Sucumben las flores ,
cuando esa luz del alma
llena tu vida,
huracanes de fuego se
apoderan de uno,
y es como esa ráfaga
helada,
que penetra en tu alma ,
y te hace feliz .
Fuego y frío , mezcla de
sensaciones,
mientras ahogamos los
lamentos,
en el mar de los sueños.
Viento que pasas cantando
,
esa dulce melodía ,
en ese vaivén de sonidos .
No mates las mariposas ,
no ves que están en
arrullo ,
como se encuentra el alma
de uno.
Luz del alma , no te
apagues nunca.
Deja que vibre , deja que
sueñe ,
deja que los besos se
conviertan ,
en pétalos de fuego,
Me ovillo a tu lado ,
dulce amor mío,
para que me cantes , tus
suspiros.
Luz del alma , sigue
encendida.
Esa luz nos envuelve ,
y nosotros somos como
estrellas al viento
España – Granada21/04/04
María Cristina Galera