él y su Reino.  Jesús es el pan de vida, el pueblo deberá “comer” de ese pan  verdadero si quiere entrar al Reino de Jesús.[25]

 

Aplicaciones

            Jesús es el Dios del Antiguo y Nuevo Testamento.  Así como en el éxodo, en su tiempo en la tierra, ahora puede darnos de comer de ese pan verdadero.  El es el Pan de Vida no significa que podamos comerlo en un sentido figurado o físico, sino que Él es quien da vida a quien le conozca de verdad y nazca de nuevo.

 

 

Jesús camina sobre el mar

            Esta quinta señal está en Juan 6:16-21.  Este incidente es narrado también por Mateo y Marcos.

 

Contexto y pasaje

            La quinta señal se relaciona con la anterior, porque las dos usan temas del éxodo.  El mar rojo  y las aguas, aquí, son controladas por el poder divino.[26]  Aunque no está descrito específicamente  por Juan como una señal, ni se indica si hubo algún resultado después de ese milagro, es razonable considerarlo como secuencia de las siete señales en Juan.[27]

            Anteriormente Jesús se había ido solo al monte,  Dejó que ellos se fueran por el mar hacia Capernaum.  El verso 17 sugiere que Jesús debía ir con ellos, pero no lo hizo.  El mar estaba fuerte y había viento.  Así Jesús emprende su camino sobre él hasta llegar a la   barca.  Cuando los discípulos lo vieron tuvieron miedo, Él les dijo: “Yo soy, no temáis”.  Le recibieron en la barca y llegaron a su destino.[28]

 

Tipo de señal

            Se da en privado.  Sólo en la intimidad con sus discípulos.  Es una señal de salvamento.  En las cuales el hacedor salva al hombre de la mar o de la prisión,  triunfando  sobre las potencias enemigas; la naturaleza o la autoridad política.  Se da por iniciativa del  hacedor de señales y no por petición de otros.[29]

 

 

Enseñanza

            Jesús muestra su señorío sobre la naturaleza, sobre el mar específicamente.  El mar en el contexto del A.T. era símbolo de problemas y representaba el furor de los dioses paganos.  En ese momento, el mar esta siendo fuerza opositora para los discípulos, pero Jesús lo controla caminando sobre él.  Usa el “Yo Soy” recordando Éxodo 3.  Jesús manifiesta que Él es Dios y que tiene autoridad, y que Su palabra es poderosa.  La presencia y la palabra de Jesús son importantes en medio de situaciones difíciles.

 

Aplicaciones

            Debemos recordar que Jesús es Dios, y que en problemas  o situaciones difíciles Él está en control de todo.  Debemos confiar en  Su palabra y en Su presencia, pues nos alientan.

 

 

La Sanidad de un ciego

            La sexta señal relatada por Juan se encuentra en los versículos 9:1 al 34.  Sólo Juan relata este incidente.

 

Contexto y pasaje

            Esta señal ilustra lo que Jesús enseñó en el cuarto discurso de Jesús (8:12-59;  9:5).  Se conecta con el pasaje anterior en que al dar la vista al ciego, Jesús demuestra la enseñanza de ese capítulo 8, y con el posterior, en que prepara a la gente para lo que él dirá tocante a la ceguera espiritual.[30]

            Juan enfatiza que el hombre es ciego de nacimiento, como  para mostrar que Jesús era capaz de restaurar aun en casos extremos.  Ante la incertidumbre de por qué estaba ciego, Jesús dice a sus discípulos que el propósito era “para que las obras de Dios se manifiesten en él”.  Se repite el verso 8:12 y es un paralelo con el prólogo.  Jesús anuncia sus pretensiones antes de hacer el milagro.  Se registra el  proceso del milagro.  El hombre hizo lo que Jesús le dijo, y vio.  Obedeció y fue sanado.  Posiblemente Jesús estaba probando la fe del ciego.  Del verso 8 al 34, el hombre testifica de Jesús, y termina creyendo que Jesús era el Hijo de Dios.  Nótese que fue paulatina su conversión.

