ðHwww.oocities.org/espanol/pmalife/pma43www.oocities.org/espanol/pmalife/pma43.htmllayedx½UÕJÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÈÅlWPOKtext/htmlq¾ÍWWPÿÿÿÿb‰.HMon, 19 May 2003 18:21:12 GMT*Mozilla/4.5 (compatible; HTTrack 3.0x; Windows 98)en, *¼UÕJWP Esterilización, ¿es o no un derecho?
ESTERILIZACIÓN, ¿ES O NO UN DERECHO?
 
El anteproyecto de Ley No.23, que pretende reglamentar la esterilización directa, conocida como salping, fue presentado por el legislador perredista Jorge Castro, basado en que las normas del programa de salud vigente sólo permiten a la mujer esterilizarse si tiene más de 28 años, un mínimo de tres hijos y el permiso del cónyuge.  A juicio del proponente, eso es injusto porque no permite a la mujer decidir cuándo obstruir sus trompas para no tener más hijos. En su exposición de motivos también hace referencia a la realidad socioeconómica, además de que no se justifica la exigencia del permiso del marido para operarse, sobre todo si se toma en cuenta el grave problema de desintegración familiar”  -El Panamá América, domingo 29 de septiembre de 2002-.
 
Esta realidad fue calificada como inmoral e ilegítima por parte de la Conferencia Episcopal Panameña, quienes argumentan que “ni la mujer ni el varón son dueños, sino administradores de su vida y de su cuerpo, por lo que tienen el deber y el derecho de preservarlos en su integridad y de usarlos según los fines de Dios. Lo demás, más que ser un derecho de la mujer, es un atentado a su dignidad” -extracto de la misma noticia-.
 
Entrando en materia de nuestras consideraciones personales sobre tan polémico tema, creemos que la posición de la Iglesia es, como en muchos otros temas, intransigente.  Cierto es que no se puede utilizar a la pobreza como excusa para promover el proyecto de esterilización, ya que el mismo no forma parte de una estrategia real de lucha contra la pobreza.  Igual de cierto es el concepto de que si se establecieran normas y se ejecutaran estrategias de distribución y aprovechamiento equitativo de los recursos económicos y naturales del Estado, la pobreza no sería un problema tan serio y, prácticamente, sería inexistente; no obstante, el proyecto en si se basa en un derecho que tienen las mujeres, sino por preceptos religiosos, por realidad humana:  decidir cuantos hijos quieren tener.
 
En el mundo de hoy no se puede continuar con ese incongruente precepto “crezcáis y multiplicaos”, trayendo al mundo hijos de manera descontrolada, sin antes pensar en las consecuencias que esto involucra, en especial, los costos económicos de manutención de un nuevo ser.  Los padres y madres responsables están concientes de esto y, por ende, optan por la esterilización de la mujer después de haber tenido el número de hijos deseado -debería considerarse la del hombre también-, sin embargo, esto no siempre está al alcance de todas las mujeres que desean, en un momento dado, dejar de ser fértiles.
 
Desconocemos el contenido de la totalidad del proyecto en mención, no obstante consideramos que a la hora de presentar alternativas en el tema de la esterilización, se deben considerar los siguientes puntos:
 
1. Darle a la mujer la libertad de decidir a que edad desea esterilizarse para no tener más hijos, sin establecer una obligatoriedad de un mínimo en el número de hijos antes de la esterilización.
2. Establecer un programa de esterilización intensiva voluntaria de mujeres y hombres de escasos recursos -propios o familiares- que tengan más de dos hijos.  Los gastos correrían por parte del Estado.
3. Establecer la esterilización obligatoria para los hombres y mujeres que se les compruebe un sistema de vida apartado de las normas de responsabilidad paterna y materna -hombres y mujeres que abandonan a sus hijos o tienen hijos por el mero hecho de tenerlos-.
4. Establecer, como parte de una estrategia de lucha contra la pobreza, planes de control de natalidad que incluyan esterilización voluntaria.
5. Establecer sanciones para los médicos que se nieguen a hacer este tipo de intervenciones quirúrgicas, so pretexto de normas o creencias religiosas, o bien, supuestas estipulaciones morales que nada tienen que ver con este tema.
6. Establecer como medidas que impidan una esterilización, cualquier situación que pueda poner en peligro la vida del paciente, o bien, causar algún tipo de enfermedad o consecuencia no deseada; a menos que el paciente desee arriesgarse de todas formas.
 
Oponerse por creencias religiosas no es la forma más correcta y no estamos de acuerdo con la Iglesia en esto.  Es fácil abogar por el método anticonceptivo natural a fin de evitar los embarazos no deseados, pero se hace difícil a la hora de tomar en cuenta a aquellas mujeres que no tienen periodos menstruales regulares y que, por ende, no pueden utilizar este método que es efectivo en las mujeres con periodos regulares.
 
También es fácil criticar a los malos administradores que tenemos, cosa en la que si estamos de acuerdo; ¿pero que hacemos los pobres mientras sigan lo malos gobiernos, multiplicarnos como conejitos y morir de hambre?...  ¿Qué es peor, traer al mundo a un nuevo ser a morir de hambre o esterilizarse, o bien, utilizar algún método anticonceptivo?...  Y no me salgan con la voluntad de Dios, ¿o es que los millones de niños que viven en hambre son por la voluntad de Dios?, ¿o es que los casi 30 mil niños que mueren diariamente de hambre en el mundo son por la voluntad de Dios?...  Yo no lo creo, todo esto es voluntad nuestra, de nuestra fatal incompetencia humana; no obstante, si los que queremos cambiar al mundo no podemos, no nos queda más que hacer lo posible para sobrevivir y darle algo bueno a nuestros hijos, aunque eso signifique sacrificar una parte de nuestro cuerpo.
 
Miércoles 16 de octubre de 2002