Pocos creían que la nueva reina conservaría el trono,
junto con su ascenso al trono se desató la guerra de sucesión
austríaca, donde los gobernantes de países vecinos ya
empezaban a dividirse el imperio, el máximo enemigo de María
Teresa fue Federico el Grande de Prusia, quién a toda costa quería
arrebatarle el trono. Pero María Teresa tenía el corazón
de un rey y luchó por el imperio, y no sólo conservó
el trono sino que también recuperó tierras perdidas hacía
siglos, y fue así como un viejo imperio que por más de
cuatrocientos años había sido gobernado por hombres fue
salvado por una mujer, y por fin fue reconocida como reina de Hungría
y Bohemia y emperatriz del Sacro Imperio Romano.
En 1765 su amado esposo fallece, lo que la deprime profundamente y
la llevó a usar un luto perpetuo. Tras la muerte de su esposo
María Teresa nombra co-regente a su hijo José quien fue
conocido en la historia como José II (1741-1790). Cinco años
más tarde en 1770, compromete a su hija menor, María Antonieta,
con el delfín de Francia, futuro Luis XVI, afortunadamente no
vivió para ver el triste final de la vida de su hija en la guillotina
en 1793.
Tras largos años a cargo del reinado y luego de dar la bendición
a sus cinco hijos ausentes que se repartían en el extranjero:
Leopoldo, gran duque de Toscana; el príncipe Fernando; María
Carolina, reina de Nápoles; María Amalia, duquesa de Parma;
y su querida María Antonieta, reina de Francia; y acompañada
de los otros cinco que vivían en Austria, el heredero José,
el archiduque Maximiliano, la duquesa María Cristina, y las archiduquesas
María Ana y María Isabel, (estas dos últimas abadesas)
la emperatriz María Teresa muere en Viena en una habitación
del palacio de Schönbrunn, era el atardecer del 29 de Noviembre
de 1780.
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fotos de María Teresa