Año nuevo celta
La cultura celta es una cultura un poco misteriosa, y fue oculta por mucho tiempo. Era una raza guerrera que, aunque más identificada con Irlanda dejó huellas muy palpables en el resto del Reino Unido, y también en Francia y España, ya que tanto los galos como los gallegos descienden de ella.
Y es misteriosa por todos los elementos que la componen, los cuentos de hadas, las tradiciones, las historias de duendes, su mitología, sus héroes, la importancia que le daban al honor y al valor. La música celta es un resumen de todos esos sentimientos, que cuando se escucha se transforma en esas significaciones. Hay personas que la oyen, y sienten o se creen guerreros, highlanders. Para otros les da paz y tranquilidad, lo traducen en un contacto con la naturaleza.
El pueblo y el hombre celta no querían que nadie los mandaran, no tenía estado, sólo elegían un rey para los períodos de guerra, eran muy libres. Para ellos existía, nada más que los suyos, su clan, su familia.
Los antiguos pueblos celtas paganos precristianos concebían el mundo y sus fenómenos como cíclicos. La vida y sus sucesos no se interpretaban linealmente, con un principio y un fin, sino como un circulo eterno del nacer y renacer. Las personas no se sentían separadas de los procesos de la naturaleza, sino parte de ellos. Eran muy conscientes de los efectos de los cambios estacionales, tanto en su interior como en su exterior. Para los celtas la vida y sus procesos eran sagrados.
En nuestro mundo moderno se ha perdido, en gran parte, esta antigua sabiduría, pero queda el conocimiento de los ocho sabbats, las principales fiestas celtas. De ellas, la más importantes se llama Samhain, que es el Año Nuevo Celta, celebrado el 1 de noviembre.
Dicen
las leyendas celtas que la noche del 31 de octubre al 1 de noviembre es el
momento cuando los velos entre los mundos de los vivos y los muertos se hacen más
transparentes que en ningún otro momento del año. Por eso, Samhain es la
fiesta de veneración de los antepasados.
Según la mitología celta El Viejo Dios Solar regresa otra vez al útero de la Madre Tierra, preparándose para su renacimiento en el Solsticio de Invierno, porque este día marcaba el final del verano y la cosecha, y el inicio del oscuro y frío invierno, estación asociada con la muerte humana. Los celtas creían que la noche anterior al año nuevo se creaba un puente entre el mundo de los vivos y el de los muertos, que además de permitir a los malos espíritus hacer daño, este puente daba a los sacerdotes, llamados druidas, la oportunidad de predecir el futuro.
En el siglo octavo el Papa Gregorio III en un esfuerzo por que la gente dejara de realizar este festival que la Iglesia consideraba que era al dios de la muerte, trasladó el Día de Todos los Santos que honraba a los mártires de la persecución de Roma, del 13 de Mayo al 1º de Noviembre. No fue hasta más tarde, en 1000 d.C., que la Iglesia instituyó como día de los muertos, el 2 de noviembre.
De allí proviene el nombre Halloween: Todos los Santos en inglés era "All Hallow". Con el tiempo se le agregó la terminación "en", una abreviatura de "evening", que significa anochecer, momento en que comienza la festividad. De allí el nombre "Halloween".
El 31 de octubre es el día más importante en el año satánico. Y esta originado en los celtas ya que hasta el 31de octubre reinaba Baal, dios celta de la primavera y el verano. Desde el 1º de Noviembre reinaba Sanhaim, el dios de la muerte. El 31 de octubre de noche, era un intervalo entre los dos reinados. Las barreras entre lo natural y lo sobrenatural dejaban de existir y los muertos aprovechaban para deambular por el mundo de los vivos. Por este motivo el festival del 31 de octubre era considerado el "Festival de la Muerte".
En este día, el dios de los celtas llamaba a los espíritus de los malvados que habían muerto en ese año. Al mismo tiempo, otros espíritus recorrían los campos atacando a las personas. La noche del 31 de Octubre, era una noche de horror para el pueblo celta: podían ser atacados por fantasmas, malos espíritus y demonios, y por los mismos sacerdotes druidas. Era el momento de los sacrificios humanos. Hombres, mujeres, ancianos y niños eran
llevados a la fuerza y encerrados en grandes cajones de madera y paja. Allí los sacerdotes les prendían fuego. Luego de estos sacrificios, los sacerdotes tenían una comida de acción de gracias, junto a las cenizas.
Los celtas tenían sacerdotes satánicos, llamados Druidas. Los druidas existían en Gran Bretaña, Roma y Grecia. El 31 de Octubre los Druidas iban de casa en casa, demandando ciertas comidas, y aquellos que se las negaban eran maldecidos. Se atormentaba a la gente mediante la práctica de magias.
El 31 de Octubre es el día que esperan todos los satanistas y ocultistas del mundo entero para dar honor a Satanás y para orarle a él pidiendo la caída de la Iglesia Cristiana.
Veamos ahora a la celebración actual del Halloween. ¿No es toda una temática de tinieblas, miedo y amenazas?. Hay cada vez más países en que a los niños se los disfrazan de demonios, brujas, fantasmas y salen a la calle cuando ya está oscuro, a repetir los que hacían los Druidas: pedir comida, solo que ahora piden golosinas y en vez de maldiciones, amenazan con travesuras.
También se dice que esa costumbre del trick-or-treat, donde los niños van de casa en casa pidiendo caramelos, probablemente data de los primeros desfiles celebrados en Inglaterra para celebrar el 2 de noviembre, cuando los pobres mendigaban comida a cambio de la promesa de rezar por los muertos del que les daba, costumbre promovida por la Iglesia para reemplazar la pagana de poner comida y bebida para los espíritus. Luego, la adoptaron los niños, que iban de casa en casa y recibían comida, bebida y monedas.
La costumbre de disfrazarse también provendría de las antiguas supersticiones euroceltas, ya que los pueblos antiguos creían que si esa noche salían de su casa, los espíritus los reconocerían y para evitarlo se ponían máscaras.
Ejemplos en mp3 de canciones:
The trees they do grow high por el grupo inglés Pentagle (145 Kb)
Dr. Gilbert devils of Dublin por el grupo irlandés Lunasa (142 Kb)