ðHwww.oocities.org/espanol/pmalife/indexwww.oocities.org/espanol/pmalife/index.htmllayedx¦UÕJÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÈ°ll¢(OKtext/htmlq¾ÍW¢(ÿÿÿÿb‰.HMon, 19 May 2003 18:13:28 GMTMozilla/4.5 (compatible; HTTrack 3.0x; Windows 98)en, *¥UÕJ¢( ¿Y qué es lo que esperamos?
¿Y QUÉ ES LO QUE ESPERAMOS?
 
Nuestra clase política actual desea y sueña con que la ciudadanía los aplauda porque se llegó a un acuerdo que fue respetado; hablo de la famosa ley tres e uno, fruto del Dialogo Nacional para la Reactivación de la Economía.  Misma ley que fue aprobada tal y como fue presentada al Legislativo, a pesar de que se dieron ciertas objeciones.
 
Ayer leía un artículo de un legislador de la república, que trataba de consolar a la ciudadanía con el hecho de “este logro”, aduciendo que aquellos que critican a la actual administración, deben aceptar que se han equivocado, ya que dudaron de que se pudiera llegar a un acuerdo y se hizo.
 
Lamentablemente, solo se hizo eco de aquellos que critican sin presentar soluciones; obviando por supuesto a aquellos que si presentan propuestas.  A nuestro legislador se le olvidó que estos también son ignorados en repetidas ocasiones.
 
Como ciudadano honesto, no me hiere en mi orgullo felicitar a “todas las partes” que lograron un buen fin en esta primera fase del dialogo económico; y en especial a aquellos sectores que impidieron que este gobierno cometiera el error de pagar la deuda con fondos directos del Fondo Fiduciario para el Desarrollo (FFD).  La decisión de invertir parte del fondo en bonos, tiene más lógica que la de acabar con el fondo y regalárselo a las Instituciones Financieras Internacionales (IFI`s), para luego tener que pedirles más.
 
Es cierto, todos debemos ser capaces de reconocer tanto los aciertos como los errores de cualquiera.  En lo personal, me considero con esa capacidad.  Sin embargo, no es sencillo tratar de tomar con calma las cosas que suceden en nuestro país, so pretexto de que logros como el ya mencionado, el segundo puente sobre el canal, el futuro tren ligero, las “granjas autosostenibles”; las inversiones en carreteras, en vivienda, en educación, en seguridad, y demás; son muestras de que este es un buen gobierno y que está trabajando por un Panamá mejor.
 
Si de esto se trata; si de medir la productividad de un gobierno a partir de obras físicas comunes se trata; permítanme concluir que entonces nunca hemos tenido un mal gobierno.  Todos hemos visto las “grandes obras” de muchos gobiernos; pero de que vale todo esto si el fundamento de todo, la raíz de nuestra dignidad, sigue pudriéndose cada día más.
 
No ha sido suficiente, ni fue suficiente en los gobiernos de Endara y Pérez-Balladares; y tampoco será suficiente hoy.  La verdad debe ser bien dicha:  “reconocemos la labor que se realiza, pero somos testigos de que todo esto se destruye con cada voz que denuncia corrupción, con cada acto indecente en el sector público, con cada despido político, con cada botella nombrado, con cada erogación innecesaria, con cada mentira, con cada hecho que se oculta; entre otras cosas”.
 
Lo que esperamos no son solo obras como las que se promueven; lo que esperamos es el verdadero cambio que tanto se prometió y que jamás llegará ¿o me equivoco?  Lo que esperamos es que, de una vez por todas, se de paso a un sistema de gobierno que realmente le produzca a la Nación futuro y progreso, y no solo cuantiosas erogaciones.  Estamos cansados de que se hable tanto de pobreza y de justicia, mientras que -a manera de ejemplo-, ningún legislador ha sido capaz de levantarse y proponer la eliminación de los privilegios que tienen y que tanto daño le hacen al País.  Claro, nunca lo van ha hacer, a ellos les gusta esa “privilegiada posición”.
 
Sigan soñando con aplausos, que mientras no cumplan con lo que realmente esperamos; podrán construir diez puentes sobre el canal, ocho trenes ligeros o diez plantas potabilizadoras; al final, todas la lepra que corroe la integridad de esta administración, terminará por contaminarlo todo.
 
Lunes 13 de mayo de 2002