 

Tipo de señal

            Fue una señal semi-pública.  Estaban en el templo los discípulos, algunos enfermos y seguramente otras personas.  Es una señal de curación.  Aquí hay una fuerza curativa no mágica.  Existe un contacto que cura, la imposición de manos.  Sin embargo, no fue esto lo que sanó,  sino el poder de Jesús.  Hay  una petición,  y como resultado fe en Jesús.

 

Enseñanza

            Jesús enfatiza que mientras él esté en el mundo, tanto  su persona como su enseñanza son luz.  La noche que viene es Su muerte, El dejará al  mundo e irá al cielo.  Sin embargo, deja ver que si los oyentes no creen en Él mientras está en el mundo, la noche seguirá en sus mentes y corazones, después de su ida al cielo.

            Hay relación con el estanque de Siloé.  En el verso 4, Jesús, el enviado, envía al ciego a Siloé (“Enviado”) a lavarse sus ojos en las aguas del “enviado”.

            Esta señal muestra el poder iluminador de Cristo, no sólo en lo físico, sino en lo espiritual, pues Él es Hijo de Dios.  El resultado fue una fe desarrollada, el ciego sanado empieza creyendo en Jesús como profeta, y termina afirmando que Jesús es el Hijo de Dios.

 

Aplicaciones

            Gracias a Dios, los que hemos creído en Jesús, ya somos iluminados por Jesús y no ciegos.  Pero, preguntémonos cómo  está nuestra fe en  él.  ¿Ha desarrollado o se ha estancado?.  Muchos pueden recibir sanidad por parte de Jesús, y llegan a tener fe en Él  como Hijo de Dios.  Pero muchos creen en Jesús alguien que sanó y su fe no es sólida.

 

 

El retorno de Lázaro a la vida

            Esta séptima señal es el clímax, y la encontramos en los versículos 11:1-45.  Sólo es relatado por Juan.

 

Contexto y pasaje

            La muerte de Lázaro será usada por Jesús para hacer la séptima señal.  Jesús va a hacer que Lázaro vuelva a vivir.  Esta señal como se dijo arriba es el clímax de todas las señales, pues apuntan hacia la muerte y resurrección de Jesús.[31]

            En los primeros dieciséis versículos, se narra la muerte de Lázaro.  Desde el principio Jesús dice que con ella será glorificado el Padre.  Jesús menciona su relación con el muerto y con sus hermanas, Él les amaba y eran amigos.  También establece en el verso 15 el otro propósito de esa muerte: para que sus discípulos creyeran.  

            En los siguientes versículos (17-44) se narra todo el proceso por el que se pasó para que Lázaro volviera a vivir.   Nótese que en el verso 25 Jesús declara “Yo soy la resurrección y la vida”, mostrando así que sus palabras del verso 23 fueron con doble sentido, y además revelan el enfoque de Jesús de su propia misión.  Da por sentado el clímax de su obra, su propia  resurrección.

 

Tipo de señal

            Fue una señal pública, pues  estaban con Él los discípulos, la familia de Lázaro y otros judíos amigos de la familia.  Puede ser considerada como una señal de curación, aunque más espectacular.  Es un retorno a la vida cotidiana, con el tiempo Lázaro murió de nuevo, pues revivió con un cuerpo mortal y no glorificado.  En esta señal también se requirió fe y  petición de las hermanas de Lázaro.

 

Enseñanza

            La enseñanza  principal de esta señal es que Jesús es la resurrección.  Tiene vida por sí mismo, pues Él es Dios.  Está apuntando como se dijo antes, a la muerte y resurrección de Jesús. ¿Quién más puede dar vida, sino Dios mismo?  Su palabra es vida y da vida a otros.

            El resultado de esta señal es que Marta y varios judíos presentes, tuvieron fe.  Además la muerte y el volver a la vida de Lázaro dio gloria a Dios, dándole autoridad a Jesús como enviado por Él. 

