
Sé
que la vida te traerá
en
el momento justo,
cuando
no lo pida ni lo busque.
Sé
que estás a la puerta,
esperando
que mi corazón sane para
entonces dejarte ver.
Sé
que te amaré con la pureza
que me
inspirarás,
con
la grandeza del sentimiento
a flor de piel
con
cada latido de mi corazón, con
las fuerzas de mi ser entero.
Sé
que me amarás como lo soñaste, con
la ternura que requiere
lo más
frágil,
y
lo sutil de tus caricias
llenarán
de dicha mi existencia.

Serás
mi amado,
mi
amigo, mi todo.
Eso
que anhelé desde siempre,
pero
nadie pudo ofrecer sino sólo tú.
Harás
que sonría a solas, de felicidad,
preguntándose
los otros
cuál
será el motivo
de
sin igual locura.
Porque
la dicha invadirá
de tal modo mi
pecho,
que
no podré ocultarla
y
todos sabrán que llegaste, que
eres mío y que soy de tí.

Lloraré
de emoción al saberme amada, protegida
y respetada; no
recordaré lo que padecí antes,
pues
lo volvería a hacer,
si fuera necesario,
al
saber lo dichosa que seré
al
encontrarte. La
soledad será motivo de mi burla y
la tristeza dejará de existir.

Serás
cual rocío
que refresca con sus gotas
este
triste corazón.
Seré
cual gaviota
alentando tus sueños
volando
juntos hacia un mundo nuevo
donde
sólo existamos los dos.
Así
serás mi vida,
así
seré mi amado.
No
serás príncipe, ni algo inimaginable,
serás
mi tierna verdad;
mi
más bella realidad.

Porque
me sueñas sin conocerme, te
sueño sin haberte visto;
pero
sé que estás,
en
algún rincón esperando por mí
como
lo estoy aquí,
anhelando tu
presencia. Y
seremos sólo uno,
seremos
sólo nosotros y
el mundo nos envidiará
porque
nos olvidaremos de lo demás.
Sólo
seremos tú y yo
sonriendo
al sol
admirando
la belleza del cielo
que
nos regalará
brillantes
mañanas
y las más esplendorosas
noches.

Llegarás
y estaré para tí llegaré
y estarás para mí.
Llega
pronto mi amor,
no
te tardes
pues
mi corazón te anhela como
si supiera ya lo que seré
estando a tu
lado;
sabiendo
que tengo sed de un buen amor.
Cuando
llegues, mi regalo divino Dios
unirá nuestros destinos
tornándolos
en uno,
como
lo planeó desde el principio.

Mi
amado... cuando llegues... aquí
te esperaré. 
~Al
compañero que Dios traerá a mi vida, pues
tengo la fe de que así lo hará.~ Lydia
E. Martínez Santiago (eve) 8
de enero de 2002

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