Grandes Logias Provinciales



Desde el día en que por primera vez circulé alrededor de un cuadrilongo de baldosas negras y blancas entendí que los que se hallaban en el Templo Masónico habían renunciado, como lo hice yo, a rendirle culto a la vanidad; lo anterior descalificaba toda intención de justificar la pertenencia a la Masonería sobre la oportunidad de llegar a gobernar -o administrar- las intenciones de mejoramiento personal de los Hermanos y convertía los cargos de Gran Logia en la oportunidad de servir sin recibir recompensa; el que creyera en el poder que pueden tener las dignidades y oficialías, pensé esa noche, no se había quitado la venda de los ojos.



El borrador de estatutos de la Gran Logia Unida de Colombia propone la figura de Grandes Logias Provinciales con el objeto de que los que hoy tienen su corazón (y su vanidad) en el objetivo de ocupar cargos en Gran Logia no se sientan lesionados al ver que sus posibilidades se diluyen con el derecho de todos los Maestros Masones de dos ciudades diferentes (Bogotá y Cali, pues la oportunidad de los que vivimos en ciudades más pequeñas es tan remota que ni pensamos en ella). A pesar de la intención conciliadora de los que propusieron el borrador de estatutos, como respuesta a mis expresiones de los últimos días he recibido en mi correo personal opiniones adversas al concepto de Gran Logia Provincial pues, según esas mismas opiniones, eso aumentaría la burocracia de la Orden en Colombia (estoy de acuerdo con dicho concepto, incontrovertible en su esencia); pero también he recibido otras (y estas, por vía telefónica) que califican el proyecto de inmaduro sobre una base más movediza: no podemos unirnos a Bogotá sin definir cómo quedamos los de la Gran Logia Occidental de Colombia (que para este concepto en particular, dadas las remotas posibilidades que los de “provincia” tenemos de ejercer con eficiencia el cargo de Gran Maestro, podría llamarse Gran Logia de Cali).



Este segundo argumento es el que no entiendo y tampoco comparto; sobre el mismo, a toda hora me surgen preguntas. ¿Qué es la Gran Logia Occidental de Colombia frente a la oportunidad de fortalecer los lazos fraternales entre los masones de nuestra Nación? ¿Qué es la Gran Logia Occidental de Colombia frente a nuestra obligación de proponer soluciones a nuestros conflictos nacionales? ¿Cuándo han ensayado los masones de Colombia la posibilidad de hacer masonería bajo la orientación de un solo cuerpo? Si los escenarios que antes ocuparon insignes masones hoy son ocupados por los discípulos de Escrivá de Balaguer, ¿no será consecuencia de nuestra estructura "provinciana", que no difiere en nada de la que se propone como "Provincial"?



Las Grandes Logias Provinciales serían, pues, un paso (un pequeño paso) hacia la unión. Estoy de acuerdo con la opinión de que las Grandes Logias provinciales no son importantes, como no lo son las Grandes Logias actuales frente a los ideales que deben unirnos. Pero parece que en muchos hermanos aún existen nostalgias parroquiales que se pueden (aclaro: digo que “se pueden”, no que “se deben”) respetar. Y en eso, sólo en eso, se justificaría la estructura de provincias. Desde hoy me declaro partidario de la unión de la Masonería colombiana en una sola Gran Logia, aunque ello signifique la desaparición de todos los escenarios que puedan alimentar la vanidad de mi espíritu.



Luis Alfonso Mejía Echeverri
M.•. M.•.
Resp.•. Log.•. Nieves del Ruiz Nº 14
Vall.•. de Manizales
Mayo, 2006

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