            Al final, vemos que Lázaro todavía estaba atado en los lienzos con los cuales fue enterrado.  Posiblemente esto enseña que él había vuelto a la vida y  que posteriormente volvería a morir, pues su cuerpo aun no estaba glorificado.[32]

 

Aplicaciones

            Podemos vivir confiados en que un día resucitaremos, pues Jesús mostró su poder de dador de vida con Lázaro, y porque Él mismo resucitó.  A diferencia del cuerpo mortal con el cual revivió Lázaro, él y nosotros resucitaremos con cuerpos glorificados.

            Dios se glorifica en nuestras enfermedades y aun en la muerte de alguien. 

 

Conclusión

 

            En primer lugar, podemos ver que en el Evangelio de Juan las señales fueron divinas, pues Dios mismo las realizó.

            En segundo lugar, vemos que autentican a Jesús como el Mesías y como el Hijo de Dios.

            En tercer lugar, avanzan las señales el propósito del  Evangelio de Juan, pues muchos creyeron o su fe fue fortalecida.  En los casos en que no hubo fe como resultado, la señal sirvió para legitimizar a Jesús como Dios.

            En cuarto lugar, nos sirven las señales para amentar y desarrollar nuestra fe cristiana en Jesús como el verdadero Hijo de Dios y el Mesías prometido.

            En quinto lugar, las “señales” que puedan verse en la actualidad no deben legitimizar quien es un verdadero siervo de Dios, sino deben dar gloria a Dios y legitimizar a Jesús como el hacedor de ellas.  Pues cuando Jesús dijo (Jn.14:12-14) que el que cree en Él hará las mismas obras y aun mayores, aclaró que esto sería así porque Él iba al  Padre, y que todo debía pedirse en Su Nombre.  El que puede hacer señales o milagros en nuestros días es Dios.  Además en los siguientes versículos (14:15ss)  Jesús promete la venida del Espíritu Santo.  Esto garantiza  su presencia en nosotros.   Dios puede hacer milagros hoy día, si le pedimos al Padre en el nombre de Jesús, y si nuestro propósito es glorificar a Dios y no a nosotros mismos.

 

 



[1] “Milagro”; Nuevo Diccionario Bíblico Ilustrado; Samuel Vila y Santiago Escuain; (1985) pág,758.

[2] Ibid

[3] Dr. Pablo Lowery; “Notas del Evangelio de Juan”; (notas mecanografiadas), Seminario Teológico        

          Centroamericano, Guatemala

[4] “Semeia”; Léxico-concordancia del Nuevo Testamento en Griego y Español; comp. Jorge Parker;

           (1979), pág. 715.

[5] Nuevo Diccionario Bíb. Ilustrado; Vila y  Escuain, (1985),  págs. 758-759.

[6] “Señal”; Vocabulario Teológico del Evangelio de Juan”; J. Mateos y J. Barreto; (1980), págs. 269-270.

[7] P. Lowery; “Notas sobre el Evangelio de Juan”; SETECA, Guatemala.

[8] Vocabulario Teolog. Del Evang. De Juan; Mateos y Barreto; pág. 270.

[9] P.Lowery, “Notas”, SETECA.

[10] D.Guthrie; Nuevo Comentario Bíblico, Juan; (1986); pág. 698.

[11] Lowery, “Notas”.

[12] D.A. Carson; The Gospel according to John; (1991) Pág. 166.

[13] Voc. Teol. del Evang. de Juan; Mateos y Barreto; pág.270

[14] Nvo. Dicc. Bíb. Ilustrado; Vila y Escuain; pág.760.

[15] Lowery, “Notas”.

[16] Ibid.

[17] Guthrie: Nvo. Comentario Bíb., Juan;  pág.. 702.

[18] Mateos y Barreto; pág. 270.

[19] Ibid; pág. 271.

[20] X.León-Dufour; Los Milagros de Jesús; (1979) págs. 272 y 298.

[21] Ibid; pág. 298.

[22] Guthrie; Nvo. Comentario Bíb. Pág. 702.

[23] Ibid. Pág. 703

[24] León-Dufour; pág. 297.

[25] Lowery.

[26] Ibid.

[27] Guthrie; pág. 704

[28] Ibid.

[29] León-Dufour; pág. 297.

[30] Lowery.

[31] Ibid.

[32] Ibid.