REPORTAJES
"El Pelotero" On Line
BEISBOLAZOS DEPORTIVOS

Edwin Kako Vasquez
Escritor e historiador deportivo

"PRIMICIAS DEL BEISBOL DE PUERTO RICO"

En realidad no podía creer lo que mi abuelo me contaba acerca de las primicias del béisbol en Puerto Rico. Mientras más entraba en detalles mi pensar vagaba coleccionando toda aquella historia que nunca jamás olvidaría por el resto de mi vida. Puerto Rico atravesaba por tiempos díficiles y el béisbol le sirvió como un "calmante social" el cual transitaba por sus vidas fomentando grandes historias deportivas. El 1930, el gobierno local empujado por la fiebre béisbolistica decideconstruir un estadio de béisbol el cual llamarían Sixto Escobar en honor a un boxeador boricua que ganó el campeonato mundial de peso gallo. Parlaba mi abuelo diciendo que este parque se convirtió en la base de muchos juegos de la liga de Puerto Rico, fundada en 1938.

La liga quedó integrada por seis equipos: los Senadores del San Juan, los Indios el Mayaguez, los Leones del Ponce, los Brujos de Guayama, los Grises de Humacao y los Criollos del Caguas. Cada equipo podía contar con tres jugadores no "puertorriqueños", o "importados". Todos los importados eran de Estados Unidos excepto en el caso de los tres jugadores dominicanos del equipo de Ponce. Nunca, dijo mi abuelo existió un jugador como Perucho Cepeda (padre de Orlando Cepeda), futuro jugador de liga mayor y miembro del Salón de la 
Fama),quién ganó el primer título de bateo con promedio de 365 y llevó a los Brujos de Guayama al primer campeonato puertorriqueño.

Era preciso ver como este señor castigaba esa "pelotita blanca", su fildeó era otra verdadera joya deportiva. Mira, en el segundo año de la liga Perucho Cepeda volvió a ganar el título de bateo nuevamente, mientras llevaba al Guayama a otro campeonato. Los domingos después de ir a la iglesia aquel parque se llenaba trayendo consigo una "ensalada de béisbol" apetecible. En todos los pueblos donde se jugaba béisbol era preciso ver la emotividad de este deporte y la lealtad por parte de sus seguidores. Muchas veces se formaron motines por los "disme y diretes" de parte de los bandos opuestos exhíbiendo un fanatismo audaz incontrolable. Pero en el Sixto Escobar se libraron grandes duelos de lanzadores el público empezaba a llegar desde temprano para ver a sus jugadores favoritos, otros para colarse, coger un buen lugar y el que no veía el juego enganchado detrás de la pizarra de anotaciones. Muchas veces ese fué mi palco cuando no había dinero para la entrada, en definitiva aquello de los juegos era un espectáculo maravilloso y donde quiera se hablaba de béisbol.

Durante la Segunda Guerra mundial, el ejército de los Estados Unidos reclutó a muchos jugadores, obligando a los equipos a fusionarse y a que los programas de juego de redujeran.

El fin de la guerra pudo haber traído tiempos de auge a Estados Unidos, pero la economía de la posguerra en Puerto Rico fue poco más que la quiebra. Sin embargo, al igual que en los 30, los problemas económicos no lesionaron al béisbol, más bien, este deporte proporcionaba el necesario alivio de los problemas. Durante los 50, nosotros los puertorriqueños presenciamos un estupendo béisbol, alimentado por la competencia con nuestro vecinos caribeños.

Recuerdo que aquí a Puerto Rico llegó Buck Canel, que era un gran locutor deportivo que nació y se crió en Staten Island, New York, y que aprendió a hablar español de su padre. Al llegar a la isla en 1946, descubrió que era famoso por sus traducciones radiofónicas de los procedimientos de las Naciones Unidas y los discursos de Franklyn D. Roosevelt y Winston Churchill, desde Nueva York para la NBC. Pero lo más importante fue que Canel era conocido por sus transmisiones de los juegos de la liga mayor a Puerto Rico.

Cuando tu escuchabas a este señor parecía que estabas en el parque y lo más importante su neutralidad, era increíble como podía hablar de los partidos sin apasionarse por nínguno, me acuerdo que en el periódico publicaron en una ocasión que una radiofónica cubana le había ofreció a Canel un lucrativo contrato por transmitir la liga invernal en la Habana y el lo rehazó por quedarse en Puerto Rico.

Pero lo mejor estaba por llegar, en 1954 llega a la isla Willie Mays para la temporada invernal, Mays había ganado el título de bateo con los Gigantes de San Francisco y cerró con broche de oro con una notable atrapada con su espalda hacia el "Home Play". A este individuo lo trajeron a jugar ofreciendole 1,000 dolares al mes, más gastos, por jugar con los Cangrejeros del Santurce, que era el límite de lo que un jugador de liga mayor podía recibir. Muchas veces en las tertulias, en las esquinas y en la plaza del mercado se empezó a decir que Willie Mays no aparecería después de tener una temporada en las mayores como aquella, las apuestas eran la orden del día , me acuerdo que había un individuyo llamado Matías, un "senador de clavo pasao" que cogió apuestas al montón.

Pero Matías y muchos más se llevaron una sorpresa cuando Mays aterrizó en el atestado aeropuerto de San Juan, todavía los que le cogieron apuesta al viejo Matías lo andan buscando, desapareció por arte de magia.

Pero Mays llegó y se encontró un rostro familiar en el equipo de Santurce: el entrenador de los Gigantes, Herman Frank, era el director del equipo e hizo que Mays se sintiera a gusto de estar ahí, mira que trio de guardabosques envidiables contaba el Santurce, para que sufras Matías: Roberto Clemente a la izquierda, Bob Thurman (jardinero de Cincinati a la derecha), y el "nene" Willie Mays en el predio central.

Los fanáticos Senadores y otros estaban prendidos y decían que Mays se marcharía a mitad de temporada, pero el "nene" como le decía un fiel amigo mio ganó el campeonato de bateo boricua con promedio de 395.

Además el equipo contaba con el lanzador Rubén Gómez "el verdugo deluxe" de los Senadores del San Juan quién a lo largo de su carrera le propinó un sinnumero de "donas" o "blanquedas" a sus llamados primos de la capital.

Mi abuelo se llamaba Ramón Sanchez, vivía en la calle Luna 363 del Viejo San Juan, tenía un carrito de vender frutas con lo que se ganaba la vida, era un erudito del béisbol que sabía hasta los promedios de los jugadores y cosas por el estilo, para tí mis respeto que en paz descanses.

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